El agua está íntimamente relacionada con la salud de las personas y su gestión es un servicio esencial como se ha podido comprobar con la irrupción de la pandemia de la Covid-19. Con motivo del Día Mundial del Lavado de Manos, los expertos reclaman abordar los problemas de acceso al agua que hay en el planeta. Nada menos que el 40% de la población mundial carece de instalaciones básicas en sus hogares para poder lavarse las manos, acto clave para evitar la propagación del virus.
El 15 de octubre se celebra el Día Mundial del Lavado de Manos, una jornada que Naciones Unidas implantó en el año 2008 y que este año adquiere su mayor relevancia a causa de la pandemia de la Covid-19. La experiencia en estos meses de 2020 en los que el virus lleva presente en el mundo ha demostrado que lavarse la manos es un gesto tan cotidiano como crítico para la salud humana.
Dos elementos a priori accesibles para todos como el agua y el jabón son suficientes para poder lavarse las manos con normalidad. Las recomendaciones sanitarias actuales indican que es necesario un lavado frecuente de manos durante el día para toda la población, puesto que este gesto reduce la probabilidad de infección por coronavirus en un 36%, según un estudio citado por UNICEF.
Por ello y dado que es una de las principales armas que tienen los ciudadanos de a pie para combatir el virus, hasta los más pequeños han incorporado este ritual en su día a día. No obstante, merece la pena seguir insistiendo a la población en la importancia de lavarse las manos no solo para prevenir la Covid, sino también otras muchas enfermedades contagiosas como la gripe.
El agua, sinónimo de salud
Una vez, queda demostrado que el agua es esencial para la salud. Sin agua, se eliminaría un aliado imprescindible para la batalla del coronavirus. Por este motivo, además de muchos otros, el suministro de agua y el saneamiento están declarados en la actualidad como servicios esenciales.
Aun así, no toda la población mundial tiene acceso al agua en condiciones dignas y de salubridad. Se calcula que unos 3.000 millones de personas en el planeta carecen de instalaciones básicas en sus hogares para poder lavarse la manos. Esto supone aproximadamente un 40% de los habitantes en el mundo, un problema añadido al que urge hacer frente de manera transversal.
Y es que a lo anterior hay que añadir otros datos como las 2.000 millones de personas que no tienen acceso a sistemas de agua potable gestionados de forma segura y los 4.200 millones que no disponen de servicios de saneamiento seguro. Los expertos aseguran que más del 80% de las aguas residuales vuelven a la naturaleza sin haber pasado por sistemas de depuración. Teniendo en cuenta estas circunstancias tan críticas, el resultado es devastador: alrededor de 1.000 millones de niños mueren debido a enfermedades diarreicas asociados a la falta de higiene.
Regiones fortalecidas y resilientes
En una visión más colectiva, apostar por una gestión adecuada del agua en las comunidades es dotar a las ciudades de herramientas vitales para crear resiliencia a largo plazo. Lo que parece claro es que la pandemia de la Covid ha impactado notablemente en las regiones con menor acceso al agua potable. Este hecho revela una vez más que las poblaciones más empobrecidas son las que sufren las peores consecuencias en las situaciones de crisis.
Asimismo, no hay que olvidar que el contexto actual puede agravarse todavía más con los efectos del cambio climático, otro factor que no debe pasar inadvertido y en el que el agua, una vez más, desempeña un papel capital. A causa de este fenómeno climático al que también hay que hacer frente, la Organización Mundial de la Salud mantiene que en 2025 más del 60% de la población vivirá en zonas de estrés hídrico.
SUEZ, con la vista en todos estos frentes abiertos
Todas estas circunstancias están encima de la mesa de las grandes empresas que se dedican a la gestión del agua. Referentes como SUEZ España están volcados en garantizar el acceso universal a recursos hídricos para cumplir con el objetivo de mejorar la salud pública de las personas. Su estrategia no es otra que asumir la hoja de ruta de Naciones Unidas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Dejando a un lado toda la tecnología y conocimiento que forman parte de una organización como SUEZ España, su modelo de negocio está impregnado por un necesario componente social que mira especialmente a los problemas asociados a la calidad de vida de las personas.
De esta forma de gestión han surgido iniciativas como la creación de un Fondo de Solidaridad (2012) para ayudar a las familias más vulnerables. La empresa no quiere dejar a nadie a través y a través de este mecanismo ofrece alternativas como tarifas y bonificaciones sociales o flexibilidad en pagos para ayudar a los hogares en situación de pobreza o exclusión social.
Por otro lado, para hacer frente a los problemas sociales derivados de la pandemia, SUEZ España ha firmado acuerdos de colaboración con entidades sin ánimo de lucro. Entre estas actuaciones, destaca la adhesión al programa Cruz Roja Responde por el cual más de 2,5 millones de personas han recibido el apoyo de la organización.
El trabajo esencial de los “guardianes del agua”
La movilización de recursos de Cruz Roja Responde es un ejemplo más de la solidaridad que ha destapado la crisis del coronavirus en España. Una solidaridad e implicación que también se hacen notar en los empleados de la propia SUEZ, cuyo compromiso fue especialmente palpable en los meses de confinamiento. Algunos de esos trabajadores fueron los llamados “guardianes del agua”, quienes se confinaron en autocaravanas de uso individual contiguas a instalaciones energéticas (plantas de depuración y potabilización). Gracias a este compromiso, todo un país no tuvo problema para, entre otras cosas, poder lavarse la manos.
5 pasos para un buen lavado de manos
Para protegerse de la infección por Covid-19, es imprescindible lavarse manos frecuentemente durante el día. Según los expertos, estos cinco pasos garantizan un proceso eficaz de cara a eliminar posibles partículas de virus:
- Mojarse las manos con agua corriente limpia (tibia o fría), cerrar el grifo y enjabonarse las manos.
- Frotarse las manos con el jabón hasta que haga espuma. Frotarse la espuma por el dorso de las manos, entre los dedos y debajo de las uñas.
- Restregarse las manos durante al menos 20 segundos.
- Enjuagarse bien las manos con agua corriente limpia.
Secárselas con una toalla limpia o con un papel de un solo uso.