El mercado laboral español experimentará una nueva caída de la ocupación del 4,5% en el cuarto trimestre del año, lo que elevará la tasa de paro hasta el 26%, según el 'Avance del Mercado Laboral Afi-Agett' correspondiente al mes de diciembre.
El mercado laboral español experimentará una nueva caída de la ocupación del 4,5% en el cuarto trimestre del año, lo que elevará la tasa de paro hasta el 26%, según el 'Avance del Mercado Laboral Afi-Agett' correspondiente al mes de diciembre.
Pero lo peor está por venir. El informe señala que en 2013 persistirá la destrucción de empleo, con una caída de la ocupación del 3,1%, que se cebará especial con los trabajadores del sector público, hasta elevar la tasa de desempleo hasta el 27,2%, cota nunca antes conocida en España.
Según las previsiones del Gobierno, el paro alcanzaría el 24,6% en 2012 y el 24,3% en 2013, un escenario bastante más optimista que el que dibuja Afi-Agett. Y es que la patronal de las empresas de trabajo temporal fundamenta estas previsiones a su vez en unas cifras macroeconómicas mucho más pesimistas que las del Gobierno.
Prevé una caída del PIB del 1,5% en 2012 –del 0,8% en el cuarto trimestre–, en línea con las proyecciones oficiales, pero pronostica una profundización de la recesión en 2013, con un descenso del PIB de hasta el 2%, frente al 0,5% previsto por el Ejecutivo de Mariano Rajoy.
Según explica, la caída del consumo interno seguirá estando detrás de los malos indicadores macroeconómicos. En el caso del consumo privado, por la «intensificación de la caída de la renta familias y el escaso margen de ahorro del que disponen los hogares».
En el del sector público, «en respuesta a la naturaleza de los planes de ajuste fiscal, en los que la racionalización de la estructura del sector público constituye una pieza fundamental».
En paralelo, el informe remacha que la persistencia en la restricción del crédito mientras se completa el saneamiento bancario y las «pobres» expectativas de demanda dificultarán la recuperación de la inversión, mientras que las exportaciones volverán a ser «el único revulsivo con el que cuente la economía española».