A escasos días que dé comienzo la X Edición del Reto Pelayo Vida, la neurocientífica Ana Ibáñez ofreció una inspiradora ponencia que trasladó a los asistentes a la esencia misma de los desafíos humanos: la transformación que ocurre cuando nos enfrentamos a lo desconocido. Con la Antártida como próximo destino para las cinco expedicionarias de este reto, que reúne a mujeres que han luchado contra el cáncer, Ibáñez proporcionó herramientas prácticas desde la neurociencia para superar los obstáculos no solo físicos, sino también mentales.
Ibáñez definió los retos como un «baile entre lo posible y lo imposible», subrayando que enfrentarlos nos saca de nuestra zona de confort, algo que el cerebro inicialmente rechaza. Con un enfoque profundamente humano, compartió cómo su experiencia al superar un cáncer infantil marcó su resiliencia y perspectiva de vida: «Sobrevivir a algo así deja en el cuerpo más vida que nunca».
Por primera vez en el Reto Pelayo Vida, las participantes no solo han entrenado su cuerpo, sino también su mente, gracias a un programa diseñado por Ibáñez que integra ciencia y técnicas de entrenamiento cerebral.
Los cuatro pilares (mentales) para superar el Reto, según Ana Ibáñez
Durante su intervención, la neurocientífica presentó cuatro pilares clave para enfrentarse a los retos de manera efectiva:
- La música como herramienta transformadora: Ibáñez explicó cómo la música, al influir en nuestras frecuencias cerebrales, puede ayudarnos a seleccionar pensamientos positivos y convertir los desafíos en oportunidades. La elección adecuada de música potencia nuestra energía y disposición ante los retos.
- Afrontar el miedo: Lejos de intentar eliminar el miedo, Ibáñez destacó la importancia de atravesarlo con ilusión, visualizando el éxito para “engañar al cerebro” y desactivar la respuesta de alerta. Este enfoque permite abrir espacio para la creatividad y soluciones novedosas.
- Creatividad ante la adversidad: En momentos de incertidumbre, mantener un enfoque abierto es fundamental. La creatividad se convierte en una herramienta esencial para resolver problemas inesperados y encontrar nuevas perspectivas. Este principio será crucial en la expedición a la Antártida, donde las condiciones extremas requerirán adaptabilidad constante.
- Gestión de la energía: La neurocientífica hizo hincapié en la importancia de equilibrar los picos de energía personal y grupal. “Transmitimos energía constantemente; cuidar lo que emitimos y recibimos es vital, especialmente en entornos de alto rendimiento como este reto”.
Ejercicios prácticos y conexión grupal
La sesión incluyó dinámicas que llevaron a los asistentes a experimentar las herramientas presentadas. Desde visualizaciones guiadas con música hasta ejercicios grupales que impulsaron la cohesión y la positividad colectiva, los participantes vivieron en primera persona cómo estas técnicas pueden transformar su perspectiva ante los desafíos.
El cierre de la ponencia fue especialmente emotivo: Ibáñez lideró un ejercicio donde los presentes enviaron energía positiva a las cinco expedicionarias, simbolizando el apoyo colectivo que las acompañará en su travesía hacia Ushuaia.
El legado del Reto Pelayo Vida
En su décima edición, el Reto Pelayo Vida continúa inspirando a mujeres que han enfrentado el cáncer de mama a desafiar sus límites y explorar su fortaleza interior. Con las herramientas de la neurociencia como nuevo aliado, este reto reafirma su compromiso de celebrar la vida, demostrando que los desafíos no son solo pruebas de superación, sino también oportunidades para vivir con mayor intensidad y propósito.
“Siempre que decimos sí a un reto, estamos diciendo sí a la vida”, concluyó Ana Ibáñez, dejando a la audiencia con una renovada inspiración para enfrentar sus propios desafíos cotidianos.