Beatriz Morilla, directora de RSC de la AEB, Asociación Española de Banca, mantiene que el sector financiero trabaja activamente en la llamada economía verde olvidándose de cortoplacismos: “el gran obstáculo para la integración de la sostenibilidad en las estrategias”.
Había muchas expectativas puestas en el 2015 sobre el avance de la RSC y hay quien señala que el balance no ha sido tan fructífero. ¿Qué retos señalaría usted a partir de este momento?
Desconozco las expectativas que había para el 2015, pero en materia de RSC, nuestros retos siempre son a medio y largo plazo. El cortoplacismo, además de poco realista, es un gran obstáculo para la plena integración de la sostenibilidad en las decisiones y estrategias de las empresas.
Personalmente creo que sí se han logrado avances en el 2015.
Destacaría la aprobación de los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) por Naciones Unidas y la Cumbre del Clima celebrada en París (COP21), y a nivel nacional, la puesta en marcha del nuevo Código de Buen Gobierno CNMV, la Estrategia de Emprendimiento y Empleo Joven en materia de acción social o el Grupo español de crecimiento verde.
Respecto a los retos para el futuro, creo que se mantienen los actuales, aunque se complican por el entorno que es aún más complejo. Por mencionar algunos, una mayor involucración de las empresas con acciones concretas frente al cambio climático, aumentar la transparencia y continuar el trabajo en red en materia social entre las Administraciones Públicas, la empresa y el tercer sector.
[blockquote style=»1″]El sector financiero es consciente de que la desigualdad y el cambio climático son dos graves problemas que se agudizarán en el futuro[/blockquote]
La educación, la desigualdad y el cambio climático son tres punto destacados en los que se debería insistir más. ¿Tienen líneas abiertas para estos frentes?
El sector financiero es consciente de que la desigualdad y el cambio climático son dos graves problemas que ya constituyen parte de nuestra realidad y que se agudizarán en un futuro mucho más cercano del que pensamos, junto con otros como el envejecimiento de la población, la creación de mega ciudades y la escasez de recursos.
Los Bancos forman parte de la sociedad, y como el resto de empresas, tiene la responsabilidad de actuar en esos dos frentes. En el campo del cambio climático el sector financiero se está moviendo hacia una economía verde, apoyado por las Bancos centrales, reguladores y la sociedad civil.
Tenemos varios ejemplos de Bancos españoles que tienen ya una línea de Financiación sostenible con equipos enteros dedicados a aportar soluciones innovadores y comercialmente viables a uno de los problemas más importantes a los que nos enfrentamos.
[blockquote style=»1″]La sostenibilidad no se concibe como una batería de buenas prácticas para contrarrestar de forma reactiva posible malas prácticas[/blockquote]
En el apartado de desigualdad y la educación, los Bancos abordan estos dos retos de forma conjunta, ya que están íntimamente entrelazados. Dentro de la estrategia de RSC de nuestros Bancos, la acción social, y la inclusión financiera siempre están presentes, pero la educación es el eje fundamental, ya que compartimos el convencimiento de que la educación es uno de los instrumentos más poderoso para reducir la desigualdad, y por tanto, para conseguir un crecimiento económico sostenible.
Desde hace muchos años, pero quizás ahora con mucho más impulso, los Bancos están volcados en proyectos de educación financiera, como una habilidad básica para asegurar que las personas tengan la confianza para tomar decisiones relativas a sus finanzas y favorecer la inclusión de los colectivos más vulnerables. Solo en el 2015, los programas promovidos por entidades de la AEB alcanzaron más de medio millón de personas de forma presencial.
[blockquote style=»1″]No creo que haya que formarse en asuntos de RSC, sino focalizarnos en incorporar la visión sostenible de una banca responsable que aporta la RSC[/blockquote]
Se dice que la RSC convencional ya no es suficiente. ¿Se puede innovar más allá de evitar malas prácticas?
No tengo muy claro qué es eso de la RSC convencional; si nos referimos a programas de acción social o voluntariado, o elaborar memorias en las que recojamos cuánto consumo de papel hemos reducido, pues entonces sí, ese concepto está trasnochado. La sostenibilidad, que en nuestro caso es hacer banca de forma responsable, no se concibe como una batería de buenas prácticas para contrarrestar de forma reactiva posible malas prácticas.
La RSC aporta una visión transformadora a largo plazo del negocio y por tanto se integra con el modelo con el que opera la entidad. En el mundo bancario la innovación forma parte del día a día por la simple razón de que nuestro entorno está en continuo cambio.
Nuestros grupos de interés internos y externos nos piden que formemos parte de los cambios y por tanto la innovación llega inevitablemente de las nuevas oportunidades que surgen en el negocio bancario: la digitalización, una mayor transparencia, y los mayores niveles de exigencia de los clientes, de los empleados que son los que hacen posible esos cambios.
¿Cree que la RSC y la gobernanza en las empresas son dos conceptos totalmente integrados hoy en día?
No. En parte, esto se debe a que ambos conceptos están muy relacionados y se necesitan el uno al otro. Por un lado es imposible hablar de banca responsable sin un modelo de gobernanza y responsabilidad que funcione y por otro, el área de RSC asumida de forma transversal y dentro del negocio, ayuda a que esa gobernanza sea cada vez más fácil y, trascienda más allá de procedimientos formales.
La RSC ayuda a transformar la cultura de cada entidad, ese “pegamento” de reglas no escritas que hace que los empleados se comporten de un modo u otro y por eso el gobierno corporativo se apoya en ella.
Con todo, además de la buena predisposición de las empresas, ¿hay que enfocarse en la formación en asuntos de responsabilidad social corporativa?
No creo que haya que formarse en asuntos de RSC, sino focalizarnos en incorporar la visión sostenible de una banca responsable que aporta la RSC en toda la formación que se imparta en la empresa sea del tipo que sea; desde los cursos de iniciación que recibe una persona cuando entra hasta la formación técnica de carácter comercial para tratar con clientes.
En mi experiencia, existe además otro tipo de formación interna muy valiosa, que surge cuando la empresa facilita la participación de los empleados en la construcción de esa visión sostenible de la empresa, organizando grupos de discusión a los que asiste personal de distintas partes del negocio y muy diversa, en los que se discuten temas como la diversidad, la transparencia, la comunicación interna, etc.
Otra de las vertientes importantes es la inversión que requieren este tipo de políticas. ¿Qué inversiones destacan en este capítulo dentro de su organización?
La Asociación Española de Banca es asociación profesional abierta a todos los bancos españoles y extranjeros que operan en España, y por tanto su misión no es realizar inversiones a título particular sino impulsar y dar a conocer las nuestros Bancos Asociados realizan. Dentro de la Asociación, tenemos un Comité de RSC en el que compartimos buenas prácticas, tratamos como sector los retos a los que se enfrenta el negocio y las oportunidades que los responsables de Sostenibilidad tienen de participar dentro de la estrategia de la empresa y crear valor.
Dentro de los proyectos que lanzamos en colaboración con nuestros Bancos Asociados está el programa de Educación Financiera “Tus Finanzas, tu futuro”, en cuya Edición más reciente participaron más de 20 entidades y de la que se beneficiaron aproximadamente 7.500 alumnos de secundaria.
¿Qué repercusiones a los clientes de una empresa pueden tener unas malas o nulas prácticas en la RSC?
Creo más en las oportunidades que genera incorporar una visión de sostenibilidad o de banca responsable dentro de la estrategia de negocio que los riesgos de no hacerlo. Los responsables de este área en los bancos están convencidos de que es una ventaja competitiva frente a un competidor que no lo haga.
Los clientes, empleados, proveedores, accionistas, todos son parte de esa sociedad a la que los Bancos sirven y esperan, justamente dado la enorme importancia del sector financiero en la economía y su estabilidad, que la entidad incorpore esa responsabilidad en su visión de negocio y en los mecanismos de toma de decisiones del día a día.
Aun así, parece difícil cuantificar los retornos de cualquier estrategia responsable. ¿Tienen indicadores para ello? ¿Cómo realizan ustedes esta medición?
Los bancos son entidades muy reguladas y objeto de gran escrutinio por lo que están muy acostumbrados a la utilización de indicadores y de mediciones para garantizar la eficacia y efectividad de los esfuerzos que se realizan en cualquier area de negocio.
Existen iniciativas como la del BBVA que realiza un balance social y mide los efectos del negocio financiero en el conjunto de las comunidades en que opera, midiendo el valor económico y social de sus programas de RSC.