Hablamos de la normalidad a la que se ha llegado en España y en el entorno laboral con alguien que conoce muy bien este tipo de entornos, como es Leopoldo Álvarez, que ejerce como director de Relaciones Institucionales de Quirónprevención, la líder en el cuidado de la salud en los espacios de trabajo.
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Nos situamos en el entorno actual, con España acercándose a casi una normalidad plena tras las últimas restricciones eliminadas por parte de la Administración. ¿Ve un escenario a corto y medio plazo de marcha atrás?
En principio hemos de entender que se pueden producir repuntes en las cifras de casos, fallecidos o en las propias de IA (Incidencia Acumulada), ya que el virus sigue entre nosotros. Por tanto, no podemos olvidar que, aunque hemos llegado a una situación de pseudo-normalidad, es muy importante seguir manteniendo las medidas de distanciamiento, protección e higiene establecidas hasta ahora por las Autoridades Sanitarias, ya que las vacunas utilizadas hasta el momento actual, no son “neutralizantes” y no impiden que nos podamos infectar y transmitir el virus.
Gracias a la inmunización que se está alcanzando debido a las tasas de vacunación obtenidas y a las personas que han padecido la enfermedad, no es probable que se produzca una “nueva situación de ola”, salvo que alguna de las nuevas variantes, pueda complicar la actual situación evolutiva.
Cada vez se habla menos del virus y eso es positivo, sin embargo, hay nuevas variantes en el mundo. ¿En cuál de ellas nos debemos fijar de cara al otoño?
De las distintas variantes que están en estudio por la OMS, la variante Delta sigue siendo predominante, no obstante, en los últimos meses se han identificado diferentes variantes que la OMS ha tipificado como VOI (Variante de interés, según sus siglas en inglés) y que se encuentran actualmente en estudio, como por ejemplo son la Eta, Iota, Kappa, Lambda y Mu.
Ninguna de las citadas, está considerara en el momento actual como VOC (Variante de preocupación), aunque en particular una de ellas, la Mu, está siendo estudiada de forma más profunda por las características de algunas de sus mutaciones en relación con la capacidad para poder eludir las defensas adquiridas a través de la vacunación o del padecimiento de la enfermedad.
Así mismo, la OMS está siguiendo muy de cerca la evolución de la variante Delta+ en el Reino Unido por su impacto epidemiológico y su potencial capacidad para eludir algunas de las defensas adquiridas a través de la vacunación.
España parece que ha superado las dificultades iniciales en el desarrollo de la campaña de vacunación. ¿Cuáles han sido las claves en su opinión para que se desarrollara de esta manera?
En un principio, la vacunación contra la COVID en España presentó problemas derivados principalmente de la disponibilidad y distribución de las diferentes vacunas, así como de una posible falta de coordinación entre los diferentes estamentos sanitarios.
Pero una vez subsanados estos hechos, el trabajo realizado por las diferentes CC.AA. y las características y posicionamiento de la población española frente a la vacunación en general, han permitido que verdaderamente, la campaña de vacunación haya sido, cuanto menos, muy satisfactoria. En cualquier caso, son varias las causas que pueden haber incidido en ello, además de las ya reseñadas.
“Quirónprevención está inmersa en un estudio sobre inmunidad humoral para conocer un poco más sobre su comportamiento en las diferentes vacunas, el género y la edad, entre otros parámetros”
Tradicionalmente y en general, España ha sido líder en porcentaje de personas vacunadas. En un informe sobre la confianza en las vacunas, realizado por la UE en 2018, se mostraba que más de un 90% de la población española confiaba en la seguridad, eficacia e importancia de la vacunación en términos generales y, en particular, en la población infantil, lo que nos indica que existe una cultura en pro de la vacunación.
Por otro lado, el carácter y tendencia social de los españoles, en términos generales extrovertido, coloquial y muy abierto, ha hecho que, para poder mantener los contactos con familiares, amigos, conocidos, etc…, la vacunación se aceptara con facilidad con la finalidad de volver cuanto antes a retomar nuestra vida social con normalidad.
Por último, la estrategia de vacunación, priorizando a aquellas personas y colectivos más vulnerables, así como al propio personal sanitario, han contribuido a ir avanzando en la campaña de vacunación a través “del convencimiento” de las personas.
Esto ha ayudado con toda seguridad, a que los porcentajes de vacunación alcanzados a fecha de 17 de octubre de 2021, hayan hecho que España fuera el 4º país en porcentaje de vacunación con un 79% de población con 2 dosis y un 81% de la población con al menos una dosis, sólo por detrás de Emiratos Árabes Unidos, Portugal y Chile.
Hay un término importante tras la vacunación que es la seroconversión. ¿Cómo se actuará con las personas de respuesta inmunitaria baja a nivel de salud pública y en los entornos laborales?
En primer lugar y para intentar responder de forma adecuada a esta pregunta, hay que aclarar que los mecanismos de inmunidad, para el caso de las infecciones víricas como la que nos ocupa, engloban dos aspectos principales: La inmunidad humoral (anticuerpos) y la inmunidad celular (mediada por linfocitos).
Podemos tener inmunidad sólo con una de las dos o con ambas, teniendo cada una de ellas unas características y significado diferentes, pero no debemos de olvidar que también hay personas que, por diferentes causas, no han producido defensas como tal, es decir, que no se han seroconvertido.
Esto es lo que, a muchas personas ajenas al mundo de la medicina, produce un cierto desconcierto a la hora de “manejar la inmunidad” producida por las vacunas e incluso por la propia enfermedad.
“Quirónprevención pone a disposición de aquellas empresas y/o personas que de forma voluntaria deseen conocer cuál es el nivel de la inmunidad que han desarrollado, una prueba específica para ello”
La inmunidad humoral, seroconversión o generación de anticuerpos contra un determinado virus, puede tener una intensidad y duración variables e incluso, no producirse, en función de una serie de características del individuo o por la coexistencia de una serie de patologías o tratamientos que interfieran con la respuesta del sistema inmunológico del sujeto.
En el caso de la COVID-19, aún se está estudiando esta inmunidad, sobre todo, la mediada por las vacunas actualmente disponibles. Quirónprevención está inmersa en un estudio sobre este tipo de inmunidad para conocer un poco más sobre su comportamiento en relación con las diferentes vacunas, el género y la edad, entre otros parámetros y características de la misma, desde un punto de vista epidemiológico.
La inmunidad celular, también por estudiar y muy desconocida en cuanto a su comportamiento en este proceso, parece que pudiera conferir una inmunidad más estable y duradera, pero aún no se conoce lo suficiente sobre ella y faltan por realizar más estudios específicos a este respecto.
Desde Salud Pública y ante la certeza estimada de una respuesta inmunitaria baja por parte de algunas personas, han establecido subpoblaciones de especial riesgo a las que se les está recomendando una nueva dosis de refuerzo, independientemente de su nivel de inmunidad.
Así mismo, se está debatiendo la conveniencia de poner una tercera dosis de refuerzo a toda la población en general, debido a las informaciones vertidas por los laboratorios en las que se afirma que la inmunidad “disminuye de forma muy significativa” a lo largo del tiempo y, sobre todo, después de los seis primeros meses.
Esto, ante la situación actual de baja Incidencia Acumulada en España y de falta de disponibilidad de vacunas en el ámbito mundial, está generando algunas controversias que se podrían subsanar si se pudiera dirigir la vacunación de refuerzo, de una forma más específica, a quién lo necesitara a través del conocimiento de su situación inmunitaria, algo que ya se puede hacer.
Además y por tener una importancia epidemiológica relevante, Sanidad, a través de su ministra que se han realizado y se están realizando estudios de inmunidad en poblaciones de riesgo como, por ejemplo, en las de personas de edad avanzada en establecimientos sociosanitarios, al igual que se están realizando estudio sobre subpoblaciones de riesgo específico (oncológicos, trasplantados renales, etc…). No se han aportado resultados hasta el momento actual.
“La estrategia principal en la actualidad es la misma que hemos mantenido desde un principio y que está enfocada a diferentes aspectos o pilares, con la finalidad de aumentar la concienciación de las acciones preventivas y la vacunación”
En el entorno laboral y en concreto, a través de la Medicina y Enfermería del trabajo y en los términos que en su momento se establecieron por Sanidad para el área de salud de los Servicios de Prevención, se han llevado a cabo diferentes actuaciones encaminadas a la identificación y gestión de las personas especialmente sensibles o en potencial riesgo, colaborando con Atención Primaria y orientando a las Autoridades Sanitarias, con la obtención de datos, sobre a qué subpoblaciones o personas se debería de dirigir una posible tercera dosis de refuerzo en el ámbito laboral.
A este respecto y ahora que existen pruebas para la determinación de anticuerpos específicos contra la proteína S (la que genera la vacuna, además de que se pueda producir a través de la infección), se abre la posibilidad de conocer cuál es el nivel de inmunidad posvacunal que hayamos podido adquirir.
Dado que bastantes personas y algunas empresas nos han solicitado esta posibilidad, Quirónprevención pone a disposición de aquellas empresas y/o personas que de forma voluntaria deseen conocer cuál es el nivel de inmunidad que han desarrollado y su duración, la posibilidad de realizar dicha prueba.
Ello puede ayudar a las empresas a establecer estrategias de Prevención específicas, como parte de la concepción de Empresa Saludable o para conocer cuál es la actitud preventiva que han de adoptar y mantener en relación con sus trabajadores. A este respecto se les puede asesorar desde el área médica de su Servicio de Prevención.
¿Las pruebas serológicas serán, por tanto, las que reinarán a partir de ahora? ¿Se han producido avances en materia de test COVID?
No existe una prueba que reine o no en la fase actual de la pandemia, ni en un futuro cercano si la tendencia es la actual y ésta no se altera.
Las pruebas que se utilizan están marcadas por la finalidad a la que van destinadas. Aquellas de tipo diagnóstico, también conocidas como PDIA (Prueba Diagnóstica de Infección Aguda), se utilizan para diagnosticar si hay o no infección por virus SARS-CoV-2 y seguirán usándose cuando haya que determinar si existe o no un caso con infección positiva. Principalmente son de dos tipos: PCR, destinada a reconocer la existencia de carga viral y la PRA (Prueba Rápida de Antígenos), destinada a identificar si ha existido exposición al virus de forma reciente.
Por otro lado, existen las pruebas de anticuerpos, cuya finalidad es la de determinar si ha habido un contacto con el virus, a través de la determinación de anticuerpos específicos. De esta modalidad hay dos tipos, los de determinación serológica (a través de un análisis convencional con punción en vena) o cuantitativos y los conocidos como test rápidos o de autodiagnóstico (que se realizan a través de un pinchazo en el dedo) o cualitativos. Estas últimas pruebas no son válidas para determinar si existe, en ese momento, una infección aguda.
A estas, hay que añadir las que acabamos de referir en la pregunta anterior y que se han desarrollado para que, de forma específica, determinen los anticuerpos contra la proteína S (los que genera la vacuna), abriendo la posibilidad de conocer cuál es el nivel de inmunidad posvacunal que hayamos podido adquirir. Esta es una de las pruebas que Quirónprevención está poniendo a disposición de las empresas y personas trabajadoras que nos solicitan conocer su nivel de inmunidad.
Siguiendo con el caso de las empresas, ¿qué estrategia plantea Quirónprevención para proteger la salud de las personas en esta etapa posvacunal?
Aunque no hay nada específico a este respecto recogido en el Reglamento de Actuación de los Servicios de Prevención del Ministerio de Sanidad, siguiendo y compartiendo las indicaciones realizadas por las autoridades sanitarias, tanto nacionales como internacionales, la estrategia principal es la misma que hemos mantenido desde un principio y que está enfocada a diferentes aspectos o pilares, con la finalidad de aumentar la concienciación en la importancia de las acciones preventivas y de la vacunación.
Uno de los aspectos principales ha sido y es el asesoramiento en relación con las medidas técnico – sanitarias a aplicar en cada caso y en función de las características individuales de la población trabajadora, de la actividad a desarrollar y de las instalaciones en las que ésta se desarrolla.
Para ello y más allá de la acción consultora, hemos usado dos de las herramientas fundamentales en prevención: la información y la formación. Por ello, Quirónprevención, desde un inicio y aún en la actualidad, ha desarrollado y desarrolla materiales, cursos, recomendaciones, etc…, enfocadas a la formación e información de las personas trabajadoras, adaptada a cada uno de los momentos y características de esta pandemia. En este sentido, se han desarrollado más de 43 actividades formativas para diferentes sectores de actividad a petición de nuestras empresas clientes.
Otro aspecto importante para seguir manteniendo la concienciación en la importancia de las acciones preventivas, es el “refuerzo” como mensaje de que la vacunación NO IMPIDE poderse contagiar y que transmitamos el virus a otras personas, por lo que ES MUY IMPORTANTE SEGUIR con las medidas de protección, prevención e higiene contempladas hasta ahora, aunque estemos vacunados, informándoles también de que las vacunas actuales NO NEUTRALIZAN al virus de la COVID.
En el entorno de la Salud Laboral y conforme a lo establecido en el referido Reglamento, se han llevado y se llevan a cabo, diferentes actuaciones encaminadas a la identificación y gestión de las personas especialmente sensibles o en potencial riesgo, adaptando dichos criterios conforme se vaya adquiriendo un mayor conocimiento científico. Además, a través de la obtención de datos, podremos contribuir en la orientación a las Autoridades Sanitarias, sobre a qué subpoblaciones o personas se debería de dirigir la tercera dosis de refuerzo.
“En un reconocimiento médico, el conocimiento de la situación inmunológica de una determinada persona ha de ser algo voluntario”
A este respecto, en paralelo y en respuesta a la propia petición de muchas personas que han deseado conocer su situación de inmunidad tras haber padecido la enfermedad o haber sido vacunados, lo que se conoce como seroconversión, hemos establecido la posibilidad de realizar una prueba de determinación de anticuerpos específica para personas vacunadas, además de la ya existente para personas que han pasado la enfermedad.
Este interés ha sido aún mayor, dadas las noticias emitidas por los propios laboratorios y otros medios de comunicación de que la inmunidad producida por las vacunas (la humoral o debida a anticuerpos), se va perdiendo a lo largo del tiempo y de que “se desploma” después de los seis meses posteriores a la vacunación.
Si bien la inmunidad humoral no es la única que confiere el estatus de “inmunidad frente al SARS-CoV-2” (también existe la inmunidad celular), creemos que el conocimiento de la situación inmunológica de las personas, ayudará a que se cree una mayor y más positiva concienciación de seguir poniendo en práctica las medidas de protección, seguridad e higiene específicas. Además, permitirá identificar aquellas personas que, por diferentes causas individuales o sanitarias, no han desarrollado una correcta y eficaz respuesta inmunitaria y que, por tanto, deberán extremar dichas medidas hasta que, las autoridades sanitarias decidan qué actuación se tomará con ellos, como está siendo el caso de las dosis de refuerzo para personas mayores y determinadas poblaciones de especial riesgo.
Por todo ello, las empresas que así lo deseen y siempre con la participación voluntaria de los trabajadores, podrían incluir este tipo de determinación como una campaña específica dentro de las estrategias y acciones correspondientes a su objetivo de Gestión de la Prevención. Los trabajadores y sus familiares también pueden participar de forma individual para conocer su estado de inmunidad.
¿Es aconsejable que los reconocimientos médicos que se realizan a los profesionales puedan incluir pruebas para comprobar la presencia de anticuerpos?
De acuerdo con la Ley de Prevención de Riesgos Laborales (LPRL) y el Reglamento de los Servicios de Prevención, la realización de estudios y pruebas a realizar, será adaptada al riesgo al que se está expuesto. Dicho reglamento, en su Art. 37.3.c. cita “La vigilancia de la salud estará sometida a protocolos específicos u otros medios existentes con respecto a los factores de riesgo a los que esté expuesto el trabajador”.
El conocimiento de la situación inmunológica de una determinada persona, ya sea por haber padecido la enfermedad o por haber sido vacunado, ha de ser algo voluntario.
Es cierto que, si conocemos nuestra situación inmunológica, aumentará nuestra “consciencia” de “cuan importante y continua” ha de ser nuestro cumplimiento y aplicación de las diferentes medidas de protección, prevención e higiene.
Muchas personas asumen que por haber pasado la enfermedad o estar vacunados ya presentan defensas y que éstas, les van a proteger de una posible nueva recaída o padecimiento… Pero la realidad no es esa, al menos, en una serie de casos.
“Diferentes grupos de expertos consideran que puede ser conveniente y que será necesario en un futuro vacunar a los niños de entre 5 y 11 años, pero que en el momento actual no
es urgente”
Además de lo reseñado con anterioridad en relación con la duración y características de la inmunidad adquirida frente al SARS-CoV-2 y hasta que no conozcamos más la respuesta ante este coronavirus, lo que además sabemos es que hasta un 10% de las personas vacunadas no desarrollan inmunidad, debido a las características de las propias vacunas, las del individuo o la coexistencia de otras patologías o situaciones individuales que dificulten o impidan una correcta respuesta inmunitaria. Lo mismo ocurre, con frecuencia variable, en el caso del padecimiento de la enfermedad.
Entendemos que conocer el estado de seroconversión (máxime en los casos negativos), ayudará a que la persona en esta situación “extreme” las medidas que ha de adoptar para impedir infectarse y ser origen potencial de nuevas infecciones, sobre todo a familiares y personas allegadas, así como frente a aquellas personas con las que se interrelacione.
Por último, las diferentes pruebas serológicas de las que disponemos y que podríamos aplicar, nos ayudarán a realizar un correcto seguimiento y verificación de aquellos síntomas que forman parte del Síndrome Post-COVID (ya definido por la OMS) y que se pueden presentar incluso meses después aún en el caso de haber padecido la COVID de forma subclínica.
Con estas pruebas podríamos establecer la relación de dichos síntomas con la COVID ya que, de ser así, han de ser considerados como posibles secuelas según lo establecido por la OMS, las guías de diferentes sociedades científicas, y el propio Ministerio de Sanidad, ya que van asociadas a diferentes grados de discapacidad. Esto no sólo es de gran relevancia para las personas trabajadoras, sino que lo es aún más para un correcto enfoque, abordaje, definición y manejo desde el punto de vista de la prevención y de las prestaciones a las que haya lugar.
Tomando como centros de trabajo los colegios, ¿cree que es necesaria la vacunación en los escolares de primaria o el tiempo nos dirá cómo hay que proceder?
A este respecto, hemos de considerar dos escenarios de actuación: el personal laboral (docente y no docente) y el alumnado. En lo concerniente al personal laboral, sería de aplicar todo lo reseñado hasta el momento actual.
En relación con el alumnado, diferentes grupos de expertos consideran que puede ser conveniente y que será necesario en un futuro, pero que en el momento actual no es urgente, e incluso dudan de que la inmunización masiva a los pequeños de 5 a 11 años deba de ser prioritaria en el contexto epidemiológico actual, siendo conveniente la priorización de otras poblaciones que sí han de ser cubiertas, tanto en España como en otros países. Es más, viendo la evolución de los datos epidemiológicos actuales, no parece que esta situación esté afectando a la posibilidad de un repunte grave o que llegue a ser la causa de una posible “nueva ola”.
“Si las expectativas se cumplen, las vacunas desarrolladas por diferentes equipos españoles aportarían un valor diferencial significativo y reforzarían el arsenal frente a la Covid-19”
Citando a un compañero experto en el ámbito de la vacunación infanto – juvenil, en concreto al coordinador del grupo de trabajo para la reapertura de la escolarización de la Asociación Española de Pediatría, Dr. Bassat, en una entrevista muy reciente señalaba que “es lógico plantearnos si realmente esta vacuna será necesaria para vacunar a los menores de 12 años en la situación epidemiológica actual” que, obviamente es muy diferente a la que existía cuando se planteó esta necesidad a inicios del verano. Así mismo comentó que “el balance riesgo-beneficio no está tan claro.
Si tuviéramos una situación de altísima incidencia, el riesgo seguiría siendo alto porque algunos de los muchísimos que se infectaran podrían desarrollar enfermedad grave. Con incidencias como las actuales y presumiblemente más bajas como las que parece que vamos a ir teniendo en las próximas semanas, en el momento en el que la vacuna se apruebe, habrá que ofrecer a los padres y madres la información necesaria para que ellos tomen la decisión”, explica el Dr. Bassat. Nuestra opinión profesional está alineada con su opinión ante la situación actual que estamos viviendo.
La propia Ministra de Sanidad ha expresado recientemente que, la vacunación de los niños requerirá el debate de los expertos en España, en concreto de una propuesta de la Ponencia de Vacunas, aunque lo autorice la EMA.
La conclusión es que todavía no podemos dar por finalizada la crisis de la COVID-19, aunque tendamos a una situación de normalidad. ¿Será el final cuando lleguen fármacos o vacunas neutralizantes del virus?
La crisis como tal va acercándose a su fin salvo que se compliquen las cosas, si bien, según la opinión de diferentes expertos, el SARS-CoV-2 probablemente se quede entre nosotros como una infección más por coronavirus.
La existencia de posibles y futuros fármacos que eviten las complicaciones más graves y reduzcan la mortalidad de esta patología, ayudará a que este proceso, sea considerado como una infección más de las muchas otras que hay similares y, sobre todo, permitirá que su manejo terapéutico sea más amplio, específico y eficaz.
Probablemente, la existencia de una segunda generación de vacunas o la aparición de vacunas “esterilizantes o neutralizantes del SARS-CoV-2” ayuden a “arrinconar a este” de forma definitiva como ha ocurrido con otras patologías como la viruela, el sarampión, la difteria, el tétanos y otras muchas; si bien, aún queda por conocer cuál será la inmunidad que dichas vacunas generen y cómo serán sus características, en cuanto a intensidad y duración.
Como conclusión, la COVID-19 ha llegado y con seguridad se quedará entre nosotros, con otras características epidemiológicas bastante diferentes.
En relación con el proyecto de la vacuna española. ¿Tiene esperanzas depositadas en ella? ¿Qué supondrá a nivel sanitario su llegada?
En España se están desarrollando varias vacunas, de diferentes tipos y plataformas.
Según la Ministra de Ciencia e Innovación, Diana Morant, la vacuna que está desarrollando HIPRA (multinacional farmacéutica), la más avanzada hasta ahora, podría estar disponible a primeros del próximo año 2022. Esta vacuna tras la correspondiente autorización por parte de la AEMPS y del Comité de Ética del H.U. Clinic de Barcelona, comenzó la Fase IIa de ensayos a finales del pasado mes de agosto. Algunas de las ventajas de esta vacuna son su conservación (entre 2º y 8ºC), que ha sido diseñada para optimizar su seguridad y que puede inducir una respuesta neutralizadora.
Desde el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), diferentes grupos de investigación trabajan sobre otras tres posibles vacunas, si bien, la que mayor interés ha despertado es la del equipo liderado por el virólogo Luis Enjuanes, ya que se trata de una vacuna intranasal y de una sola dosis, que podría proteger contra la infección y la transmisión del virus, cosas que no hacen las vacunas actualmente disponibles. Al parecer, la inmunización de las mucosas resulta de mayor efectividad y es más potente que la intramuscular. Según refiere el citado organismo de investigación, esta vacuna estaría disponible a finales del año 2022, ya que aún se encuentra en fases de ensayos preclínicos.
Otra de las futuras vacunas que despiertan mucho interés, es la del equipo que lidera Vicente Larraga, también del CSIC, ya que presenta dos ventajas sobre las demás vacunas: que puede mantenerse a temperatura ambiente y que está desarrollada a partir de ADN sintético lo que, al parecer, posibilita su rápida adaptación ante la aparición de nuevas posibles variantes del SARS-CoV-2.
Si estas expectativas se cumplen, las vacunas desarrolladas por los diferentes equipos de investigación españoles, aportarían un valor diferencial significativo y permitirían reforzar de forma muy importante el arsenal terapéutico frente a la COVID-19, lo que sería de gran relevancia.