Se trata de las oficinas de Ceuta, Logroño, Melilla, Pamplona, San Sebastián, Santander y Toledo
Se trata de las oficinas de Ceuta, Logroño, Melilla, Pamplona, San Sebastián, Santander y Toledo
SAN SEBASTIÁN, 23 (EUROPA PRESS)
El Banco de España ha decidido reestructurar su red de sucursales con el objetivo de mejorar la eficiencia en el uso de los recursos económicos y humanos de que dispone. La Comisión Ejecutiva del Banco ha acordado el cierre, con fecha efectiva 31 de mayo, de las siete sucursales con menor actividad de las 22 que están operativas actualmente. Se trata de Ceuta, Logroño, Melilla, Pamplona, San Sebastián, Santander y Toledo.
A partir del mes de junio, la red de sucursales abarcará 15 ciudades como son Alicante, Badajoz, Barcelona, Bilbao, A Coruña, Las Palmas, Málaga, Murcia, Oviedo, Palma, Sevilla, Tenerife, Valencia, Valladolid y Zaragoza.
El Banco de España ha aprobado un protocolo para acordar con el Ministerio de Economía las condiciones del traspaso de los edificios de las siete sucursales que cesarán sus operaciones a Patrimonio del Estado, que será el encargado de decidir el uso que se dará en el futuro a estos inmuebles.
Según ha explicado el Banco de España, como gestor de fondos públicos, «tiene la obligación de utilizar los recursos que administra con la mayor eficiencia posible, especialmente en el actual contexto de austeridad en la Administración Pública».
En este sentido, el coste anual conjunto de las siete sucursales que cesarán sus operaciones el 31 de mayo supone el 16 por ciento de los costes totales de la red (incluyendo costes de personal, mantenimiento, materiales, servicios externos, seguridad, amortizaciones y otros gastos). Sin embargo, sólo prestan el 9,3 por ciento del total de los servicios realizados por las sucursales.
De todas las funciones asignadas al Banco de España por la normativa vigente y por su pertenencia al SEBC, las sucursales sólo participan en dos de ellas, las relacionadas con la emisión y puesta en circulación de los billetes y las relativas a su propia administración. De estas dos tareas, la de mayor relevancia y a la que se destinan más recursos es la operativa con efectivo.
En la actualidad, sólo dos de estas siete sucursales, Ceuta y Melilla, realizan funciones relacionadas con el efectivo, pero su volumen es escaso, a pesar de que prestan servicio de caja a las entidades de crédito. En las otras cinco sucursales, que no prestan ese servicio, el tratamiento de efectivo es prácticamente inexistente. En conjunto, estas siete sucursales realizan un 7 por ciento de las tareas relacionadas con el efectivo que se producen en las 22 sucursales.
Los cambios en el sector financiero de la zona euro y el avance en las tecnologías de la información, así como la mejora de las comunicaciones, han hecho «innecesario» contar con una amplia red de sucursales. Además, los «exigentes» requisitos impuestos por el Eurosistema para garantizar la autenticidad y buen uso de los billetes en circulación requieren de «una maquinaria sofisticada de alto coste de adquisición y mantenimiento, lo que obliga a reorganizar los centros de trabajo para optimizar el uso de los recursos».
Desde la adopción del euro, en el Eurosistema se han cerrado en conjunto 225 sucursales, lo que representa una reducción del 35 por ciento, pasando de 651 oficinas en 1999 a 426 en 2008.
Tras la primera reestructuración de la red de sucursales del Banco de España en 1962, se han sucedido diversas operaciones en las sucursales. Desde 2005, la red está compuesta por 22 sucursales con operativa diferenciada. Se trata de las sucursales de operativa restringida, que no prestan servicio de caja a las entidades de crédito. Son Logroño, Pamplona, San Sebastián, Santander y Toledo.
Asimismo, están las sucursales sin tratamiento mecanizado completo de billetes (recuento, separación de los falsos y de los aptos para circulación y destrucción de los no aptos), pero que realizan el resto de las operaciones, que son Ceuta y Melilla, y las 15 sucursales de operativa plena.
SERVICIOS
En cuanto a los servicios prestados al público, el canje de pesetas por euros y el cambio de billetes y monedas euro por otros de distinto valor podrán seguir realizándose, de forma presencial, en el resto de las sucursales y las dependencias centrales de Madrid. Para el resto de los servicios prestados a los ciudadanos no es necesaria la presencia física.
La suscripción de deuda pública podrá solicitarse en el resto de las sucursales o por correo ordinario, descargando el formulario de solicitud del sitio web. Asimismo, los saldos de las Cuentas Directas de Deuda Pública de las sucursales afectadas por el cierre serán trasladados a Madrid salvo que sus titulares indiquen otra cosa.
La presentación de reclamaciones y la solicitud de informes a la Central de Información de Riesgos del Banco de España (CIRBE) podrán realizarse en el resto de las sucursales, en la sede de Madrid, por correo ordinario o a través de la Oficina Virtual, a la que puede accederse desde la página web.
Por su parte, las empresas que presentan sus datos para la Central de Balances en alguna de las sucursales que cesan sus operaciones podrán dirigirse, de acuerdo con sus preferencias, a las dependencias del Banco en Madrid o a cualquiera de las sucursales que permanecen abiertas.
El pasado mes de marzo, el Banco de España y el Comité Nacional de Empresa alcanzaron un acuerdo sobre la situación en que quedarán los 57 trabajadores que componen la plantilla de las siete sucursales que cesarán sus operaciones el 31 de mayo.
Como regla general, la plantilla será trasladada a otras dependencias del Banco para cubrir las vacantes existentes, de acuerdo con sus preferencias. Los empleados que prefieran no ser trasladados podrán acogerse a prejubilación voluntaria para empleados mayores de 55 años que tengan, al menos, una antigüedad en el Banco de España de 20 años, baja voluntaria indemnizada o excedencia indemnizada durante 3 años. En ningún caso se producirán despidos como consecuencia de la reordenación de la red de sucursales.