Existe una corriente de opinión bastante extendida de que los empresarios, ya sean grandes, medianos o pequeños, son explotadores sin escrúpulos que solo buscan su interés personal. Esto es así. Además, hay un gran número de personas que no valoran que alguien pueda ganar dinero o tener éxito con un proyecto cuando verdaderamente están sacrificando muchas cosas.
Es algo cultural, muy diferente a lo que sucede por ejemplo en Estados Unidos, donde además de apreciar el fracaso, se elogia el éxito y las personas que comandan negocios rentables. Lo cierto es que los empresarios no son más que personas que tratan de crear y gestionar compañías con el deseo de superar retos constantemente.
Antonio Bonet, presidente del Club de Exportadores e Inversores Españoles e impulso de varias firmas de impacto internacional, acaba de publicar un libro para desmontar la imagen negativa que tienen estas personas en España. Se trata de Empresarios. Relatos de lucha, logros y emociones (LID), estructurado en 18 relatos que exploran diversas emociones: angustia, soledad, valores, cansancio, apoyo, vértigo, desencuentro, adversidad, dilema, satisfacción, honestidad, disculpa, generosidad, miedo, ansiedad, frustración, ruindad y tenacidad.
Cada relato describe una situación real en la que el protagonista, empresario o emprendedor, ha tenido que enfrentarse a la adversidad y ha acometido sus proyectos con ilusión. En ocasiones siente miedo o cansancio, agradecimiento, soledad o satisfacción. Así, se muestra el aspecto humano y las emociones que se viven en cada una de las situaciones basadas en casos reales y reflejadas a través de personajes ficticios.
Antonio Bonet, Carlos Rodríguez Braun y Manuel Pimentel
La presentación de esta obra corrió a cargo del propio autor, así como de Carlos Rodríguez Braun, catedrático de economía, autor de LID y conferenciante, y de Manuel Pimentel editor de AlmuzaraLibros/LID Editorial. «No es un libro de gestión, sino de sabiduría», definió el ex Ministro de Trabajo. La charla giró en torno a la figura del empresario en la sociedad y los ponentes trataron de dar su definición al respecto.
Rodríguez Braun señaló que «no siempre es fácil definir a un empresario con cualidades que le sean propias, exclusivas de él. Un empresario no es un inversor, ni un creador de riqueza», señaló este experto. Aludiendo a Cantillon y a Knight, Braun ofreció su propia definición de empresario:
«Se llama empresario a aquella persona que puede perder todo su capital. Esto es lo que diferencia al empresario del empleado, por eso casi todo el mundo quiere ser empleado»
Braun apuntó una definición básica, pues no hay que olvidar que los empresarios arriesgan su patrimonio para crear y desarrollar empresas. Si les va mal, pueden arruinarse. Y si tienen éxito, además de obtener un beneficio directo, su apuesta también aporta a la sociedad, contribuyendo a la generación de riqueza y empleo.
Con todo, Antonio Bonet, a expensas del impacto que pueda tener su libro, se mantiene la idea de que «los empresarios no tenemos buena fama, pero somos personas como los demás, con nuestras emociones y sentimientos. La publicación del libro Empresarios es un intento de aportar un granito de arena para borrar esa percepción», concluye,