Una nueva “revolución” quirúrgica para la estenosis del canal lumbar

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Las distintas opciones se que manejan para evitar el dolor lumbar siempre son conservadores desde el punto de vista de evitar la cirugía… hasta que el paciente se vea muy incapacitado y su calidad de vida esté seriamente afectada. Operación temida por muchos, si bien los avances deben llevar a la calma porque ahora los procedimientos son más eficaces y, sobre todo, menos invasivos. Además, la innovación sigue avanzando y cada poco tiempo sorprende la aparición de una nueva técnica.

La última gran aparición llega para revolucionar la cirugía de la estenosis del canal lumbar. De la mano del doctor Francisco Villarejo, jefe de Servicio de Neurocirugía del Hospital Universitario La Luz, el centro ha consolidado el uso de separadores interespinosos, una innovadora técnica quirúrgica que ha mejorado significativamente la calidad de vida de los pacientes, reduciendo complicaciones y acelerando la recuperación postoperatoria.

Un problema común con impacto en la movilidad

La estenosis del canal lumbar, una de las afecciones degenerativas más frecuentes en personas mayores de 60 años, consiste en el estrechamiento progresivo del canal vertebral, lo que afecta el paso de la médula espinal y los nervios que se ramifican hacia el cuerpo. Esta condición genera síntomas incapacitantes como dolor lumbar crónico, debilidad en las extremidades y claudicación neurógena, una sensación de fatiga y dolor que limita la capacidad de caminar.

«El diagnóstico de estenosis del canal es común con la edad, pero no todas las personas desarrollan síntomas. Sin embargo, quienes los padecen ven afectada su movilidad y calidad de vida de manera significativa», explica el Dr. Villarejo.

Los métodos tradicionales para el tratamiento de la estenosis del canal lumbar

Tradicionalmente, la cirugía consistía en la laminectomía o la foraminotomía, técnicas que eliminan parte de las láminas vertebrales para aliviar la presión sobre los nervios. En casos más severos, se combinaba con artrodesis instrumentada, que fija las vértebras con tornillos para estabilizar la columna.

Si bien estas técnicas han sido efectivas, no están exentas de riesgos. La fijación vertebral puede provocar desgarros durales, infecciones y afectación de segmentos vertebrales adyacentes, aumentando la complejidad del tratamiento y la recuperación del paciente.

doctor Francisco Villarejo
Doctor Francisco Villarejo.

Los separadores interespinosos como punto de inflexión

Frente a estos desafíos, la introducción de los separadores interespinosos, como el modelo Wallis desarrollado en 1986, ha marcado un punto de inflexión en la cirugía de la estenosis del canal lumbar. Estos dispositivos se implantan entre las apófisis espinosas de las vértebras para aumentar el espacio intervertebral, aliviando la presión sobre los nervios sin necesidad de extirpar tejido óseo.

«El empleo de separadores interespinosos representa una revolución en la cirugía de la estenosis del canal lumbar. No solo acortan la duración de la intervención a apenas 30 minutos, sino que también disminuyen las complicaciones postoperatorias a menos del 3%», destaca el Dr. Villarejo.

Más de 4.500 intervenciones con éxito

El equipo del Hospital Universitario La Luz ha liderado el uso de esta técnica en España, realizando más de 4.500 intervenciones con separadores interespinosos desde su introducción. Según un estudio publicado en Acta Neurochirurgica en 2011, los resultados han sido altamente positivos:

  • Tasa de satisfacción superior al 80%.
  • Reducción de síntomas en más del 50% de los casos.
  • Aumento de la anchura del saco dural de 74 mm² a 90 mm².
  • Expansión del agujero intervertebral de 60 mm² a 80 mm², reduciendo la presión sobre las raíces nerviosas.

Estos cambios anatómicos han permitido que los pacientes recuperen movilidad y reduzcan significativamente el dolor, mejorando su calidad de vida de manera notable.

4 ventajas de los separadores interespinosos frente a técnicas tradicionales

El Dr. Villarejo resalta que, en comparación con la fijación vertebral o la laminectomía tradicional, esta técnica presenta 4 grandes beneficios:

  1. Menor carga sobre el disco intervertebral: reducción del 40% en la presión, lo que disminuye el dolor y ralentiza la progresión de la degeneración discal.
  2. Menos agresividad quirúrgica: al no extraer hueso ni realizar grandes incisiones, la cirugía es menos invasiva y el paciente se recupera más rápido.
  3. Menor índice de complicaciones: solo un 3% frente a tasas más elevadas en cirugías convencionales.
  4. Rápida recuperación: muchos pacientes pueden retomar sus actividades cotidianas en semanas, en lugar de los largos periodos de rehabilitación de otras técnicas.
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