Los cambios en la forma de consumir están acompañados y ligados a los distintos factores que mueven hoy a los profesionales en los entornos laborales. Y es que ahora las preferencias se basan en factores como la flexibilidad y la seguridad. Esto queda reflejado en un estudio de MetLife en el que el 72% de los empleados afirmar que su protección y la de sus familias es más importante que nunca.
Sobre el bienestar, las organizaciones tienen previsto invertir más recursos. ¿Es consecuencia de la llegada del modelo híbrido? Puede. En donde se nota el impacto del modelo híbrido, aquel que combina teletrabajo con trabajo presencial en la oficina, es en al área de Experiencia de Empleado, normalmente liderada por Recursos Humanos.
Al hilo de ello, se ha detectado que las empresas ya están diseñando paquetes de beneficios. Tanto es así que el 70% de empleadores planean invertir más recursos, para cumplir con las necesidades cambiantes provocadas por la pandemia, de acuerdo con el estudio de MetLife. Este hecho, traerá consigo nuevos programas innovadores sobre el bienestar y la experiencia del empleado.
Pasar a la acción con la Experiencia de empleado
“La EX no consiste meramente en la observación, o la medición de las vivencias de los trabajadores, sino en ejecutar los proyectos que se han diseñado para ellos. También que la forma en la que son entendidos y vistos coincida con el objetivo con el que se propusieron, ya que esta coincidencia es lo que al final supone la obtención de resultados”, declara el responsable del Área de Experiencia de Empleado en DEC, Jesús Alcoba.
De sus declaraciones se observa que la experiencia de empleado encaja como anillo al dedo en el plan estratégico de toda empresa que funcione bajo el modelo híbrido de trabajo. Y es que el trabajo híbrido es un buen ejemplo para poner en práctica la ecuación: empleados felices = clientes felices.
A partir de este modelo, un negocio debe crear un entorno en el que convivan lo mejor de la actividad presencial y remota. Por un lado, el sentimiento social que se genera cuando los empleados trabajan juntos en la oficina y, por el otro, la posibilidad que tienen para aprovechar mejor el tiempo y la conciliación, cuando se trabaja desde casa.
Tema de debate en el último Congreso DEC
Este mismo asunto se abordó recientemente en el último Congreso DEC. En una mes de debate se subrayó que las personas tenían ganas de volver a la oficina por su condición de seres sociales, pero la combinación con las jornadas de teletrabajo exige que la directiva tenga una mentalidad diferente.
A fin de cuentas, es una nueva cultura en la que hay que adaptarse a un modelo de trabajo que seguirá en evolución. Por tanto, es el momento de que las empresas actúen en consecuencia. Es momento de escuchar a los empleados, ser flexibles, dotarse de herramientas adecuadas y, sobre todo, crear un buen clima de trabajo tanto presencial como virtualmente.