Hoy se celebra el Día Internacional contra el Cambio Climático, una jornada muy especial en la que cabe recordar que el planeta se encuentra en momento clave para afrontar los grandes desafíos que plantea esta problemática. De hecho, se puede decir que, junto con la pandemia de la Covid, el cambio climático es el gran reto que tiene el mundo y en el que urge mediar con soluciones eficientes.
Además de evitar daños que pueden ser irrecuperables, las estrategias de las regiones deben orientarse a buscar una economía sostenible, pues el principal problema se centra en las formas de producción y consumo actuales.
Y es que al igual que una pandemia como la actual, los efectos del cambio climático podrían obligar a un confinamiento de los seres humanos en caso de temperaturas extremas o con climas desérticos.
De modo que esta jornada debe servir para todos como una llamada de atención para concienciarnos sobre este desafío de impacto global.
Hacia una economía verde y sostenible
Pese a ser un reto internacional, la acción debe partir del ámbito local. En ese sentido, la gestión de las ciudades debe contemplar una estrategia clara que busque aumentar su resiliencia ante los impactos que genera el cambio climático.
Del mismo modo, las medidas que se adopten deben apuntar hacia una economía verde y sostenible, por cierto muy ligada a preservar la salud de las personas. En núcleos urbanos importantes, las medidas anticontaminación son ya un hecho porque el aire que respiramos no es ni mucho menos limpio.
La situación demográfica no será una aliada puesta que el crecimiento poblacional que se espera para las próximas décadas, sumado al incremento de consumo estimado, favorecerán las emisiones de gases en las regiones.
Desde muchos años atrás, desde la Revolución Industrial, los expertos apuntan que la concentración de Gases de Efecto Invernadero (GEI) hay ido aumentando y, con ella, la temperatura del planeta.
Esta concentración, dice la ciencia, está directamente relacionada con la temperatura media mundial de la tierra. El mundo ha llegado a un punto en el que el 90% de los niños en el mundo respiran diariamente aire contaminado.
“Necesitamos que todas las instituciones financieras, públicas y privadas, elijan de una vez por todas, la economía verde”, señaló el Secretario General de Naciones Unidas, António Guterres, durante la última Cumbre sobre la Acción Climática.
El agua, factor clave en la lucha contra el cambio climático
La sociedad en su conjunto y el panorama empresarial han de reinventarse para poner freno al cambio climático. Más pronto que tarde, ciudades y continentes deben convertirse en zonas climáticamente neutras y uno de los medios para conseguirlo es proteger los recursos hídricos de las urbes. No en vano, la European Green Deal (el Pacto Verde Europeo) apunta al agua como una de las grandes claves para reducir las emisiones causantes del calentamiento global.
Desde una gestión sostenible de este bien, se pueden poner las bases de una economía verde y circular. Asimismo, el agua puede ser la piedra angular para seguir apostando por energías renovables y, en definitiva, por la llamada transición ecológica. No obstante, todo ello implica un cambio de mentalidades, inversión y digitalización de procesos.
Asuntos todos que se encuentran en la agenda del Plan de Reconstrucción de la Unión Europea dirigido para paliar los efectos de la pandemia. La aportación y fondos que reciban los países tienen como destino a proyectos surgidos de estas tres variables, en donde se contempla una gestión del agua eficiente, inteligente y sostenible.
La depuración y monitorización son claves en este momento de posible presencia de partículas de virus en el agua. Es vital incidir en la calidad del agua que va destinada a consumo humano.
Por otro lado, respecto a la transición ecológica también resulta fundamental adecuar e invertir en infraestructuras para la reutilización del agua, potenciando a su vez la recuperación de los residuos como nuevos recursos en un continente falto de materias primas. Se estima que en 2030 – solo 10 años nos separan de esta previsión – el 47% de la población mundial vivirá en área con estrés hídrico. El planeta tendrá 9.700 millones de habitantes en 2050 (un 70% de ellos alojados en ciudades), que consumirán un 40% más de agua, y un 50% más de alimentos y energía.
SUEZ España asume el reto
Desde hace tiempo SUEZ España tiene en cuenta estas previsiones y su compromiso en la lucha contra el cambio climático le ha hecho tomar el camino de la economía circular en su estrategia. Como grupo referente en la gestión del agua, la compañía es muy activa a la hora de colaborar con administraciones y sociedad en general para paliar los efecto del cambio climático.
En un día como hoy, su ejemplo es muy útil para explicar un modelo que, ante todo, es muy innovador y está muy alineado con la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. Entre los metas que se ha propuesto en su último plan estratégico (REwater Global Plan 2017-2021) destaca alcanzar el próximo año una reducción del 90% de las emisiones de CO2 derivadas de su consumo eléctrico.
Ofrecen un conjunto de soluciones basadas en la naturaleza, conscientes de que es la propia biodiversidad la que aporta un papel protector para la salud de las personas y las ciudades.
Para explicar la propuesta del grupo de un modo práctico, hay que detenerse en el ejemplo de economía circular del Parque La Marjal en Alicante. Se trata del primer parque urbano inundable de agua capaz de recoger 45 millones de litros de aguas pluviales que son posteriormente reutilizadas para riego urbano.
Desde una perspectiva más amplia, el modelo de las biofactorías encaja a la perfección en este camino de transición ecológica. SUEZ España está transformando sus principales plantas de tratamiento de agua en complejos llamadas biofactorías, a través de las cuales se revalorizan los residuos, logrando autosuficiencia energética sin tener impacto alguno en el medio ambiente.
La biofactoría Sur de Granada es una referencia mundial en este ámbito, convirtiéndose en un buen antídoto para frenar el efecto del cambio climático.
Tecnología puntera para hacer más resilientes a las ciudades
En el proceso de transición a la economía circular, la digitalización es clave para facilitar procesos y aportar soluciones inteligentes en el tratamiento del agua. Consciente de la importancia que tienen las nuevas tecnologías, SUEZ España dispone de una red de centros de innovación – DINAPSIS – para reforzar la resiliencia de las ciudades frente al cambio climático.
Centros como estos dan la pista de una nueva economía que poco a poco se está asentando. Además de circular y verde, también será muy digital y creará muchas oportunidades de innovación y empleo de calidad mediante el uso de los datos en el sector del agua. El grupo tiene mucho ganado con su expertise y conocimiento, que permiten calibrar todos los algoritmos empleados, combinándolos con las tecnologías más recientes como Big Data, Realidad Virtual, Realidad Aumentada, Data Analytics o Machine Learning.