La crisis sanitaria ha generado un impacto brutal en el mercado de trabajo. Los problemas estructurales que arrastra España en esta cuestión se han acentuado todavía más con la llegada del Covid-19. Los afectados, como suele ser habitual, son los más jóvenes y los colectivos que superan los 45 años de edad. De entre todo ellos no hay que olvidar otro colectivo que, con pandemia o sin pandemia, también representan un grupo de riesgo a nivel laboral: las personas con discapacidad.
Hace unas semanas, el Instituto Nacional de Estadística daba a conocer una cifra preocupante: la tasa de empleo de las personas con discapacidad en 2019 fue del 25,9%, es decir, 41 puntos menos que el resto de la población. La diferencia es ciertamente notoria y todo hace pensar que las estadísticas de este 2020 serán bastante peores. De hecho, hay estudios que apuntan que la contratación de estas personas se ha desplomado casi un 30% en el año que justamente acaba de terminar.
Soluciones para mejorar la integración laboral de personas con discapacidad
Visto el panorama, urge buscar soluciones para integrar laboralmente a personas con discapacidad. La primera de ellas se encuentra en estas mismas personas. Organizaciones especializadas y expertos en la materia consideran que este colectivo está muy infrautilizado. Y es que además de habilidades, estos trabajadores demuestran un gran compromiso con sus compañías, considerando que el engagement en los empleados es una cuestión crucial en cuestiones de productividad. Al fin y al cabo, las personas con capacidades diferentes solo buscan desempeñar su trabajo de la mejor manera, tal y como lo haría cualquier buen profesional.
Otra solución o punto a favor al respecto de la integración laboral de personas con discapacidad es que los equipos diversos rinden mejor. La diversidad es una práctica en tendencia para muchos negocios y en este medio hemos dado cuenta sobre ello. Para ello, se requiere un liderazgo diferente, mucha comunicación, formación y, en definitiva, una estrategia.
Facilitar la accesibilidad y movilidad
La barreras a la accesibilidad no son solo mentales, sino también físicas. Facilitar el acceso al trabajo de las personas con discapacidad es también derribar barreras arquitectónicas, mejorar las infraestructuras, facilitar la movilidad en la empresa y fuera de ella. Los grandes referentes en cuestiones de integración y diversidad disponen de coches adaptados en sus flotas para los desplazamientos del personal o mantienen activas fórmulas de alquiler para poder utilizar coches adaptados para sillas de ruedas si se diera el caso. En caso de no disponer de suficientes recursos, una compañía puede acudir al sector del taxi – en donde existen vehículos para discapacitados – para cerrar acuerdos que beneficien a estos trabajadores.
El transporte accesible es uno de los grandes puntos a tener en cuenta para facilitar el trabajo a personas con discapacidad.
Tecnologías inclusivas
Otras de las grandes aliadas para mejorar la situación en el empleo de personas con discapacidad son las tecnologías. Al igual que en el resto de las disciplinas empresariales, las tecnologías pueden resultar de gran ayuda tanto en los procesos de contratación como para la mejora en la empleabilidad de estas personas. Según un estudio de la Fundación Adecco, el 71% de las personas con discapacidad mantienen que las nuevas tecnologías les ayuda, de alguna manera, a desempeñar su trabajo y a equiparar sus capacidades al resto de la población general.
En este sentido, la tendencia hacia el teletrabajo y los modelos laborales híbridos pueden suponer un buen impulso a la hora de contratar a personas con discapacidad, especialmente para aquellas personas que tengan una movilidad muy reducida.
Acuerdos y colaboración público – privada
El otro gran pilar para que 2021 sea mejor en cuestiones de inclusión radica en la colaboración público – privada. Cuando más acuerdos se firmen entre administraciones y empresas, mayores beneficios podrán tener las personas con discapacidad a la hora de encontrar un puesto de trabajo. La última gran noticia al respecto se conoció el pasado mes de diciembre, cuando Enaire, el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI), Fundación ONCE, Inserta Empleo y la Federación Empresarial Española de Asociaciones de Centros de Empleo (FEACEM) firmaron un acuerdo con el fin de impulsar iniciativas orientadas a fomentar la inserción laboral de personas con discapacidad.
Sin duda, los indicadores de contrataciones de esta año van a estar condicionadas por el compromiso de las empresas sumado al de las Administraciones Públicas. Estos agentes no deben dejar a nadie atrás en el camino hacia la recuperación económica y laboral.
Por tanto, toda medida es buena y el conjunto de todas las acciones descritas en estas líneas ayudaría a reducir el desempleo en este colectivo vulnerable. Mirándolo por el lado económico, el empleo para estas personas sería muy positivo para la Administración, ya que según contabilizó el INE, de cada 100 personas con discapacidad en edad laboral, 12 recibieron prestaciones sociales públicas en el año 2019. En total, casi 1,3 millones de personas se beneficiaron de ayudas en ese año.