Iberdrola, la empresa energética líder en España, está preparada para dar un giro estratégico hacia un nuevo sector: los centros de datos. Según publica el diario Expansión, con la creación de su filial CPD4Green, la compañía planea convertirse en el referente europeo en este creciente mercado, con una inversión inicial valorada en 2.000 millones de euros, que podría alcanzar hasta 10.000 millones en el futuro.
Este movimiento refuerza la apuesta de Iberdrola por las tecnologías emergentes y el procesamiento de datos intensivos, como la Inteligencia Artificial (IA), que demandan infraestructuras robustas y consumo energético constante.
Un mercado en plena expansión
Los centros de datos son la columna vertebral del ecosistema digital actual. Al funcionar como «hoteles» que alojan servidores de empresas para realizar procesamiento intensivo de datos, son esenciales en la era de la IA y el big data. Estas instalaciones, altamente demandantes de energía, representan un mercado lucrativo para las compañías energéticas, que ven en ellas una oportunidad de crecimiento estratégico.
Iberdrola ha identificado el potencial de este mercado y busca convertirse en líder del sector con CPD4Green. La compañía quiere superar a competidores ya establecidos en España, como Nabiax, la filial de Telefónica que participa junto al fondo Asterion, y Data4, un grupo que fue adquirido por Brookfield hace un año. Este nuevo proyecto de centros de datos no solo posicionará a Iberdrola a la vanguardia de la tecnología digital, sino que también fortalecerá su compromiso con la sostenibilidad y la transición energética.
Socios estratégicos para el éxito
Para llevar a cabo este ambicioso plan, Iberdrola busca la incorporación de un socio financiero que cofinancie el desarrollo de la filial. En su presentación ante analistas, la energética indicó que ya está en negociaciones avanzadas con grandes fondos de inversión como Norges, KKR, BlackRock y CVC, entre otros. Estos actores podrían aportar hasta el 80% del capital, mientras que Iberdrola mantendría un 20%, asegurando el suministro de electricidad a largo plazo y la infraestructura necesaria para operar los centros.
El modelo de negocio que plantea Iberdrola sigue el patrón de «partnership» que la empresa ha implementado en otros grandes proyectos estratégicos, como la venta de activos en México y la compra de North West en Reino Unido. Con este enfoque, la compañía espera replicar su éxito en otros mercados clave.
La importancia de la energía en los centros de datos
Los centros de datos son conocidos por ser grandes consumidores de electricidad. Para cada megavatio de capacidad, la inversión estándar ronda los 10 millones de euros. Iberdrola cuenta con una cartera potencial de 5.000 megavatios que podría vincularse a su nueva filial, de los cuales 1.000 megavatios están en fase avanzada de desarrollo. De esta cantidad, 200 megavatios ya tienen conexión asegurada a la red eléctrica, un requisito esencial para garantizar la operatividad de estas instalaciones.
Esta fuerte dependencia de la energía convierte a Iberdrola en un actor clave para capturar este mercado. La empresa no solo proveerá la infraestructura necesaria, sino que también garantizará un suministro energético estable y sostenible, alineado con su estrategia de transición hacia energías más limpias.
Un proyecto de país
Durante la presentación del informe que analiza el desarrollo de esta filial, los directivos de Iberdrola destacaron las ventajas que tiene España para posicionarse como un líder en el sector de centros de datos. La combinación de recursos energéticos renovables y la creciente demanda de almacenamiento y procesamiento de datos hacen del país un punto estratégico para albergar estos centros.
El consejero delegado de Iberdrola, Marco Sansavini, subrayó la importancia de este proyecto, calificándolo como una gran oportunidad para la economía nacional. «Nuestro objetivo es hacer de España un hub europeo de centros de datos, alineado con las políticas de turismo sostenible y transición energética«, señaló. El potencial de esta industria es enorme, con un impacto esperado de 13.000 millones de euros en el PIB español únicamente por la construcción de las plantas, y 42.851 millones adicionales por su operación hasta 2050.
Desafíos regulatorios y económicos
A pesar de las ventajas competitivas, Iberdrola y sus socios enfrentan desafíos. Los combustibles sostenibles son más costosos que el queroseno tradicional, lo que podría aumentar el precio de los servicios ofrecidos en estos centros de datos. Para mitigar este riesgo, Iberdrola ha solicitado la creación de un fondo de 300 millones de euros anuales para financiar el desarrollo de plantas de producción y fomentar el consumo de combustibles sostenibles.
Además, el informe presentado por la compañía enfatiza la necesidad de un marco regulatorio que brinde seguridad a los inversores y permita que los centros de datos crezcan de manera sostenible y competitiva. Sin este apoyo, las empresas del sector podrían verse obligadas a asumir los altos costos adicionales, lo que, en última instancia, podría afectar a los usuarios finales.
La apuesta por el futuro: 10.000 millones en inversión
El plan de Iberdrola no se queda en la construcción de una filial valorada en 2.000 millones de euros. Su visión a largo plazo es desplegar una inversión de hasta 10.000 millones de euros para convertirse en el líder europeo en centros de datos. Esto incluirá la expansión de la capacidad instalada, el fortalecimiento de la infraestructura de redes eléctricas y la integración de tecnologías de última generación para garantizar la eficiencia y sostenibilidad de estas instalaciones.
El mercado de los centros de datos sigue en plena expansión, impulsado por la creciente demanda de servicios de IA, big data y almacenamiento en la nube. Con su apuesta estratégica, Iberdrola está bien posicionada para liderar este sector y aprovechar las oportunidades que surgen de la digitalización global y la transición hacia un futuro más sostenible.
En resumen, Iberdrola no solo se está consolidando como un jugador clave en el sector energético, sino también como un actor principal en la infraestructura digital del futuro.