Un 74% de los directivos y dirigentes de empresas afirman que la I+D de sus compañías es insuficiente siendo el cortoplacismo el principal obstáculos para las inversiones en esta materia. Además, el 69% de las compañías carece de un modelo de incentivación y reconocimiento de los empleados ligado a la innovación.
Es un hecho que las empresas hoy han recortado drásticamente sus inversiones en innovación. También es un hecho que estos recortes restan un gran valor añadido para cualquier firma. Lo cierto es que parece que no queda otra, dado el temporal económico en España.
Los dirigentes son conscientes de ello y la mayoría, según una encuesta de Ars et Inventio y PeopleMatters, piensan que sus entidades se están quedando cortas en sus estrategias de innovación. Concretamente el 74% de ellos, frente a un 26% que opinan que su empresa está a un nivel ejemplar en cuestiones de I+D.
En este estudio, en el que también está involucrada la red social ideas4all, se pone de manifiesto la reducción de márgenes en el tejido empresarial, pero al mismo tiempo se detallan los beneficios que supone el hecho de ser innovador.
Uno de ellos es el aumento de competitividad y el valor añadido que tiene una marca que se muestra innovadora. Mientras que más del 45% de los encuestados respaldan que la innovación tiene que ser un factor estratégico, el 28’25% de ellos piensa que es prioritario innovar en la definición y en el lanzamiento de nuevos productos y servicios al mercado, pero no tanto en las funciones más internas de las compañías.
El freno de la innovación
¿Cuál es el obstáculo principal para la inversión en investigación? Pues nada menos que el cortoplacismo, o al menos así lo piensan la mitad de los entrevistados.
Esto refuerza el punto de vista de que la innovación ha de ser tratada como un factor de estrategia en el que deben involucrarse las primeras espadas de cada empresa.
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Otro de los problemas que se detectan de este estudio es la falta de políticas sobre la I+D+i que tienen las empresas. Y es que una gran mayoría de los encuestados (58%) declaran no disponer de un modelo de gobierno para gestionar la innovación, mientras que una proporción algo inferior mantiene que su organización aún no tiene definido un modelo de gestión de esta importante arma anticrisis como es la innovación.