El análisis del mercado de divisas de Ebury (Enrique Díaz) viene marcado por la caída del dólar tras el impacto del coronavirus y las medidas adoptadas por la Reserva Federal.
La epidemia de coronavirus ha marcado por completo la hoja de ruta en los mercados la semana pasada. Los índices de acciones cayeron en todo el mundo y el recorte de emergencia de 50 puntos básicos por parte de la Reserva Federal supuso sólo un alivio temporal. Los movimientos más volátiles se vieron en los tipos, ya que los mercados se apresuraron a recortar aún más los de la Reserva Federal y redujeron el rendimiento de los bonos del Tesoro de EE.UU. a mínimos históricos.
El dólar estadounidense se vio afectado por la reducción masiva del diferencial de tipos de interés con la mayoría de los países del G10, y las divisas europeas fueron, por lo general, las que tuvieron un mejor rendimiento en la semana, encabezadas por la moneda común. El comportamiento de los mercados emergentes fue bastante dispar, ya que el colapso de los precios del petróleo provocó que los países dependientes de este tuvieran un mal desempeño, mientras que, por otro lado, las divisas de los países de la zona del Pacífico se recuperaron.
La decisión que ha tomado Italia durante el fin de semana de aislar las provincias del norte (incluyendo Milán) es un claro recordatorio de que la crisis no está aún bajo control. Las operaciones vividas anoche en los mercados asiáticos han indicado una mayor agitación, con los futuros hundidos en la bolsa de valores estadounidense y los valores refugio como el yen y el euro recuperados a primera hora -este último, de momento-.
Esta semana los mercados seguirán atentos a la evolución de la epidemia, prestando especial atención al número de nuevos infectados fuera de China. La reunión del BCE del próximo jueves será clave para calibrar la reacción de las autoridades ante la crisis.
Libra esterlina
La semana pasada la libra esterlina subió más o menos al mismo ritmo que el euro, aunque con un ligero retraso respecto a la moneda común. Los asuntos nacionales han pasado a un segundo plano y los datos económicos -irremediablemente obsoletos ante la epidemia- están siendo pasados por alto. A la información que se publicará esta semana (PIB y producción manufacturera) probablemente tampoco se le preste demasiada atención. Sin embargo, sí que estaremos atentos al presupuesto de primavera, donde el riesgo se inclina ahora hacia una postura fiscal más estimulante.
Euro
Que Italia esté aislando las regiones del norte -unos 16 millones de personas en total- significa que la escalada de la respuesta a la crisis va a dar lugar -casi con toda seguridad- a una recesión en Europa y, probablemente, en toda la UE en su conjunto. La pregunta ahora es cuál será la respuesta del BCE. Mientras que su capacidad para reducir las tasas es bastante limitada, esperamos que la reunión del jueves se centre en cómo los bancos pueden apoyar a las empresas, sobre todo a las pymes (el sector más vulnerable). También esperamos que Alemania anuncie, como mínimo, una cierta flexibilidad de su postura fiscal para contrarrestar el riesgo de recesión. Por otra parte, el actual repunte del euro ha sido muy rápido y está empezando a alcanzar nuestros objetivos de apreciación a medio plazo, por lo que no sería sorprendente que la moneda común se tomara un respiro en el corto plazo.
USD
El dólar cayó contra todas las monedas del G10 con la excepción del dólar canadiense. Después de que la Reserva Federal anunciara un sorprendente recorte de 50 puntos básicos, los tipos de interés de Estados Unidos se desplomaron y el dólar perdió la mayor parte de su margen de tipos de interés positivos. El informe de nóminas del viernes mostró unos datos fuertes, pero han sido pasados por alto en los mercados debido a que estos aún no reflejan el impacto del coronavirus.
El mercado está ahora fijando precios para una bajada de los tipos a cero para finales del año, con recortes de 25 puntos básicos en las reuniones de marzo y abril. Esperamos que, tal y como hicieron con el informe de nóminas de la semana pasada, los mercados tampoco se fijen en los datos económicos de esta semana. La confianza de los consumidores -que conoceremos el viernes- quizás sea una excepción, ya que supone la primera muestra de la reacción de los consumidores estadounidenses ante la crisis.