Las últimas jornadas de lluvia no dejan de ser un pequeño parche para el problema de sequía que padece España, tras los últimos años de sequedad y descenso de la capacidad de los embalses. A falta de agua, soluciones inteligentes, medidas preventivas e inversiones en infraestructuras. Es la recomendación que proponen expertos como Rubén Ruiz, Director de Operaciones, Eficiencia Operativa y Calidad del Agua de Suez España. Para él, “la actual sequía es la más grave de, como mínimo, los últimos 20 años”.
Durante estos dos últimos meses, España ha vivido una serie de temporales que han dejado un país pasado por agua y nieve, creando problemas e inconvenientes de todo tipo. Acudiendo al sabio refranero, “nunca llueve a gusto de todos”.
La lectura positiva debe hacerse desde el punto de vista de gestión de sequía, un fenómeno que da aun más quebraderos de cabeza que los últimos temporales. Y es que este último periodo no debe hacer olvidar a la sociedad los importantes retos y acciones que mantienen las operadoras para hacer frente a un problema mayor: la falta de agua.
La Península Ibérica viene de un contexto especialmente seco, atendiendo a los datos de pluviometría de los últimos años. 2013/14, 2014/15 y 2015/16 fueron bastantes secos en general respecto a los valores medios registrados anteriormente.
Pero es que el 2016/17 fue calificado como muy seco, con especial atención a regiones como Galicia, Cantábrico Occidental, Duero, cabeceras del Ebro y del Tajo, Guadiana, Guadalquivir, Cataluña y varias de las Islas Canarias. El volumen de almacenamiento de ese periodo se redujo en más de 10 puntos porcentuales, dejando una reserva del 33,9% de la capacidad máxima en los embalses, muy por debajo de los valores medios de los 5 y 10 últimos años. De modo que no conviene bajar la guardia tras estas últimas jornadas intensas de lluvias, porque la situación de sequía sigue siendo especialmente significativa en zonas del sureste peninsular (en el noroeste la situación mejorado ostensiblemente en los últimos dos meses).
Medidas preventivas
Expertos como Rubén Ruiz, Director de Operaciones, Eficiencia Operativa y Calidad del Agua de Suez España, ya subrayan el nivel de alerta afirmando que “la actual sequía es la más grave de, como mínimo, los últimos 20 años”. Asimismo, incide en que los recursos tradicionales van en claro retroceso ante unos extremos que serán cada vez más frecuentes y severos.
[blockquote style=»1″]Para el consumo humano no habrá problemas de suministro a corto plazo, pero para agricultura y generación hidroeléctrica sí podría haber restricciones importantes[/blockquote]
Con el objetivo de preservar al máximo el recurso, los distintos comités de seguimiento de sequía mantienen reuniones periódicas para coordinar acciones que minimicen efectos negativos por la escasez de agua. A su vez, se están promoviendo campañas de sensibilización en provincias y Comunidades Autónomas. El mensaje es que la sequía no solo consiste en la falta de agua, sino que también se disminuye la calidad de agua bruta.
En este sentido, infraestructuras como las desaladoras están ayudando a garantizar el abastecimiento sobre todo en las zonas donde tradicionalmente más carencia de agua ha habido, como es el caso del Levante español. Si bien el sabor del agua es distinto cuando procede de las desaladoras, Suez garantiza una máxima calidad en el suministro. Al margen del caso levantino, el Rubén Ruiz explica que “hace muchos años que en otras zonas no se ha avanzado en garantizar la disponibilidad de agua en cantidad y calidad”.
Por tanto, a la espera de mucha más lluvia para salir de la situación actual de sequía, la recomendación de los expertos es adoptar una estrategia eficaz de sensibilización (sin ser alarmistas), planificación a medio largo plazo e inversión. Errar en estas políticas podría poner en jaque todo un modelo económico del país, empezando por el importante sector agroalimentario.
Y es que el mayor consumidor de agua en España es precisamente la agricultura (75%-80%), ámbito que aporta el 2,8% del PIB y del que depende el 4% del empleo nacional. Es aquí donde Suez mantiene que se puede ahorrar más agua, aunque para ello haya que invertir en soluciones innovadoras e infraestructuras destinadas a la reutilización. El Borrador de Estrategia Española de Economía Circular, presentado recientemente, refleja que el 57% de la inversión se destinará a desarrollar la reutilización del agua en diferentes sectores.
Salvando casos de agricultura eficiente en el Levante, existen otras zonas con instalaciones antiguas en donde se producen pérdidas importantes. Lo cierto es que la tecnología para reducir estas perdidas ya existen. El mercado cuenta con propuestas como la sectorización de redes, control dinámico de presiones, sistemas avanzados de búsqueda de fugas, controles de consumos nocturnos, etc.
En entornos urbanos, también la solución pasa por la renovación y mejora de las redes. “Los sistemas de distribución no están pensados ni construidos para durar más de 100 años, por lo que la dotación de inversión en renovación de redes debería incrementarse de forma sensible o las pérdidas en nuestras redes se incrementarán”, apunta el experto de Suez España.
Soluciones estructurales
La tarea resulta compleja en el sentido que de hay que anticiparse en la adopción de medidas. Desde la empresa privada como la administración se deben promover soluciones de gestión eficiente y equitativas en el reparto y coste de los volúmenes disponibles. Medidas que vayan en la siguiente dirección:
- Optimización de recursos subterráneos.
- Aumento de la aportación de agua desalada.
- Incremento del uso de agua regenerada.
- Aportación de soluciones inteligentes para el uso de agua en la agricultura.
- Más inversiones en reposición de activos, traspasando el costes de los mismos al precio final del agua.
No hay que olvidar que, hoy por hoy, no existe recurso que sustituya al agua ni a nivel natural, ni social, ni industrial. “Debemos aprovechar el agua sin poner en peligro que las generaciones futuras también puedan hacerlo. No nos podemos permitir el coste social, ambiental y económico de no hacerlo”, concluye el portavoz de Suez.
Además de su importancia para el uso humano, el agua actúa también como un vehículo para la sostenibilidad en el medio ambiente. La sequía de los últimos años ha tenido un impacto significativo en este aspecto. No en vano, ha descendido el porcentaje de generación hidroeléctrica al 7% en el año 2017, cuando la media de los tres años anteriores fue del 13%. Esta energía renovable tuvo que sustituirse por energía de origen fósil, con consecuencias directas para el modelo económico. Por otro lado, la sequía en los humedales abre un gran problema medioambiental, con ecosistemas gravemente amenazados.