En su Manual para vivir en la era de la incertidumbre (Deusto), el prestigioso jurista, Antonio Garrigues Walker, destaca la falta de debate y conocimiento sobre la globalización que hay en España.
Según Antonio Garrigues Walker, el mundo está lleno de incertidumbres. Respecto a su especialización, el Derecho, admite que no está siendo sensible a todos los cambios tecnológicos y en poco tiempo, el modelo jurídico español tenderá a imitar al jurisprudencial americano.
Garrigues y la incertidumbre política
De un vistazo, ¿cómo describiría la realidad que estamos viviendo?
Estamos viviendo un época intelectualmente fascinante, otra cosa es que sea también inquietante. Están pasando muchas cosas en muy poco tiempo que es al mismo tiempo histórico. Populismos, nacionalismos, China, desigualdades, avances científicos, tecnológicos…
Y el momento político… ¿cómo lo ve?
En este país tenemos una tendencia a autocriticarnos y autodestruirnos realmente nefasta. Tenemos que empezar a seguir el consejo anglosajón de ‘comparado con qué’. Hay mucha gente que piensa que la situación política española es muy negativa y muy perversa.
Yo no digo que sea perfecta, pero comparado con el resto de los países europeos y occidentales, la situación política española es una situación perfectamente aceptable y asumible. Prefiero nuestra situación antes que la italiana, la americana, la inglesa, la propia alemana – que está pasando una época realmente complicada -, e incluso el caso francés, donde Macron está perdiendo credibilidad prácticamente cada día.
Es decir, tenemos que empezar a acostumbrarnos a pensar que no estamos tan mal. Al contrario, yo diría que en su conjunto somos uno de los países con mejores perspectivas cara al futuro. Tenemos crecimiento económico, sostenibilidad política, seguridad en materia de convivencia, una seguridad social única en el mundo…
La situación política española es una situación perfectamente aceptable y asumible. Prefiero nuestra situación antes que la italiana, la americana, la inglesa, la propia alemana…
Nos falta progresar con el sistema educativo y un mejor funcionamiento del estamento político. Siempre pongo como ejemplo que en un país pequeño como Portugal, pero grande en ambiciones y esperanzas, funciona una coalición de izquierdas con seis o siete partidos que lo han hecho estupendamente bien.
En España, el estamento político debería preocuparse de pensar que no es lógico que no hayamos tenido ninguna coalición electoral desde hace muchos años.
La política en estos momentos es la madre de todas las incertidumbres…
Muchos jóvenes empiezan a poner en duda las virtudes de la democracia. Eso es una tendencia latente, pero pensemos en un país como China, que tiene una concentración de poder político muy peligrosa y que con todo está creciendo económicamente de una manera tremenda.
Se ha convertido en una potencia tecnológica tremenda y además posee un arraigo cultural enorme. Se están multiplicando exponencialmente los Institutos Confucios…
Menos incertidumbre en la Justicia española
Se ha detenido en muchas garantías y argumentos de España, pero no ha citado la seguridad jurídica…
La seguridad jurídica, una de las claves de la seguridad democrática, es bastante alta en España. No veo problemas al respecto. Tenemos incluso una buena seguridad judicial, por tanto, el derecho a quejarnos yo creo que no lo tenemos. Lo que tenemos obligación es de hacer más.
Incertidumbre tecnológica
La transformación tecnológica es también sinónimo de incertidumbre. ¿Quien no piense y actúe en modo global se encontrará más perdido que nunca?
Sin duda. En el mundo están pasando todo tipo de fenómenos que no se habían producido antes, por ejemplo, la concentración de populismos y nacionalismos en Occidente.
También los avances tecnológicos, que confunden a casi toda la ciudadanía, exceptuando quizás a la gente más joven (nativos digitales). Incluso los avances científicos, especialmente en el ámbito de la longevidad, en donde no se están poniendo remedios auténticos para afrontar esta situación.
Como sigamos jubilando a la gente a los 52 o a los 56 años, vamos a tener un desfase muy preocupante. Si además sumamos la baja natalidad, tendremos entonces una país envejecido y falto de reflejos.
No será por usted…
Tenia un amigo que me decía: ‘tú serás joven, si no olvidas que el cerebro es otro músculo y lo ejercitas’.
Lo cierto es que es un círculo muy vicioso. Envejecimiento, pocos nacimientos, costes sanitarios…
La mujer no va a renunciar a su vida profesional, eso es un tema del pasado. Por otro lado vivimos más y mejor… Es un tema muy serio.
¿A la clase política y la gobernanza le está superando la globalización?
Yo creo que sí. En España faltan debates sobre política exterior. Los políticos hablan de vez en cuando de la globalización porque es un tema del que hay que hablar, pero no saben bien en qué consiste, ni su impacto.
Hay déficit de mentalidad global. Es un tema que no forma parte del debate intelectual español en general. Como decía un político inglés, ‘la política exterior afecta a tus bolsillos’.
Un dato: siete de los países que más van a crecer en el mundo son africanos. ¿En España, quién sabe algo de África? ¿Y del mundo oriental?
¿Por qué cree que no atienden los políticos a estas cuestiones?
Yo cuando hablo con ellos, les miro y les hablo, reaccionan (incluso coherentemente), pero tengo la sensación inequívoca de que no me escuchan. Yo lo comprendo, ellos tienen un ritmo de acción muy acelerado para defender su propia figura y espacio político. Es un error, pero es así…
En el libro habla del auge de China y su próximo liderazgo mundial. ¿La batalla comercial entre Estados Unidos y China que se libra ahora es el comienzo de una auténtica guerra mundial?
La rivalidad chino-americana se ha convertido en el tema estrella de todo el mundo anglosajón. Se está viviendo cada vez con mayor preocupación porque se está produciendo un fenómeno muy importante en el sentido de que la potencia tecnológica china está creciendo de una manera espectacular.
Desde el punto de vista de la seguridad jurídica, uno de los problemas que vamos a vivir es que la norma escrita va a quedar obsoleta inmediatamente por la velocidad de los cambios tecnológicos
Están convirtiendo la sociedad digital en su objetivo prioritario, hasta el punto de que han anunciado el desarrollo de un algoritmo para medir el comportamiento social de cada individuo, algo muy inquietante. En China no existen los límites que nosotros tenemos como sociedad democrática.
Incertidumbre Derecho vs Tecnología
¿Está trabajando el Derecho y las administraciones ante posibles normativas para ‘ordenar’ a toda la maquinaria que se viene en el entorno laboral?
La verdad es que no, me imagino esos sectores estarán preocupados con este asunto. Pero no es un problema solo de España, también se da en todo el mundo. La robótica y el empleo es un debate candente en el planeta. En efecto, la inteligencia artificial nos va a afectar todos.
El Derecho tiene que ser mucho más sensible con este tema. El problema es que empiezan a ser bastante impredecibles los saltos tecnológicos. Desde el punto de vista de la seguridad jurídica, uno de los problemas que vamos a vivir es que la norma escrita va a quedar obsoleta inmediatamente por la velocidad de los cambios.
Esto afecta al modelo europeo de codificación, mientras que los americanos crean derecho permanentemente desde la jurisprudencia. Por tanto, yo creo que el modelo español va a tener que acercarse más al modelo americano inevitablemente.
Respecto a la actualidad jurídica, ¿cree que es muy populista recurrir a aquello de ‘la banca siempre gana’ tras las decisiones del Supremo sobre el Impuesto sobre Actos Jurídicos Documentados?
Sí, lo que ocurre es que el sector de la banca también tendrá que hacer su proceso adaptación a las nuevas realidades tecnológicas y ciudadanas. En ese aspecto, yo creo que empieza a haber banqueros que reconocen esta obligación.
El poder de la banca es un poder real, pero también genera una seguridad y una solidez a la economía importante. Creo que es un tema básico buscar el equilibrio entre ambas cosas, sin menospreciar el interés ciudadano.
Incertidumbre en el Estado de Bienestar
¿Vislumbra un futuro con un modelo del Estado del Bienestar más deteriorado? ¿Dónde centraría los esfuerzos para seguir contando con este modelo?
Antes destacaba que tenemos uno de los sistemas de seguridad social más importantes del mundo. Es un dato importante. El que podamos mantener ese ritmo de acción benéfica va a depender de muchas cosas, entre otras el factor migratorio. Lo que no podemos hacer es nada que pueda tentar a reducir el impacto que tiene este modelo de bienestar.
¿Cuáles serían las líneas maestras para renovar este contrato social que nos ha permitido llegar hasta donde hemos llegado?
Un contrato social que ponga como objetivos prioritarios la regulación de la inmigración, la reducción progresiva de la desigualdad y un respeto al interés colectivo que lo tiene que asumir el estamento político, pero también toda la sociedad civil.
Tuvimos un contrato social que ha funcionado durante muchas décadas, cuyo objetivo era el crecimiento económico. Siendo así, la distribución de la riqueza creada ha sido injusta.
¿Las crisis migratorias podrían romper la Unión Europea por una mala gestión de ellas?
Sí. El tema migratorio es perfectamente asumible si hubiera una política común en la UE. Este problema nunca se va a resolver si cada país quiere tener su propia política al respecto.
Hasta ahora hemos fracasado, pero al ver el impacto y el miedo político que generan las crisis migratorias, creo que finalmente eso va a conducir a un acuerdo firme en esta materia.