En la tercera y última entrega de la entrevista con Mariano Silveyra, el responsable de Cabify, cree que se puede innovar mucho más en la nueva economía digital. «Estamos muy lejos de donde creemos que podemos llegar», afirma el empresario.
Un servicio como el que ofrecen, nativo digital y centrado en la experiencia de los viajeros, ¿puede seguir impactando a la economía con nuevas novedades?
Seguro, todo lo que hemos logrado ha sido gracias a la tecnología, a trabajar nuestra marca y la experiencia en el usuario. Hemos democratizado un servicio que estaba al alcance de poca gente, dándole muchísima accesibilidad a millones de usuarios que solo disponían de su vehículo particular para poder desplazarse por las ciudades.
Se ha generado una nueva demanda de clientes que no tenían opciones y para eso nació Cabify desde el inicio. Nuestra filosofía es la de seguir innovando en los servicios que ya tenemos, así como el desarrollo otros nuevos. De hecho, en la ciudad de Santander ya tenemos disponible la opción de solicitar un taxi y paulatinamente estamos incorporando la opción de solicitar motos eléctricas, patinetes eléctricos… Se puede seguir innovando, estamos muy lejos de donde creemos que podemos llegar.
Cabify y el taxi
Justamente, queríamos preguntarle por Santander. Quizás es la tendencia natural en las pequeñas ciudades, sin embargo en las grandes ciudades parece difícil alcanzar acuerdos de este tipo con el sector del taxi…
No, de hecho hay una información relevante que muy pocos conocen. Desde hace años, Cabify trabaja muy de la mano del sector del taxi, estamos en 130 ciudades y salvo en España, en el resto de ellas operamos con el taxi. De hecho, somos una de las principales plataformas tecnológicas del taxi en el mundo, hacemos más proyectos con el sector del taxi que con vehículos con conductor.
Esto siempre ha sido natural para nosotros, el hecho de que España haya sido el último país en firmar alianzas con el taxi viene dado por el nivel de conflictividad y agresividad que ha habido en el tratamiento de este tema. La lógica dice que el usurario necesita muchas opciones de movilidad y accede a marcas como la nuestra para encontrar múltiples alternativas. Esto al sector del taxi le beneficia porque acceden a nuevos clientes desde la tecnología.
Entre medias se han colado plataformas del tipo Joinup que defienden al taxi frente a los servicios VTC. ¿Cuál es el valor diferencial de Cabify y su estrategia para destacar en un sector que se está llenando de players?
La realidad es que el transporte se está llenando de players, pero todavía queda muchísimo hueco por cubrir y muchísimo por hacer en la movilidad. Hay infinidad de marcas de carsharing, motos, patinetes eléctricos… Pensemos que en ciudades grandes como Madrid o Barcelona se dan millones de desplazamientos al día que no utilizan el transporte público y la realidad es que estamos lejos del 1% del peso total de desplazamientos particulares, con lo cual todavía queda mucho espacio por recorrer.
Todas las empresas que estamos en este tema tenemos el mismo punto en común: tratar de disminuir la necesidad de uso de vehículos particulares. Por costes, contaminación, eficiencia… tenemos que disponer de opciones más sostenibles y para ello tenemos que planificar, invertir, impulsar, etc. En Cabiby hemos logrado tener un vínculo con muchos usuarios que les encanta la experiencia y hemos generado muchísimo trabajo en el camino.
En España tenemos previsto duplicar la cifra de conductores en el próximo año. Por trabajo, riqueza, tributación, tecnología, creo que somos una ejemplo para muchas startups.
Se está empezando a hablar ya de robotaxis y conducción autónoma. ¿En un futuro se ve firmando acuerdos de colaboración con fabricantes de automóviles para disponer de este servicio?
Aun vemos bastante lejos todo eso. La conducción autónoma es algo que vendrá claramente en el futuro, la tecnología está ahí, pero faltan bastantes años (más de 10) para verlo en las ciudades. Se irán viendo avances, determinadas implementaciones en determinados sitios, pero posiblemente la ciudad (por la complejidad del tráfico y la regulación) sea el último sitio en el que se asentarán estos modelos.
Llegará y habrá que estar preparados. Seguramente nosotros tendremos un rol fundamental en la movilidad del futuro, pero siempre se tratará de una movilidad sostenible y que genere impactos positivos en las ciudades. Estaremos pendientes de este tipo de servicios con servicios propios o de la mano de alianzas con otras compañías. Lo que está claro es que nadie por sí mismo puede resolver los problemas de movilidad en las ciudades, sino que necesitamos una colaboración entre todos (sector público y privado).
