Hasta un reloj dañado da la hora bien al menos dos veces al día. De cualquier momento, historia o disciplina se puede aprender algo, eso es bien sabido por los líderes.
Un ejemplo interesante lo encontramos en el póker, una disciplina donde reina el azar pero aun así los jugadores elaboran estrategias basadas en la estadística y la fortaleza mental. Si estás lecciones te son útiles, puedes descubrir el maravilloso mundo del casino en línea en SrCasino, una guía del entretenimiento de casino en España.
Las manos ganadoras se juegan hasta el final
Cuando hay muchas opiniones contrarias y ocurren muchas cosas a la vez, puede ser difícil mantenerse firme incluso estando en lo correcto.
En una jornada normal de póker te enfrentarás más de una vez al escenario de tener una mano ganadora pero tus contrincantes constantemente apostarán y hablarán para hacerte creer que tienen una mejor. Si conoces realmente tus posibilidades y sabes que tienes la mejor mano posible mantente firme hasta el final, que es cuando se decide el ganador.
Hay que saber cuándo “foldear”
En el póker, la acción del fold o retirada se da cuando un jugador decide no seguir jugando una mano. Puede pasar al principio (cuando no hay cartas en la mesa, solo en la mano) o al final (con las cinco cartas en mesa y todo el panorama de juego claro).
A veces retirarse puede ser doloroso, especialmente cuando se pierden oportunidades que solo se revelan una vez fuera de la jugada. Sin embargo, reconocer que no se pueden ganar siempre es una buena forma de ahorrar energía y evitar meterse en jugadas cuyo resultado será incierto o no pintan muy bien desde el principio.
Nadie elige su mano, pero sí cómo jugar la partida
Como Fabián Villena destacó en su entrevista, lo que no podemos hacer no debe influir en lo que sí podemos hacer. En una mesa de póker nadie elige la mano que le toca, pero ese es el punto de partida con el cual comenzar la toma de decisiones.
Si crees que es lo más inteligente, puedes elegir retirarte. Si lo que ves está dentro de tu estrategia, puedes jugar con libertad; pero siempre tienes que aceptar que es posible cambiar ciertas circunstancias, especialmente en un punto de partida.
Hay que tomar riesgos, pero calculados
El pensamiento estratégico en el póker y los negocios invita a tomar decisiones basándose en las probabilidades, analizando todos los datos de los que se dispone.
Solo conociendo tu mano y las cartas de la mesa (tus herramientas y las oportunidades del medio o el equipo que lideras), es factible elaborar planes exitosos.
Administra sabiamente las fichas
Estadísticamente hablando, es el líder en fichas quién tiene más oportunidades de quedarse con la victoria en la mesa final. No obstante, también es el que tiene más posibilidades de desperdiciar sus fichas y su ventaja si toma malas decisiones.
Tener una ventaja siempre es bueno, pero no significa que será por siempre. Hay momentos para tener calma y pensar y otros para tomar acciones más directas o agresivas. Jugar mal tus cartas puede dejar la mesa servida para la competencia.
Si conoces las reglas del juego, entonces podrás jugar al filo del reglamento y sacar el máximo de tus posibilidades. Si juegas en modo automático, es más probable que en algún momento acabes cometiendo un error que te cueste fichas. Por eso a veces no hay que tener piedad con jugadores que tengan muchas menos fichas y aprovechar todas tus ventajas.
Para resumir, todas estas son lecciones que un jugador de póker aprende tarde o temprano y que se pueden aplicar a los negocios y el liderazgo.