Desde tiempos inmemoriales, las empresas han necesitado algún tipo de financiación para crecer, con lo que solicitar un crédito siempre ha estado a la orden del día en el mundo de los negocios. No obstante, conviene medir el las circunstancias para saber si realmente es necesario acometer este tipo de operaciones.
Tradicionalmente han sido los bancos y las sociedades de garantía recíproca quienes más créditos han concedido, sin embargo hoy la tecnología lo ha cambiado todo y hay muchas entidades online a las que cualquier entidad puede solicitar un crédito sin muchos problemas.
¿Quiénes somos? La primera cuestión antes de solicitar un crédito
Antes de ver qué tipo de préstamos son los más habituales, conviene hacer un estudio interno sobre nuestro estatus y necesidades. Así que la primera pregunta es: ¿quiénes somos?
Si estamos en un proceso inicial de creación de empresas, podremos ubicarnos como emprendedores, un perfil muy valorado hoy en día que requiere financiación para comenzar con un proyecto. A la hora de solicitar un crédito, conviene que trabajemos mucho en nuestra idea, pues es lo que vamos a vender al prestamista. Los más interesante es detallar nuestro plan de negocio, objetivos, ideas clave, público objetivo, investigación de mercados previa… Aquí cada detalle cuenta y el crédito ha de estar muy enfocado a nuestras necesidades. En esta categoría también podrían cabe startups o negocios que se encuentren en fase de crecimiento.
Si pertenecemos a una empresa o Pyme consolidada en el merado, el prestamista debe saber nuestra trayectoria, así como los planes que tengamos a la hora de solicitar un crédito. Cuanto más estabilidad tenga la empresa, más fácil será conseguir financiación.
En el caso de las grandes organizaciones, las necesidades de financiación son casi continuas, pues se trata de marcas que acostumbran a vender en los mercados internacionales. No necesitan presentación, pero el hándicap que tienen es que requieren grandes sumas de dinero en su operativa.
Créditos personales
Al margen de empresas, el mercado también mueve una buena cantidad de créditos personales, que en muchos casos se resuelven de forma rápida gracias a las fintech y páginas web creadas para tal fin. Al igual que los negocios, las personas físicas también tienen necesidades de financiación como puede ser el pago de una reforma, la compra de un vehículo o, simplemente un imprevisto. Todo ello está a la orden del día, pero, sin duda, el clásico préstamo que se le concede a las personas es la hipoteca como forma de pago de una vivienda.
Cuándo solicitar un crédito
Esto último entronca con la siguiente cuestión clave a la hora de solicitar un crédito: ¿cuándo debe una empresa solicitar un préstamo? Evidentemente, en este capítulo concurre todo un abanico de cuestiones relacionadas con las necesidades de cada cual.
Y es que un negocio puede usar su financiación para tener liquidez, realizar inversiones, pagar bienes, pagar proveedores e incluso para cobrar facturas por anticipado. La variedad es enorme, pero existe un factor diferencial a tener en cuenta en cada uno de los productos a la hora de solicitar un crédito: el coste.
De acuerdo con el Banco de España, el coste medio de las empresas hasta 250.000 euros es el 3,11% TAE, sin embargo esta cifra varía según el tipo de crédito. Evidentemente, este es el dato en el que se fijan los financieros o cualquier persona quiera solicitar un crédito personal. Un momento como el actual de tipos de interés bajos, es bueno para iniciar un proceso de solicitud de crédito, aunque siempre mandarán nuestras necesidades.
Además de nuestras necesidades, saber cuánto nos va a costar la operación y qué plazos tenemos para afrontarla configuran los tres elementos clave para elegir el momento de solicitar un crédito. Tan importante es uno como otro. A modo de ejemplo, si una empresa solicita un crédito para comprar una maquina de producción, deberá estudiar el plazo de amortización de tal máquina para calcular el coste del crédito según el plazo de devolución del mismo.
A mayor plazo, más coste. Aunque las cuotas mensuales sean menores, tener un crédito por mucho tiempo será más caro a la larga puesto que nos llevará a pagar más intereses. Por tanto, si se tienen varios procesos crediticios abiertos, es mejor esperar a agotarlos para meternos en una gran inversión y así poder afrontar con garantías un periodo largo de pagos. Es decir, termina de pagar los ordenadores e impresoras de tu Pyme antes que meterte en una reforma integral de la oficina.
Motivos estándar por los que una empresa se suele endeudar
Para que nos hagamos una idea sobre los motivos por los cuales un negocio decir solicitar un crédito, he aquí algunas circunstancias que podrían considerarse como estándar, puesto que se dan en gran parte de las empresas a nivel global:
- Internacionalización y comercio exterior. En un mundo global como el que nos encontramos vender un producto o servicio más allá de nuestras fronteras es más fácil que nunca gracias a las tecnologías. Cuando una empresa decide vender en el exterior puede que se enfrente a periodo largos de cobro. Obtener un delante de este cobro es una forma de solicitar un crédito.
- Inversión en bienes de equipo. Cuando toca invertir, si no se cuenta con liquidez o recursos propios, lo más normal es acudir a una fuente de financiación externa para comprar nuevas equipos, maquinaria o sedes para aumentar la producción. En este ejemplo, los plazos suelen ser largos.
- Mejorar el cash flow. Cuando una empresa arrastra deudas antiguas con otras nuevas suele acudir a refinanciar toda su deuda como mecanismo para mejorar el flujo de caja.
Tipología de productos
Explicado lo anterior, actualmente se distinguen muchos tipos de créditos que son bien conocidos en los entornos financieros. Así que, atendiendo a quiénes somos y qué vamos a necesita como empresa, el mercado del crédito tiene los siguientes grandes productos:
- Líneas de crédito – Las SGR y el ICO son los grandes referentes en este tipo de financiación por la cual podemos disfrutar de circulante pagando los intereses del capital que hayamos necesitado. Son por tanto, líneas de crédito abiertas mu útiles para momentos de falta de liquidez. De hecho, durante la crisis del Covid, estas herramientas financieras han sido las protagonistas indiscutibles para las pymes.
- Préstamos con garantías hipotecarias. Se trata de una financiación en la podríamos utilizar nuestros bienes inmuebles como garantía de pago. El proceso de esta operación puede ser largo, ya que se tiene que calcular el valor de los inmuebles.
- Factoring y confirming. Cuando una empresa requiere de servicios de factoring, lo hace para poder retrasar el pago a proveedores. En este caso, es el prestamista quien se hace cargo de esos pagos para más adelante cobrar unos intereses por este procesos. El confirming es el camino opuesto, ya que se trata de cobrar por un producto o servicio aun no entregado. Una entidad nos dará este dinero por anticipado y después nos cobrará intereses cuando facturemos finalmente al cliente.
- Microcréditos. Como su nombre indica, se trata de pequeños créditos normalmente dirigido a emprendedores o colectivos vulnerables que son de corta duración y no tienen avales. Quienes solicitan este tipo de financiación se suelen dirigir a entidades que tengan el Sello de la AEMIP (Asociación Española de Microcréditos).
Préstamos P2P: una alternativa muy actual
Si después de varias reuniones con bancos u otros agentes no se consigue ningún tipo de financiación a la hora de solicitar un crédito, existe una alternativa muy actual y popular gracias al auge de las nuevas tecnologías. Se trata de los préstamos P2P o el crowdlending en el que en una misma plataforma se dan cita los que buscan financiación con los que buscan invertir.
Así que generalmente podemos estar hablando de préstamos online entre particulares (también pueden ser empresas), normalmente de no grandes cantidades de dinero y con intereses menores que en los bancos. Por costes y comodidad es la opción elegida por muchos para levantar pequeños negocios.
Acceder a una plataforma de préstamos P2P es relativamente sencillo. Tan solo tendrás que elegir una de ellas e ingresar los dato que pidan. A continuación ellos evaluarán tu nivel de riesgo y después accederás directamente un grupo de inversores. Ellos son los que financiarán tu proyecto. Es otra forma de solicitar un crédito que últimamente está sumando muchos adeptos.
Créditos urgentes
Aunque el proceso de crowdlending suele ser relativamente rápido, existe otra opción para necesidades urgentes de créditos. Aquellas empresas o autónomos que, como se suele decir, necesiten el dinero ya, existen los llamados créditos urgentes. Estos se consiguen de manera rápida, hasta tal punto que algunas entidades solo tardan una hora en realizar la transferencia.
Son varios los motivos por los que una pequeña empresa puede optar por los créditos urgentes. Entre ellos está el pago de nóminas a empleados, tapar descubiertos bancarios o un pago urgente a un proveedor.
Este tipo de créditos no conllevan mucha burocracia y suele tratarse de minicréditos en la mayoría de los casos. Por esta razón, la aprobación por parte de la entidad crediticia suele ser muy rápida. Incluso hay procesos en los que no se pide ni una nómina ni siquiera una justificación sobre la necesidad del crédito. En el mercado hay entidades especializadas en ellos que disponen de calculadoras para que, rápidamente, el implicado calcula los costes del proceso. Efectivamente, no es más barato que las opciones anteriores, pero sí puede sacar de un apuro a cualquier pequeño empresario