La pandemia del coronavirus ha otorgado un empoderamiento inmediato a los servicios de prevención de riesgos laborales. El sector vive estos días muy pendiente de protocolos, medidas y actuaciones alrededor de la salud de los profesionales.
Más que nunca, la PRL es la gran observadora de la salud, seguridad y también higiene de los empleados. Si su papel era importante antes del coronavirus para la marcha de un negocio, ahora se ha vuelto trascendental.
El mundo cambiará tras la pandemia del coronavirus. Esta es una máxima que ha quedado impregnada en prácticamente la totalidad de las personas. Por su puesto, cambiarán muchas cosas, entre otras la concepción de la prevención de los riesgos laborales en las empresas.
Si ya era clave esta área en los negocios, ahora y en el futuro las medidas de protección de los empleados serán vitales. Un experto de Quirónprevención, José Vicente Mañez, director de Área de Actividad Técnica, asegura que “esta crisis servirá para darle aún más importancia a la PRL”.
Obviando aspectos como los equipos de protección individual que necesitan los profesionales sanitarios, el resto de actividades también requerirán medidas de protección para desempeñar su actividad de la manera más saludable posible.
Empezando por lo más actual, ahora que se han incorporado al trabajo numerosas industrias no esenciales, lo prioritario es seguir las recomendaciones de las autoridades para evitar el contagio del coronavirus.
Por ello, será frecuente que a la entrada a las instalaciones, cada empleado pueda ser testado por un termómetro para medir su temperatura, así como la importancia de controlar posibles sintomatologías en la plantilla. Los médicos de empresa y los responsables de PRL tienen mucho trabajo por delante.
Visto lo cambiante que puede ser la situación, será importante subrayar la importancia de ir adaptando la información y la formación en función de los cambios aprobados por el Ministerio de Sanidad
Una PRL madura para el momento
Ellos son los que deben garantizar entornos saludables y comunicar, aunque sean de sobra conocidas por todos, las pautas para el día a día de los trabajadores. No obstante, según recalca Mañez, “es necesario que las empresas cuenten con unas buenas directrices en materia de PRL en estos momentos”.
En esta situación, los nuevos estándares son algunos como el respeto de las distancias de seguridad entre personas, pero también se debe ir más allá en otros aspectos como los protocolos de actuación para la limpieza de los espacios de trabajo o el importante aspecto psicológico o emocional de los empleados.
Según el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST), la información y la formación serán fundamentales para poder implantar medidas organizativas, de higiene y técnicas entre el personal trabajador en una circunstancia tan particular como la actual.
De este modo, se debe garantizar que todo el personal cuente con una información y formación específica y actualizada sobre las medidas específicas que se implanten. Para ello, el Instituto recomienda también potenciar el uso de carteles y señalización que fomente tales medidas.
Asimismo, visto lo cambiante que puede ser la situación, será importante subrayar la importancia de ir adaptando la información y la formación en función de los cambios aprobados por el Ministerio de Sanidad, para lo cual se requiere un seguimiento continuo de las mismos desde las áreas de PRL de las empresas.
¿Qué hacer ante casos sospechosos o posibles positivos?
Si bien el gobierno ha pedido a los profesionales con sintomatología o que padezcan ciertas enfermedades crónicas que se abstengan de acudir al trabajo, los que puedan hacerlo deben ser rigurosamente examinados.
En caso de detectar síntomas leves el protocolo de actuación indica que deberán instarlas a contactar con los servicios de salud para su examen y diagnóstico. Pasado un nuevo periodo de cuarentena y ya sin sintomatología, el trabajador podría volver a su puesto.
Paralelamente, el servicio sanitario de prevención de riesgos laborales elaborará un informe para que quede acreditada la indicación de incapacidad temporal, con el fin de facilitar a los servicios de atención primaria su tramitación en:
- Los casos posibles, probables y los contactos estrechos de casos probables, posibles o confirmados ocurridos en la empresa, así como los casos confirmados para los que le sea requerido por la autoridad sanitaria.
- Las personas trabajadoras con especial sensibilidad en relación a la infección de coronavirus SARS-CoV-2, sin posibilidad de adaptación del puesto de trabajo, protección adecuada que evite el contagio o reubicación en otro puesto exento de riesgo de exposición al virus.
Más allá: cuidando la salud mental del trabajador
Se podría de decir que lo anterior responde a una serie de actuaciones básicas o ‘primeros auxilios’ que debe interiorizar cualquier departamento de PRL en una compañía.
No obstante, además de lo físico los profesionales de este sector también deben cuidar de la salud mental de los trabajadores, seguramente con secuelas debido a lo inédito de la situación y el peligro que supone vivir una pandemia.
Desde esta otra perspectiva, la prevención puede trabajar y formar sobre temas que hoy más que nunca están muy presentes como las emociones, el manejo de la incertidumbre, la resiliencia, la racionalización o el pensamiento efectivo.
Asimismo, conviene realizar un ejercicio de medición del nivel de estrés de las plantillas porque seguramente sea alto. La Organización Mundial de la Salud ya ha advertido que la pandemia también está causando un impacto en la salud mental de la población, equiparando la situación a la de una catástrofe o guerra. Indicadores como los siguientes darán la pista sobre el estrés de las personas:
- Nerviosismo o tensión con sensación de peligro inminente.
- Ataques de ansiedad.
- Dificultad para concentrarse o ser eficiente.
- Aumento de las discusiones.
- Problemas para conciliar el sueño.
- Preocupación constante por los allegados.
- Hipocondría.
Para combatir esta problemática, el trabajo psicológico con los empleados puede ser clave y, salvo casos muy particulares, existen unas recomendaciones que pueden ser muy útiles para este momento:
- Identificar los pensamientos que generen malestar.
- Reconocer las emociones.
- Compartir preocupaciones.
- Mantener rutinas diarias.
- Enseñar a buscar la información desde fuentes fiables.
- Evitar la sobre información.
- Practicar relajación o mindfulness.
Pautas de higiene en el centro de trabajo
Tan importante es la higiene de las personas como de los espacios laborales. En este sentido, el Gobierno de España ha desarrollado una Guía de buenas prácticas en los centros de trabajo que incluye una serie de medidas específicas para la limpieza de cada puesto, las cuales deben ser conocidas por el servicio de prevención de la organización. A destacar:
- La ventilación periódica de las instalaciones (diariamente y por espacio mínimo de cinco minutos).
- Limpieza más habitual de los filtros de aire en los sistemas de climatización.
- Reforzar limpieza en ventanas, pomos de puertas, mesas y ordenadores.
- Limpieza de cada puesto de trabajo en cada cambio de turno.
- El personal de limpieza debe hacer su trabajo con mascarilla y guantes de un solo uso.
- En caso de que el personal disponga de uniforme, este deberá ser lavado con un ciclo completo a una temperatura de entre 60 y 90 grados.