La medicina personalizada convive hoy con los retos del coronavirus y los propios de su actividad principal. Este es el camino que le espera a empresas referentes como OncoDNA.
La actual situación de pandemia que está sufriendo el mundo por causa del coronavirus SARS-CoV-2 está transformando sin remedio cualquier previsión que se hubiese establecido para 2020 en la mayoría de los entornos. Más aún en el campo de la salud, donde se están volcando los esfuerzos para acabar con esta situación.
En el caso de la medicina personalizada en España, este año se esperaban solventar retos tecnológicos, sociales, legales, éticos y asistenciales con la posible aprobación de un plan estratégico por parte del Gobierno, que lleva más de dos años siendo analizado desde el Senado con la colaboración de expertos en la materia. Una normativa muy esperada que es más que probable que vuelva a retrasarse.
Desde el punto de vista de la investigación, se perfilaban avances en CRISPR/Cas9, una herramienta molecular para editar o corregir el genoma de una célula. También en una utilización más eficaz y combinada de las llamadas ciencias ‘ómicas’: genómica, metabolómica, epigenómica, etc. que aun llevando varios años de recorrido todavía están en los albores de su andadura.
Empresas como OncoDNA, compañía especializada en medicina de precisión para el tratamiento y diagnóstico del cáncer, siguen trabajando para potenciar nuevos avances en este último apartado. Lleva varios años dedicada a la realización de análisis genómicos de muestras de pacientes oncológicos, de tejido y de sangre (biopsia líquida), para ofrecer una mayor información del perfil genético de cada tumor a los especialistas y poder así determinar la terapia más adecuada para el paciente.
A lo largo de los últimos 12 meses, y gracias a su continuo trabajo en I+D+i, ha ampliado el número de genes analizados en sus test, llegando sus paneles de biopsia sólida OncoDEEP y OncoSTRAT&GO hasta los 313 e, incluso, combinando el análisis de tejido con biopsia líquida en tumores sólidos en estadio IV. Incorporando nuevos biomarcadores esenciales para conocer las peculiaridades que pueden darse en cada paciente.
Pendientes de todas las novedades
De la misma forma, sus investigadores siguen estando muy al tanto de las diferentes publicaciones que van apareciendo en los medios más prestigiosos del mundo en materia de oncología para mejorar sus servicios. Ejemplo de ello fueron los cambios adoptados hace pocos meses en su test OncoSTRAT&GO.
Esta nueva versión incluye el estudio de mutaciones de la línea germinal en los genes ATM, BRCA1 y BRCA2, así como en otros genes de las vías implicadas en la recombinación homóloga, que también puede ser tratados por los inhibidores de PARP. Una solución que ya está disponible y que es especialmente útil en las pacientes de cáncer de ovario, próstata, páncreas y de mama triple negativo.
Desde sus laboratorios, y con la colaboración de distintos hospitales y centros especializados en cáncer de todo el mundo, también se está trabajando en esa combinación de las ciencias ‘ómicas’, que podrían ofrecer una visión mucho más individualizada del perfil molecular de cada paciente, mejorando así sus perspectivas de éxito frente al cáncer. Incluso para convertirlas en una herramienta eficaz para predecir y asumir estrategias de intervención preventivas.
Mas avances en big data
El procesamiento de grandes cantidades de datos también va a seguir siendo clave en el ámbito de la medicina personalizada. Cada vez más, teniendo en cuenta que la progresiva evolución de las ‘ómicas’ van a necesitar de tecnologías que traduzcan sus resultados a un lenguaje comprensible para los sanitarios.
En el caso oncológico empiezan a aflorar aplicaciones informáticas capaces de procesar y traducir en muy poco tiempo la gran cantidad de información genética que nos ofrece cada análisis genómico. Como ocurre con OncoKDM, una plataforma inteligente de interpretación genómica online que da respuesta a las necesidades más inmediatas de los oncólogos, patólogos y otros especialistas en biología molecular.
“Es capaz de aglutinar toda la información que se haya recogido sobre un paciente, como los resultados de cualquier tecnología genómica, datos de patología molecular o información clínica, analizarla e interpretarla de forma eficaz a nivel clínico y biológico en unos pocos minutos. De esta manera, facilita la toma de decisiones del oncólogo a la hora de elegir la terapia idónea para el paciente o buscar ensayos clínicos disponibles en su país de origen”, explica Adriana Terrádez, directora de OncoDNA en España y Portugal.
Es de prever que soluciones como las de los test genómicos o los softwares y plataformas para el procesamiento e interpretación de datos genómicos sigan evolucionando en el futuro con el fin de mejorar la atención al paciente oncológico y tomar las decisiones más acertadas en cada caso. En ello se está trabajando día a día con el fin de que las novedades lleguen lo antes posible. Incluso en estos momentos de incertidumbre.