Por Luis López – Responsable de innovación en NEORIS
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En los últimos años, los procesos de digitalización han tenido un incremento importante en todos los sectores de actividad y, en particular, en la industria de servicios financieros, que ha sido pionera en la incorporación de distintas tecnologías a sus procesos de negocio, afrontando grandes inversiones y cambios culturales, tanto internamente en sus organizaciones como en la forma en la que se relacionan con sus clientes.
Esta rápida transformación ha hecho que herramientas tecnológicas, como, por ejemplo, la nube, tanto pública como privada, se conviertan en una de las piezas clave de los procesos de digitalización al permitir a las organizaciones operar de una forma más ágil, flexible y eficiente.
De hecho, hace ya varios años que los bancos iniciaron sus estrategias de llevarse de forma progresiva algunas de sus aplicaciones no Core a la nube. Pero es aquí donde se está produciendo un desequilibrio difícil de afrontar, ya que no está sucediendo lo mismo con las aplicaciones de los Core bancarios, que hoy en día siguen manteniéndose exclusivamente en los mainframes.
Y es que, a pesar de que es sabido que los mainframes son computadoras en constante evolución, a la vanguardia de la tecnología y, por supuesto, muy fiables, los métodos de desarrollo apenas han cambiado en los últimos 30 años.
Este desequilibrio ha puesto ante las entidades financieras un gran desafío. Por un lado, deben ser capaces de ser lo suficientemente ágiles para adaptarse a la velocidad que demanda el mercado, algo que parece difícil por la complejidad y múltiples tareas manuales que todavía requieren estos sistemas. Pero por otro, abandonar el mainframe supondría renunciar a la gran capacidad de procesamiento, robustez y seguridad que ofrecen.
Para hacernos una idea de la capacidad de procesamiento necesaria, se estima que cada segundo se publican 6.900 tweets, se dan 30.000 likes en Facebook y se realizan 60.000 búsquedas en Google, mientras que los mainframes procesan más de un millón de transacciones por segundo.
Pero tan solo el empezar a hablar de una estrategia de migración del Core bancario a la nube da vértigo, pues supondría un proyecto faraónico, costoso y que pocas veces se ha alcanzado con éxito.
Por ello, cada vez más entidades son conscientes de la creciente necesidad de encontrar una solución ágil y eficiente que permita que ambos sistemas – la nube y los mainframes – puedan convivir entre sí. Y es aquí donde se han posicionado con fuerza las estrategias de modernización a través de DevOps (combinación de Development y Operations).
¿En qué consiste esta adopción de estrategias DevOps?
Se trata de conectar los entornos mainframe con el mundo OPEN, a través de las herramientas modernas de código abierto ya existentes en cualquier entidad, con el objetivo de crear pipelines de automatización completos, desde el análisis y la codificación, hasta la generación de pruebas. De esta forma se mejora la calidad del software y se reducen los tiempos de desarrollo, lo que se traduce en un importante ahorro de costes.
Además, esta estrategia de modernización permitirá a la organización allanar el camino antes de embarcarse en supuestos y futuros proyectos de migración completa a la nube.
En definitiva, no estamos hablando ni de sustituir el actual Core ni de crear uno nuevo, sino de desplegar la solución más adecuada que permita a las entidades financieras modernizar los procesos de desarrollo que corren en mainframe.
Esto es fácilmente alcanzable gracias a estrategias DevOps, además de no necesitar grandes inversiones ni despliegues. Por ello, las organizaciones están cada vez más convencidas de verlo como la alternativa más viable.