«Que tengas una hora corta». Esta es una frase hecha que se suele decir a aquellas mujeres que van a dar a luz. Como todo el refranero, la oración tiene todo el sentido del mundo porque cuanto más breve sea el proceso, mucho mejor. Sin embargo, un buen número nacimientos llegan muchas horas después del ingreso hospitalario. Y cuanto más largo se hace este momento, más posibilidades existen de que aparezcan complejidades. En estos casos, una herramienta fundamental para los sanitarios es la ecografía intraparto.
La introducción de esta solución ha sido un avance significativo en la toma de decisiones durante el proceso de parto. Antes de su uso, los obstetras dependían principalmente de la exploración clínica para determinar la vía de parto más adecuada y el manejo de la segunda fase del parto, conocida como fase expulsiva. Sin embargo, en casos de partos prolongados, la exploración clínica sola puede no ser suficiente para evaluar con precisión el descenso de la cabeza fetal y la seguridad de un parto instrumental.
La aportación de la ecografía intraparto
La ecografía intraparto proporciona información valiosa sobre varios parámetros, como la posición de la cabeza fetal, el ángulo de progresión y la distancia entre la cabeza y el periné. Estos datos, combinados con la exploración clínica y el monitoreo del bienestar fetal, ayudan a tomar decisiones informadas sobre si se debe realizar un parto vaginal espontáneo, un parto instrumental o una cesárea.
Es importante destacar que la ecografía intraparto no es necesaria en todos los casos, tal y como recuerda el doctor Carlos Piñel, especialista en Ginecología y Obstetricia del Hospital Quirónsalud San José. En el marco de la “Guía de práctica clínica de ecografía intraparto”, publicada por la International Society of Ultrasound in Obstetrics and Gynecology (ISUOG) en 2018, se recomienda su uso en situaciones como partos lentos o detenidos durante la fase de dilatación, durante la fase expulsiva o cuando se evalúa la realización de un parto vaginal instrumental.
La ecografía intraparto se puede realizar de dos maneras: transabdominal (para evaluar la posición de la cabeza fetal) y transperineal o translabial (para conocer la progresión del parto).
En caso de utilizar en cualquier de sus formas este herramienta, el doctor Piñel concluye que la ecografía intraparto tiene un gran valor en la toma de decisiones en el paritorio. «Investigaciones actuales tratan de establecer nuevas indicaciones y usos de la ecografía en el paritorio y cada vez son más los beneficios que encontramos al combinar la exploración clásica con las técnicas de imagen actuales», recalca el experto.
El Hospital Quirónsalud San José se ha convertido en un centro de excelencia materno-infantil en la sanidad privada madrileña. Su enfoque en la atención integral a los menores y sus familias incluye cirugía neonatal y pediátrica, así como todas las especialidades pediátricas. Gracias a las innovaciones en equipos médicos, técnicas de tratamiento y tecnología, el hospital ofrece una amplia gama de servicios en diversas especialidades, incluida la Angiología y Cirugía Vascular con técnicas avanzadas de cirugía mínimamente invasiva.