Con sus carencias y lo mucho que se puede mejorar en el sistema de salud, el modelo sanitario español sigue siendo uno de los más reconocidos en el mundo y uno de los ejes del estado de bienestar. No es un sistema perfecto y, por tanto, siempre puede sucederse errores, ya sea desde el punto de vista de la gestión como por parte de los propios especialistas médicos.
Es un asunto farragoso, pero conviene saber cómo actuar cuando se producen negligencias médicas. Antes de empezar con esta especie de guía jurídica, conviene aclarar la terminología, ya que de esto depende fundamentalmente que nuestras reclamaciones prosperen y nos terminen dando la razón en un tribunal y recibamos nuestra indemnización por negligencia médica.
¿Qué se consideran negligencias médicas?
Se definen como negligencias médicas todas aquellas lesiones que se hayan producido a un paciente cuando un profesional médico no ha obrado como debió hacerlo. Quizás pueda ser una explicación poco específica y abierta a muchas aristas, pero en esencia, se considera negligencia médica cuando el personal sanitario no cumple su deber de preservar y restablecer la salud del paciente. Lógicamente, hay casos (muchos) en los que la curación no está en manos del especialista, pero un facultativo nunca debe alejarse injustificadamente de los estándares de la práctica médica.
Cuando se producen negligencias médicas, los pacientes afectados tiene derecho a reclamar y ser indemnizados en el caso de que así lo decida un juez. Previamente, debe iniciarse un proceso judicial y un perito especializado será el encargado de evaluar la situación a nivel clínico y de mala praxis. Volvemos a recordar que es un tema farragoso al tratarse de la salud, mezclada con procesos judiciales.
Tipos de negligencias médicas
Para hablar de los tipos de negligencias médicas que hay, podemos detenernos en casuísticas más concretas o aquellas encuadradas a nivel más genérico. Asimismo, cabe aclarar que el culpable de tales negligencias médicas puede ser un especialista o también una institución. Se puede incriminar de una negligencia médica a un hospital por ejemplo por una caída de un paciente dentro de un hospital por falta de mantenimiento.
Otras formas concretas de negligencias son aquellas que pueden sucederse en un parto o por infecciones o bacterias motivadas por falta de limpieza de una estancia. Estas serían las negligencias más comunes, si bien existen otras casuísticas que es importante conocer:
- Errores en una operación quirúrgica (especialmente en cirugía estética).
- Demora en un diagnóstico.
- Mala prescripción de fármacos.
- Falta de información al paciente.
- Impericia.
Guía para reclamar negligencias médicas
Aclarada la definición de negligencias médicas y conocidos cuáles son los tipos más habituales que se presentan en hospitales, no metemos en harina para explicar cómo hay que proceder en estos casos.
El primer punto es recabar toda la información posible para poder demostrar que ha existido una mala praxis. De este modo, será clave recopilar todos los informes médicos de un proceso clínico. Se trata de una de las reclamaciones más complicadas de llevar a trámite, con lo que se necesitará la mayor cantidad de información posible sobre un caso para demostrar que efectivamente se trata de un error médico.
Dicha información debe hacerse llegar a un perito médico especializado, quien elaborará un informe de corte forense que ayude a un juez a tomar una decisión al respecto.
En caso de que se dictamine que se ha producido una negligencia médica, hay tres vías posibles, según el caso:
- Si el daño es lo suficientemente grave el procedimiento puede juzgarse por la vía penal, con penas de cárcel para los afectados.
- Contencioso-administrativo. Si la negligencia médica se lleva por la vía de lo contencioso-administrativo es porque ha tenido lugar en un hospital, centro o consulta y el denunciante reclama una indemnización por responsabilidad patrimonial de la organización.
- Civil.
Siempre mejor acompañado de un abogado
Al ser procesos que pueden ser dilatados en el tiempo y tan complicados de ser beneficiados, la mejor opción es estar acompañado por un abogado de negligencias médicas. Esta figura mezcla conocimientos jurídicos con médicos y conoce a la perfección cuál es el timing adecuado en cada reclamación.
Y es que los tiempos varían en función de cada procedimiento. Si es de carácter administrativo, el plazo para realizar la reclamación es de un año, mientras que si se trata de una negligencia con resultado de fallecimiento, el plazo de un año contará desde que se produjo la defunción.
Hay muchas variables que pueden ser tenidas en cuenta en una mala praxis y todas ellas forman parte del conocimiento de un abogado especializado. No es igual valorar un daño continuado que un daño permanente. Este tipo de aclaraciones son las que nos va a ofrecer un especialista. Son siempre situaciones indeseadas, pero lo mejor es rodearse de expertos en momentos difíciles.