Muchos directivos, independientemente de su sexo y edad, hacen un número excesivo de horas de trabajo.
A jornadas muy largas, incluso de 12 horas, hay que sumarle el tiempo en el que siguen contestando correos electrónicos, elaborando informes y preparando reuniones, cuando llegan a casa.
Según explica Gonzalo Martínez de Miguel, director de INFOVA, las jornadas interminables de trabajo son un error, por las que muchos empleados pagan un precio muy alto en su vida personal y también en la profesional.
El problema es que los directivos siguen pensando que las jornadas extendidas son parte de su trabajo. Piensan que pasar muchas horas en la oficina es connatural a su responsabilidad.
Jornadas laboral
Pareciera que si alguna persona, quisiera no extender más de lo necesario su jornada laboral, tendría que renunciar a ser directivo. Pero a juicio del director de INFOVA “no se debería tener que elegir”.
Explica que muy buenos profesionales trabajan un número razonable de horas, pero a muchos directivos y directivas les falta la valentía de romper el “statu quo” de los horarios. “Prefieren ser valorados por el tiempo que están en la oficina y no por sus resultados.
La razón es que las horas las pueden garantizar y los resultados al final dependen de muchas variables. Además en España, al contrario de lo que ocurre en otros muchos países del resto de Europa, en los que no es normal hacer horas extra sin justificación, entendemos que nos pagan por trabajar y luego nos premian por los resultados”, añade.
Una jornada de ocho horas debería ser suficiente para hacer una trabajo magnífico independientemente de que seas o no directivo. El cansancio repercute en la toma de decisiones y otros procesos”
Sobre las horas extra…
Por otro lado, las empresas deben saber, que respetar las jornadas de trabajo, es bueno para los directivos y para ellas mismas.
Alargar las jornadas de trabajo es la explicación del bajo número de mujeres que hay en puestos de dirección y además deriva en directivos, estresados, cansados, descuidados, que dejan de cuidarse física y mentalmente, de aprovechar el tiempo libre para formarse y de tener otras actividades durante la semana que no sea trabajar.
“Este cansancio repercute en la toma de decisiones, la creatividad, la gestión de conflictos, la comunicación y otros muchos procesos esenciales de la dirección.
A la empresa no le compensa tener directivos cansados y los que sean capaces de equilibrar su vida pública y la privada terminarán siendo mejores directivos”, afirma el director de INFOVA.
Por este motivo llama la atención que las empresas no favorezcan la jornada reducida, o que esa opción, sólo se proponga para mandos medios y para la base de la organización, pero esté mal visto para directivos y sea inconcebible para la alta dirección.
Aunque, a juicio del director de INFOVA, el paso realmente importante lo tienen que dar las personas.
“Si hablamos de respetar una jornada de ocho horas, en mi opinión el cambio de hábito depende más de los empleados que de las compañías.
Entiendo que es fácil echarle la culpa a la empresa, pero también es responsabilidad de los profesionales, y es que vemos a muchos jefes que proponen a sus colaboradores que terminen antes sus jornadas mientras ellos no lo hacen” asegura Gonzalo Martínez de Miguel.
Además las nuevas herramientas de comunicación ya proporcionan, a precios muy asequibles, la posibilidad de gestionar mejor el tiempo, flexibilizar horarios, deslocalizar los puestos de trabajo y de hacer que los empleados realicen sus funciones en mejores condiciones, sin que ello repercuta a su eficiencia y productividad.
Una cuestión de productividad
La productividad es el resultado de la mejora de los procesos, de la creatividad y la innovación, de encontrar la forma de añadir valor, por ello “no deberíamos pretender ser más productivos a base de trabajar más horas” asegura.
“Una jornada de ocho horas debería ser suficiente para hacer un magnífico trabajo independientemente de que seas o no directivo. Otra cosa es que ocasionalmente, cuando la realidad lo exija, la jornada se alargue lo que haga falta, explica Gonzalo Martínez de Miguel.
“Beneficios laborales para los profesionales, no es solo una cuestión de hacer empresas más humanas y más amables para las personas, es también una cuestión de eficacia y de rentabilidad a medio y largo plazo” añade.