El Club Málaga Valley celebró el pasado 24 de marzo su VIII Reunión de Presidentes en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Málaga, con la asistencia de más de 120 presidentes de empresas del sector de las Tecnologías de la Información y la Innovación. Como presidente, tuve el honor de presidir la reunión más numerosa, participativa y sólida de la historia –aún reciente- del Club.
El balance no puede calificarse sino de satisfactorio. La calidad de las propuestas prácticas está convirtiendo a la ciudad de Málaga en un referente internacional de la innovación. Pero son el prestigio y experiencia de los socios del Club el mejor de los premios para todos los que hemos creído en esta iniciativa desde sus inicios. Hace tres años que un grupo altamente motivado y profundamente creativo, formado por el actual alcalde de Málaga, diversos Presidentes de las multinacionales tecnológicas más relevantes, como Google, HP o IBM y algunos CEOS de relevantes grupos de comunicación como Juan Luis Cebrián (Prisa) o José María Bergareche (Vocento), alumbramos la idea de constituir un núcleo en torno a un espacio de referencia en España que aspirase a convertirse en el Silicon Valley europeo.
Ese lugar fue la ciudad de Málaga. Su reconocida ‘marca ciudad’, su Universidad, el Parque Tecnológico de Andalucía, su inmejorable clima y su apuesta por la innovación, la convertían en el lugar idóneo. Pero el reto no era sencillo. Existían otros ‘competidores’ en Europa que podían arrebatarle el protagonismo, y que además estaban mejor posicionados en cuanto a desarrollo industrial. Esta desventaja inicial se contrarrestó con otros activos, como el talento y el liderazgo, que a mi juicio han sido decisivos. Nada más desequilibrante que contar con apoyos y colaboraciones muy eficaces. De esta forma, y gracias al esfuerzo de muchos, el Club Málaga Valley es hoy lo que es y puede contar hasta ocho reuniones de trabajo, con muchas propuestas concretas y objetivos cumplidos.
Desde la creación del Club, Málaga ha recibido los proyectos de inversión de un numeroso grupo de empresas del sector tecnológico, como Oracle, BBVA, Oesía, Huawei, Job & Talent, Esabe, entre otras. El resultado de estas inversiones se ha traducido directamente en la creación de 850 nuevos puestos de trabajo.
Siguiendo las pautas de la nueva lógica colaborativa que las nuevas tecnologías han impuesto en la política y en los negocios, la marca Málaga Valley está funcionando como un eficaz catalizador de sinergias positivas para la imagen de la ciudad de Málaga. De hecho, la marca Málaga Valley disfruta de un elevado número de referencias en la Red, gracias a más de siete millones de acciones online a lo largo de sus tres años de vida.
En un marco de creciente superación de objetivos, la última reunión del Club despertaba un gran interés, no sólo por la numerosa asistencia o por la publicación oficial de los resultados que he referido. Málaga se convertía en el centro de muchas miradas también por otras circunstancias.
En primer lugar, porque era la primera vez que los miembros de Málaga Valley se reunían en un momento en que se empieza —al menos en algunos sectores y mercados— a vislumbrar el final de la crisis o, al menos, su estabilización. Por ello, el encuentro aspiraba a debatir sobre la necesidad de dibujar un nuevo modelo productivo. Varias ponencias que trataron esta cuestión y concluyeron que la adaptación al entorno digital es la mejor receta para la recuperación económica. Pero también hubo otra respuesta unánime: Todos los directivos presentes coincidieron en la urgencia de integrar plenamente en nuestra vida económica las actitudes dirigidas a la innovación, la creatividad y el desarrollo tecnológico.
La cita suscitó, asimismo, una gran expectación ante otra novedad: por primera se sentaban en la misma mesa el presidente de los editores de diarios, Antonio Fernández Galiano y el presidente de Google, Javier Rodríguez Zapatero tras la polémica suscitada por los frentes judiciales iniciados por los editores de otros países contra el gigante de Internet.
Fernández- Galiano defendió en una ponencia la postura conocida de los editores y contraria el uso ilegítimo de sus esfuerzos por parte de los motores de búsqueda, tal y como lo define este sector. El debate estaba servido y suscitó un interesante y positivo intercambio de puntos de vista. Un brillante Javier Rodríguez-Zapatero supo dar la versión de Google basada en la realidad ineludible, a su juicio, de nuevos modelos de negocio.
La reunión concluyó con la visita al Parque Tecnológico de Málaga, y en concreto a la sede de la empresa malagueña AT4 Wireless. La visita contó con un guía de excepción: su director general y miembro del Málaga Valley, Luis Fernando Martínez y Felipe Romera, Director General del PTA y miembro fundador del Club. La compañía es una referencia internacional en el sector TIC y es una prueba inmejorable de que Málaga ha logrado abonar el terreno para atraer innovación.
Tantos ingredientes no podían defraudar y derivaron en una reunión intensa y repleta de debates y propuestas realmente interesantes. Y una reunión que consolida al Club en la senda de las organizaciones sólidas y fiables, capaces de generar confianza y de atraer a las mejores compañías. Después del éxito cosechado, las expectativas crecen. La próxima reunión podría celebrarse el próximo mes de octubre. Sin duda esta nueva reunión marcará una nueva etapa en la consolidación de este pionero proyecto de colaboración público-privada que aspira a liderar el desafío colectivo de que Málaga se convierta en el Silicon Valley europeo.