Directivos y Empresas

“Nuestro principal objetivo es situar la contribución del sector eléctrico en el centro de las futuras políticas energéticas y medioambientales”

Entrevistamos a Guillermo Amann, portavoz del Foro para la Electrificación, cuya objetivo es concienciar a todos sobre la necesidad de la electrificación, por las ventajas que ofrece desde distintas perspectivas: seguridad, economía, medio ambiente…

¿Qué es el Foro para la Electrificación y por qué surge?

El Foro nace en 2018 como una plataforma que busca promover el papel de la electrificación como imprescindible y como la forma más eficaz y eficiente para descarbonizar la economía y sociedad española.

El Foro está integrado en la actualidad por una serie de asociaciones empresariales del ámbito de la energía, representativas de la cadena de valor de la electricidad (ANFALUM, ANPIER, ARMIE, AFBEL, AEE, AEDIVE, CIDE y FENIE), que apuestan decididamente por la electrificación como solución necesaria y prioritaria para lograr alcanzar los objetivos climáticos de la sociedad a 2030.

¿Qué piden los integrantes del Foro?

Nuestro principal objetivo es situar la contribución del sector eléctrico en el centro de las futuras políticas energéticas y medioambientales y conseguir que se adopten cuanto antes las medidas necesarias para mitigar las emisiones, mediante el uso responsable de la energía y la mayor utilización de los recursos renovables.

Parte de nuestra misión, por tanto, es concienciar sobre la necesidad de ‘electrificación’ de nuestra sociedad, que no solo ofrece ventajas para el usuario final en cuanto a seguridad, ahorro, conectividad…, sino que también es la mejor vía para la transformación energética de las empresas y para el crecimiento de la economía, reducir emisiones y avanzar en sostenibilidad como sociedad.

la necesidad de ‘electrificación’ de nuestra sociedad

¿Necesita aún hoy día el mercado (las empresas) un recordatorio de la importancia de la descarbonización?

Por supuesto, la transformación energética está en marcha y avanzando, pero aún queda mucho camino por recorrer. Para las empresas no es ya sólo cuestión de imagen ‘verde’ o de compromiso con el medio ambiente, sino que también se trata de un punto clave para la eficiencia y la competitividad, y por tanto, para la rentabilidad general de los negocios.

A medio plazo, la electrificación se ve en la cuenta de resultados, y a largo (o quizá no tan largo) se verá en la cuenta de resultados del planeta.

Electrificación con energías renovables

¿Cree que la electrificación con renovables es la mejor vía para conseguir el ‘net-zero’ como país?

Sin ninguna duda, la electrificación de la economía basada en fuentes de generación renovable es el camino más factible, más eficiente y más rentable para alcanzar los objetivos de descarbonización “net-zero” en nuestro país y en cualquier otro país del mundo.

Ahora bien, no debemos olvidar que un sistema eléctrico generalizado que alimente a sectores como el transporte, la industria y la climatización, basado en fuentes renovables -que en su mayoría no son gestionables- exige disponer de almacenamiento.

Las tecnologías de almacenamiento, todas, son indispensables y esto incluye los métodos convencionales como el almacenamiento electroquímico y las nuevas tecnologías prometedoras como el hidrógeno. Este es un punto que todavía está en desarrollo y que sin duda marcará las estrategias de las empresas.

Conocemos las energías solar y eólica, ambas ya muy utilizadas y desarrolladas en nuestro país, ¿cuál es el futuro de las renovables?, ¿hay otras alternativas que sean eficientes y con futuro?, ¿cuáles?

Por supuesto, el viento y el sol son las principales fuentes de energía en las que hasta el momento hemos sido capaces de desarrollar tecnologías eficientes y soluciones rentables y que, a buen seguro, seguiremos perfeccionando en las próximas décadas. Pero no hay que olvidar los otros dos elementos de la naturaleza: el agua y la tierra.

La energía hidráulica es ya bien conocida para todos y los movimientos del mar (mareas y olas), son susceptibles de convertirse en fuentes de generación de electricidad y así lo demuestran numerosos proyectos piloto realizados desde hace muchos años. Por su parte, la Tierra es una enorme fuente de calor que ya somos capaces de aprovechar como energía geotérmica.

Es necesario seguir invirtiendo en todas ellas, todavía es un campo por desarrollar y que sin duda dará que hablar en los próximos años.

En cuanto a sectores empresariales, ¿cuáles son los de mayor gasto energético y, potencialmente, los que mayores ahorros (de carbono) podrían lograr?

Seguro que a todos se nos vienen a la cabeza los principales sectores intensivos en energía: los sectores metalúrgico, químico, siderúrgico y gases industriales son los grandes consumidores de energía del tejido industrial, seguidos por el cemento y la porcelana. Para algunos de ellos el reto de la descarbonización, a través de la eficiencia y la electrificación, es más complejo que para otros.

Por ejemplo, los procesos industriales que trabajan a alta temperatura son difícilmente electrificables con la maquinaria actual, por lo que deben mirar de momento hacia otros vectores energéticos como el hidrógeno (que, a la postre, también tiene que ser generado con fuentes eólicas o fotovoltaicas).

Por otro lado, hay infinidad de procesos industriales susceptibles de ser directamente electrificados, empezando por las cadenas logísticas con los vehículos eléctricos.

Precisamente el tema de la movilidad es muy importante cuando hablamos de descarbonización, ¿es viable una transición rápida hacia modelos de transporte puramente eléctricos?, ¿cuáles son los obstáculos/impulsores para lograrlo?

La transición hacia la movilidad eléctrica es clave y tiene que ser rápida. Es necesario poner en práctica, desde las instituciones, políticas activas y ambiciosas que faciliten dicha transición. La viabilidad de esa transición depende de tres factores: políticas activas, perfeccionar la tecnología de las baterías y desplegar una infraestructura de carga robusta.

Quien conduce una vez un coche eléctrico se enamora de él. Si tiene a su alcance los incentivos adecuados, una oferta de vehículos que le ofrezca la autonomía suficiente para su tipo de uso y reconoce una infraestructura de recarga acorde con sus necesidades, se comprará ese coche eléctrico. Así que nuestra obligación, como sociedad, es trabajar en esos tres campos para hacerlo posible.

En este camino hacia la electrificación, ¿qué profesionales se necesitan? ¿Diría que este es el nuevo nicho de ‘empleo verde’?

Sin ninguna duda, ser experto en energías renovables es una gran oportunidad laboral y una opción de futuro no solo viable, sino seguramente exitosa. Según un informe de la Agencia Internacional de las Energías Renovables (IRENA) se espera la creación de más de 139 millones de puestos de trabajo en todo el mundo en el sector de la energía para 2030, de los que 38 millones estarán relacionados con energías renovables.

El número de profesionales que ya trabajan directa o indirectamente en el sector no ha dejado de crecer en los últimos años pero, a día de hoy, las empresas del sector reportan una falta de profesionales especializados.

Buscan desde los grados más genéricos (dentro del sector) como las ingenierías en Energías Renovables, Electricidad, Informática, Medioambiente o Telecomunicaciones, hasta otros más específicos como los ciclos formativos relacionados con la instalación y mantenimiento eléctrico y fotovoltaico, mecatrónica e, incluso, abogados especialistas en aplicación de las nuevas normativas de descarbonización.

En cuanto al usuario final, ¿cómo puede avanzar, desde casa, en la descarbonización?, ¿tiene hoy día las herramientas para lograrla?

En la búsqueda de la sostenibilidad debemos avanzar hacia una progresiva electrificación eficiente en nuestros hogares, en el transporte y en los puestos de trabajo. Modificando algunos hábitos podemos hacer grandes avances por un mundo más sostenible.

Por ejemplo, utilizando alumbrado con lámparas led con regulación y detectores de presencia, instalando sistemas de climatización como una bomba de calor, usando el transporte público o vehículos eléctricos, etc.

El ciudadano está, en general, concienciado. Es cierto que ya tiene muchas herramientas a su alcance, y que desde los gobiernos se promueve (aunque no lo suficiente) la transición al autoconsumo con paneles solares o al vehículo eléctrico mediante subvenciones, pero todavía quedan sectores de la sociedad que están ‘energéticamente olvidados’. Es necesario trabajar en conjunto.


Guillermo Amann es, además de portavoz del Foro, presidente de AFBEL (Asociación de Fabricantes de Bienes de Equipo Eléctrico), miembro del Foro Industrial de Alto Nivel de Energías Limpias -órgano asesor de la Comisión Europea- y experto en energías renovables y en el campo de la distribución eléctrica (desde la demanda hasta el consumo y desde el diseño hasta la gestión comercial).

 

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