El gobierno de las tecnologías está marcado por tres grandes actores: la conectividad 5G, hoy muy asentada; la Inteligencia Artificial, en pleno auge en este momento; y el Internet de las Cosas – IoT -. Desde esos tres conceptos, las empresas españoles están impulsando su competitividad a nivel mundial.
La velocidad de los desarrollos ha sido pasmosa en los últimos años, hasta tal punto que en 2025 habrá más de 41.600 millones de dispositivos IoT conectados en todo el mundo, según la consultora IDC, lo que representa un aumento de la conectividad del 64% respecto a 2020.
Este panorama convierte en una obligación para las empresas disponer de infraestructuras de telecomunicaciones que permitan desplegar estas nuevas tecnologías, no solamente habilitando sus redes 5G, sino que además optimicen al máximo su uso y capacidades, liberando todo su potencial y permitiéndoles alcanzar la eficiencia operativa, crear modelos de negocio innovadores y mejorar la experiencia de trabajadores y clientes.
El potencial del IoT será aún mayor con la IA y la conectividad 5G
Es sabido que el 5G está cambiando la forma de interactuar con la tecnología y su impacto es y será clave en sectores como la sanidad, los servicios públicos inteligentes, el consumo y los medios de comunicación, el sector industrial o el financiero. En cifras totales, el mercado podría añadir 1,3 billones de dólares al PIB mundial en 2030, según datos de PwC.
A pesar de que por sí solo, el 5G puede ofrecer una ventaja competitiva significativa a través de su alta velocidad, baja latencia y gran capacidad de conexión, su potencial se maximiza aún más cuando se combina con tecnologías avanzadas, como el IoT y la IA, permitiendo una transformación más profunda.
«A diferencia de las redes anteriores, la red 5G además de ofrecer un valor para el usuario particular, donde realmente aporta valor es en el entorno empresarial, y es ahí donde contar con un partner especializado, con experiencia, alcance y recursos puede suponer una ventaja competitiva para las organizaciones», afirma Antonio Álvarez, director de negocio en Verne Technology Group.
Desde esta organización, comparten ciertas características en torno a la posibilidades del 5G:
- Velocidad: El 5G es 20 veces más rápido que el 4G, alcanzando varios gigabits por segundo. Esta velocidad de conexión permite que los dispositivos se comuniquen entre sí en tiempo real, así como analizar gran cantidad de datos e información para mejorar el aprendizaje automático en el que se apoya la Inteligencia Artificial. Por otro lado, la velocidad permite una disminución considerable de los costes energéticos, ya que, según datos de la Unión Europea, gracias al 5G se podrá ahorrar alrededor del 90% del consumo eléctrico. Gracias a ello las empresas pueden optimizar los procesos desde una perspectiva financiera, a la vez que impulsan un enfoque más sostenible y eficiente en términos de recursos.
- Latencia: En comparación con las redes 4G, se produce una reducción del tiempo de respuesta 35ms a 1ms. Este aspecto es de gran importancia para el uso de aplicaciones o herramientas que requieren de mantenimiento predictivo, o tratamiento de datos en tiempo real. Una baja latencia no solo permite un funcionamiento más eficiente y sostenible, si no que mejora la fiabilidad del 5G y, en consecuencia, impulsa la productividad y la optimización de procesos empresariales. Por último, resulta imprescindible para que las herramientas de IoT, impulsadas por IA, que incorporamos en el funcionamiento del día a día real, no tengan fallos ni retrasos en la conexión, algo que podría resultar vital en el caso de las aplicaciones de telemedicina, el control remoto o los coches autónomos, donde es necesario un acceso inmediato.
- Conectividad: Con el 5G la densidad de dispositivos conectados crece y se multiplica por 100, pasando de los 10.000 con las redes 4G a 1.000.000, aumentando de forma exponencial el desarrollo del IoT. Gracias a esta capacidad, las teleoperadoras y las empresas podrán ofrecer y adoptar soluciones IoT más escalables y eficientes, que van desde ciudades inteligentes hasta hogares conectados y dispositivos portátiles que hoy no podemos ni imaginar.