Directivos y Empresas

El rol del Chief Financial Officer (CFO) redefinido desde la Pirámide de Maslow

El perfil del Chief Financial Officer (CFO), o director financiero, ha cambiado radicalmente en los últimos años. Antes considerado el principal responsable de los números dentro de una empresa, el CFO se ha transformado en un líder estratégico, clave para la toma de decisiones en un entorno empresarial marcado por la digitalización, la incertidumbre económica y la necesidad de adaptación a nuevos modelos de negocio. Este cambio refleja la evolución de las empresas, que cada vez valoran más perfiles directivos multidimensionales capaces de liderar más allá de lo puramente financiero.

En este contexto, la fintech española Embat, especializada en gestión de tesorería en tiempo real, ha recurrido al modelo de la Pirámide de Maslow para ilustrar la evolución del CFO en función de las necesidades que debe atender, tanto en su propio desarrollo profesional como en su impacto en la empresa. Esta pirámide, que originalmente clasifica las necesidades humanas desde las más básicas hasta la autorrealización, ofrece un enfoque interesante para entender las crecientes responsabilidades del CFO en la era digital.

Las habilidades del Chief Financial Officer que arroja la Pirámide de Maslow

En la base de esta pirámide se encuentran las tareas fundamentales del director financiero: la gestión de la tesorería, el control de transacciones y el manejo de los cobros y pagos. Estas son las funciones mínimas que se esperan del cargo, esenciales para garantizar el funcionamiento diario de una organización. Sin embargo, el papel del CFO trasciende estas actividades básicas al incorporar otras responsabilidades críticas, como la gestión del riesgo financiero y la implementación de tecnologías que permitan optimizar procesos. Estas herramientas, que abarcan desde software de análisis hasta plataformas de automatización, son imprescindibles para asegurar la estabilidad y sostenibilidad del negocio en un entorno en constante cambio.

habilidades CFO

A medida que el CFO asciende en la pirámide, entran en juego habilidades más complejas que tienen que ver con su interacción dentro y fuera de la empresa. En este punto, las llamadas soft skills se convierten en un elemento diferencial. Ya no basta con dominar los aspectos técnicos del puesto; el CFO debe ser capaz de trabajar de forma transversal con otros departamentos, fomentando sinergias y liderando equipos. Su habilidad para comunicar la estrategia financiera y el estado general del negocio a empleados, accionistas y otras partes interesadas lo posiciona como un puente entre la visión estratégica y la operativa de la compañía.

Otro aspecto destacado es el reconocimiento que el CFO recibe tanto a nivel interno como externo. En la organización, su papel se consolida como uno de los líderes principales, a menudo considerado la mano derecha del CEO y, en muchos casos, su sucesor natural. Externamente, el CFO se convierte en una figura visible y confiable para los stakeholders, desde inversores hasta socios comerciales. Este liderazgo trasciende el ámbito financiero, ya que el CFO también es responsable de generar confianza y posicionar a la empresa como un actor competitivo en el mercado.

En la cúspide de la pirámide se encuentra la autorrealización, que en el caso del CFO implica liderar la transformación digital de la empresa, explorar nuevos mercados y promover la innovación constante. Según Antonio Berga, cofundador de Embat, el CFO juega un papel esencial en la transición digital y en la expansión de las empresas, consolidándose como un arquitecto estratégico. Por su parte, Pablo Escobar Fior, director financiero con más de 20 años de experiencia, añade que el CFO moderno no solo gestiona números, sino que también inspira y alinea a los diferentes departamentos en torno a una visión común, convirtiéndose en un catalizador del cambio empresarial.

En definitiva, el CFO ha dejado de ser un gestor financiero tradicional para convertirse en un líder estratégico multidimensional. Su capacidad para combinar habilidades técnicas, visión de negocio y liderazgo humano lo posiciona como una pieza clave en el éxito empresarial a largo plazo. Su influencia no solo se limita a garantizar la estabilidad financiera, sino que también impulsa la innovación, fomenta la resiliencia y contribuye al crecimiento sostenible en un mundo cada vez más desafiante y competitivo.

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