El envejecimiento de la población y las nuevas expectativas de bienestar en edades avanzadas han disparado el número de cirugías de columna en pacientes mayores de 70 y 80 años. Lo que antes era una excepción hoy se ha convertido en una realidad creciente en los quirófanos. Así lo explica para Directivos y Empresas el doctor Javier Cobo Soriano, cirujano especialista en columna vertebral del Hospital Ruber Internacional de Madrid: “Los octogenarios ya no aceptan el dolor crónico y la pérdida de movilidad como una condena inevitable”.
La mayor esperanza de vida y la voluntad de mantenerse activos durante más tiempo han transformado la forma en que los pacientes mayores abordan sus problemas de columna, que en muchos casos se deben a patologías degenerativas como la artrosis, la osteoporosis o la estenosis de canal. “Cuando una persona mayor pierde autonomía, no solo sufre dolor, sino que ve afectada su salud global, su independencia y su bienestar emocional”, advierte el Dr. Cobo.
Durante años, la edad avanzada ha sido vista como un factor limitante para optar por la cirugía. “Es un error descartar a un paciente solo por su edad”, recalca el especialista. Aunque es cierto que las personas mayores tienen un perfil más frágil, cada caso debe ser evaluado de forma individualizada. “En muchos casos, una intervención quirúrgica es la mejor vía para devolverle al paciente calidad de vida y funcionalidad”, añade.
Cirugías menos agresivas, mejores resultados: técnicas muy fiables en cirugías de columna en personas mayores
El desarrollo de la cirugía mínimamente invasiva ha cambiado por completo el panorama para los pacientes de edad avanzada. Procedimientos que antes se consideraban de alto riesgo, hoy son mucho más seguros y menos traumáticos.
“Gracias a la endoscopia, la navegación asistida por robot o los separadores especializados, podemos operar con incisiones más pequeñas y menos daño en los tejidos”, detalla el Dr. Cobo. Este tipo de intervenciones reducen el sangrado, acortan la estancia hospitalaria y permiten una recuperación más rápida, algo crucial en pacientes mayores.
Además, técnicas como la vertebroplastia y la cifoplastia, realizadas con anestesia local y sedación ligera, han demostrado ser especialmente útiles en personas con osteoporosis o fracturas vertebrales, que antes se descartaban para cirugía por su fragilidad.
“Hoy podemos ofrecer soluciones eficaces y seguras a pacientes que, hace tan solo unos años, habrían sido considerados inoperables”, asegura el cirujano.
Tecnología puntera y equipos multidisciplinares
El Hospital Ruber Internacional ha apostado por la tecnología de última generación para reforzar la seguridad y precisión de estas intervenciones. “Contamos con quirófanos equipados con sistemas de navegación basados en imágenes de TAC obtenidas en tiempo real, además de la posibilidad de realizar cirugías con robótica”, apunta Cobo Soriano.
Pero la tecnología por sí sola no basta. “Uno de los factores más importantes es la evaluación de la fragilidad del paciente”, explica el doctor. Para ello, los cirujanos colaboran estrechamente con equipos de Medicina Interna y Anestesia, que ayudan a valorar la capacidad del paciente para recuperarse con éxito de la intervención.
El verdadero reto, subraya el Dr. Cobo, está en tomar la decisión adecuada en cada caso: “El error puede estar tanto en operar demasiado, eligiendo una técnica muy agresiva, como en no operar cuando es necesario y condenar al paciente a una pérdida progresiva de calidad de vida”.
Por eso, el especialista insiste en la importancia de contar con un equipo quirúrgico con experiencia y criterio. “No se trata solo de dominar la técnica, sino de tener la capacidad de decidir cuándo operar, cómo hacerlo y qué procedimiento es el más seguro y eficaz para cada paciente”, concluye.
