La mayoría de las empresas españolas tienen dificultades para buscar perfiles profesionales por falta de conocimientos, capacidades y actitudes requeridas.
Según el informe “El futuro del empleo y las competencias profesionales del futuro: la perspectiva de las empresas”, realizado por el IESE Business School a partir de la opinión de 53 empresas representativas de la economía española, el 72% de las compañías entrevistadas encuentra problemas para cubrir los puestos de trabajo que ofrecen.
Las dificultades que las empresas encuentran se refieren tanto a un nivel de conocimientos insuficientes en algunas materias, como al nivel de capacidades y perfiles profesionales requeridos.
Un problema más para un país como España todavía presenta una tasa de desempleo en diciembre de 2018 de 14,45%. La situación laboral es especialmente grave entre los jóvenes, con una tasa de desempleo en menores de 25 años del 33,5%, frente al 14,9% de la media de la UE.
Se necesita un sistema educativo de calidad y flexible
En un contexto dominado por la transformación digital, las compañías entrevistadas muestran una gran preocupación por el cambio de competencias profesionales que está generando la revolución digital.
Este panorama está generando una brecha de capacidades profesionales que conduce a pensar un sistema educativo de mayor calidad y más flexible.
Por ello, los expertos plantean cambios en los modelos de aprendizaje capaces de responder a las necesidades cambiantes de las empresas. La mejora de la calidad del sistema educativo es una responsabilidad de todos los ciudadanos, no sólo de los centros educativos o del gobierno. De hecho, la mejora en capacidades y actitudes profesionales debe comenzar en el ámbito de la familia.
La brecha de conocimientos seguirá en aumento
Ahondando en estas diferencias en la formación, el informe se hace eco que el 68% de las empresas encuestadas detectan una importante brecha de conocimientos en tecnología y digitalización, en el caso de los graduados universitarios.
Un 48% de las empresas detecta estas carencias en los graduados de formación profesional. Asimismo, las empresas consideran que la brecha de conocimientos en áreas como big data, marketing digital, inteligencia artificial o blockchain será aún mayor dentro de cinco años, lo que aumenta el reto en la educación.
La formación profesional sigue sin despegar
España muestra un porcentaje de jóvenes con estudios de Formación Profesional del 24%, muy por debajo de la media de la UE (36%) o de países como Austria (59%), Francia (48%) o Alemania (51%) (OCDE, 2016).
Con todo, las empresas encuestadas siguen apostando por contratar personas con formación universitaria de grado superior. El 67% de los puestos de trabajo actuales y el 57% de los ofrecidos en los últimos doce meses en las compañías entrevistadas están ocupados por personas con formación universitaria de grado superior.
Se observa un aumento de puestos cubiertos por profesionales de formación profesional, que suponen el 17% de los puestos de trabajo totales y el 21% de las contrataciones realizadas en los últimos doce meses. Sin embargo, las empresas siguen encontrando dificultades para contratar a jóvenes con formación profesional.
Las empresas en la transformación digital
En su camino hacia la digitalización, las empresas están evolucionando hacia estructuras más planas y transversales, con modos de trabajar diferentes, que incorporan metodologías agile, trabajos por proyectos y métodos como design thinking.
Estas tendencias requieren conocimientos y capacidades diferentes, con mayor énfasis en el trabajo en equipo, la comunicación, el liderazgo, la negociación o el sentido emprendedor, y unas actitudes profesionales y personales diferentes.
Ante este panorama, las empresas pretenden tener un papel más activo en la definición de conocimientos, actitudes y capacidades necesarias en el entorno laboral. Un 87% de ellas se muestra abierta a cooperar con los planes de formación en centros educativos.
Asimismo, las organizaciones consideran que el gobierno debería impulsar esta colaboración entre empresas, universidades y centros educativos, flexibilizando y modernizando el sistema educativo para que las instituciones educativas puedan dar respuesta a las necesidades reales de las empresas.