Los últimos buenos datos de empleo en España tienen en las pymes uno de los grandes aliados hasta la fecha y todo parece indicar que así seguirá siendo en el futuro próximo teniendo en cuenta termómetros como las ofertas de empleo publicadas en un portal de referencia como es Infojobs.
Asimismo, un informe elaborado por esta plataforma reafirma a las pymes en este rol de motor de empleo. No obstante, este perfil de negocios (más de 2,9 millones de sociedades activas en España) no están exentos de retos, más difíciles de acometer precisamente por su tamaño y recursos. En colaboración con Esade, el informe de Infojobs, además de analizar las perspectivas de contratación de las pymes, pone sobre la mesa dos grandes desafíos que tienen en este momento las pequeñas y medianas compañías. Antes de hablar de ellos, desgranemos los hallazgos del informe en materia laboral.
Perspectivas de empleo para las pymes
A nivel laboral, las pymes siguen siendo la principal fuente de empleo del país, generando más del 60% de los puestos de trabajo. Sin embargo, su papel en la oferta activa de vacantes en plataformas como InfoJobs está algo desdibujado frente a las grandes empresas. Según el informe InfoJobs-Esade sobre el mercado laboral 2024, solo el 35% de las vacantes publicadas provienen de empresas con menos de 50 trabajadores, frente al 65% de compañías más grandes.
Un dato que, por sí solo, podría pasar desapercibido, pero que se vuelve relevante al observar la evolución interanual: las micro y pequeñas empresas han reducido su número de vacantes un 5% respecto a 2023. En cambio, las medianas y grandes apenas han bajado un 1%. ¿Qué hay detrás de este ajuste? Posiblemente, la incertidumbre económica, la presión regulatoria y la falta de músculo financiero para afrontar nuevas contrataciones.
Aun así, hay señales de optimismo. El 48% de las pequeñas empresas prevé contratar en los próximos seis meses, mientras que el 52% de las medianas proyecta crecimiento a lo largo del próximo año. Las microempresas, más prudentes, optan por mantener su plantilla estable.
La doble cara de la digitalización: oportunidad y riesgo
En los últimos años, la digitalización ha irrumpido con fuerza como catalizador de competitividad. Automatización, gestión en la nube, e-commerce o inteligencia artificial están ya en el vocabulario de muchas pymes. Sin embargo, esta transición no ha venido exenta de amenazas.
Uno de los principales puntos débiles es la ciberseguridad. Mientras grandes compañías invierten en firewalls, protocolos y formación especializada, el informe de InfoJobs revela que 2 de cada 3 pymes no han ofrecido formación en ciberseguridad en el último año. Y entre las microempresas, solo un 22% ha tomado medidas al respecto.
Un entorno digital sin blindaje es, como mínimo, una puerta abierta a la vulnerabilidad. Virus, troyanos, suplantación de identidad y fraudes bancarios se posicionan como amenazas reales, especialmente para estructuras pequeñas que no pueden asumir ni el impacto económico ni la paralización operativa que puede generar un ciberataque.
Sorprende, además, el bajo nivel de percepción del riesgo en estas empresas: un 51% de las microempresas asegura no haber sufrido ataques, lo que lleva a una falsa sensación de seguridad que puede volverse en su contra.
La jornada de 37,5 horas: un nuevo desafío a la vista
Si hay un tema que está generando inquietud en las pequeñas y medianas empresas en los últimos meses es la propuesta de reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales. Aunque desde el punto de vista del bienestar del trabajador puede representar un avance, la medida también levanta suspicacias entre los empresarios, especialmente aquellos con estructuras muy ajustadas.
Según Cepyme, la reducción afectaría al 75% del total de trabajadores y supondría una disminución del tiempo de trabajo del 2,8%. Para muchas pymes, esto implicaría reestructurar turnos, contratar más personal o asumir un descenso en la productividad sin necesariamente contar con ayudas compensatorias.
“No se trata de estar en contra del bienestar del trabajador, sino de tener en cuenta que las pymes no tienen margen de maniobra como las grandes empresas. Para nosotros, una hora menos a la semana supone un mundo”, resume el gerente de una empresa de mantenimiento con 12 trabajadores.
Dados los datos que presente el informe de Infojobs-Esade, el mensaje que lanza este análisis es claro: las pymes necesitan más que palabras. Necesitan acompañamiento real. Desde una regulación adaptada a su escala hasta acceso a financiación, herramientas digitales, formación y planes de prevención adaptados.
También necesitan que se valore su rol con la misma atención que se pone en las grandes compañías. Porque, al final, son las pequeñas empresas las que te arreglan el coche, te entregan el paquete, te atienden en el comercio de barrio o fabrican la pieza clave que un gigante industrial necesita.