UNESA (Asociación Española de la Industria Eléctrica) tiene la doble misión de impulsar la RSC a nivel interno como patronal, así como para sus asociados. La directora de Relaciones Institucionales y Responsabilidad Social Corporativa, Marién Ladrón de Guevara, habla de este doble reto y reconoce el mérito de las empresas que conforman este ámbito en España.
Había muchas expectativas puestas en el 2015 sobre el avance de la RSC y hay quien señala que el balance no ha sido tan fructífero. ¿Qué retos señalaría usted a partir de este momento?
La sociedad y las empresas han hecho un gran avance, que no debemos menospreciar, en lo que se refiere a la RSC. No obstante, y como sucede con los grandes retos, todavía quedan muchos pasos que dar, y a veces puede parecer que no se camina lo suficientemente rápido.
Tal vez el primero de los retos pendientes sea la desvinculación de la RSC de la idea de acción social y de su consideración como contribución obligatoria de las empresas con la sociedad. La RSC debe ser voluntaria: una forma individual y propia de cada compañía de interactuar con la sociedad y trabajar por ella.
Otro reto es conseguir que la RSC esté dentro de la filosofía de gestión de la compañía, que forme parte de la política de la más alta dirección.
Igualmente, debemos ser capaces de trasladar a la sociedad los valores de la compañía y, finalmente, la RSC ha de ser capaz de generar resultados cuantificables.
[blockquote style=»1″]El eléctrico es el sector que tiene mayor presencia en el índice Dow Jones Sustainability, el de mayor reputación en materia de RSC, lo que supone un reconocimiento a su compromiso[/blockquote]
La educación, la desigualdad y el cambio climático son tres puntos destacados en los que se debería insistir más. ¿Tienen líneas abiertas para estos frentes?
Al hablar de la RSC de UNESA hemos de analizarla desde dos planos: la propia Asociación y, también, UNESA como la patronal que agrupa a las principales compañías eléctricas en España.
La acción de RSC de UNESA incluye iniciativas vinculadas al mundo de la educación (universitaria y secundaria, además de cultural, a través de proyectos que fomentan la música y las artes plásticas).
[blockquote style=»1″]Según un informe realizado por Nielsen, el 55% de los consumidores online estaría dispuesto a pagar más por un producto de una empresa con RSC”[/blockquote]
Asimismo, tanto en la Asociación como en las compañías se promueve la igualdad de oportunidades entre trabajadores.
En cuanto al desarrollo social, las compañías asociadas en UNESA invierten más de 200 millones de euros anuales, según los últimos datos. En medioambiente, desarrollan una intensa actividad de RSC, como lo demuestran los 165 millones de euros invertidos en este concepto. UNESA, por su parte, acaba de firmar un acuerdo para la utilización de taxis eléctricos.
El sector eléctrico español es, de hecho, el que tiene mayor presencia en el índice Dow Jones Sustainability -el de mayor reputación en esta materia-, lo que supone un reconocimiento de su compromiso por cuestiones de gobierno, medioambientales y sociales.
¿Cree que la estrategia elaborada por el gobierno en materia RSC podría limitar el poder de ciertas compañías? ¿La regulación es positiva en ese sentido?
Como decía anteriormente, creo que la acción de RSC no debe estar sujeta a ningún tipo de regulación, más allá de un marco de referencia para la homogeneización de los informes de sostenibilidad e impulsar la trasparencia. Deben ser las compañías las que opten por su propia política de RSC.
¿Cree que la RSC y la gobernanza en las empresas son dos conceptos totalmente integrados hoy en día?
Si bien queda mucho por hacer, también es cierto que los informes que presentan las empresas cada vez incluyen mayor información sobre transparencia, responsabilidad con el entorno, igualdad de oportunidades, etc. Desde las compañías y, en nuestro caso, también desde UNESA, el diálogo con nuestros stakeholders es cada día más cercano y positivo. Nuestro objetivo es que la actuación tanto de las empresas como del conjunto del sector responda a las necesidades de la sociedad.
Con todo, además de la buena predisposición de las empresas, ¿hay que enfocarse en la formación en asuntos de responsabilidad social corporativa?
Hoy día el mercado ofrece mucha formación en esta materia. Desde UNESA hemos firmado un acuerdo con CIFF, la Escuela de Negocios de la Universidad de Alcalá de Henares, para que sus alumnos puedan hacer su trabajo de fin de máster con nosotros. Por otro lado, sería conveniente que la noción de RSC se introdujera desde la escuela.
Otra de las vertientes importantes es la inversión que requieren este tipo de políticas. ¿Qué inversiones destacan en este capítulo dentro de su organización?
Las compañías de UNESA tienen integrada la RSC en la gestión de su negocio. Así, en 2014 su inversión en medioambiente fue de 7.200 euros por empleado (los 165 millones antes citados). Su inversión en investigación y desarrollo llegó a 203 millones de euros, lo que representa el 8% del gasto público presupuestado para esta área. La contribución al desarrollo social, de 214 millones de euros, supone a su vez el 7% del gasto público español para educación y cultura para ese mismo año.
¿Qué repercusiones a los clientes de una empresa pueden tener unas malas o nulas prácticas en la RSC?
Numerosos estudios reflejan la importancia creciente de la RSC, no sólo de cara a los clientes, sino a toda la cadena de valor. Según un informe realizado por Nielsen, el 55% de los consumidores online estaría dispuesto a pagar más por un producto de una empresa con RSC.
En UNESA hace menos de un año organizamos el I Congreso sobre la Gestión Responsable en la Cadena de Suministro. En él se puso de manifiesto que la RSC es clave para las eléctricas no sólo en lo que respecta a su labor diaria, sino también a las empresas con las que colaboran.
Aun así, parece difícil cuantificar los retornos de cualquier estrategia responsable. ¿Tienen indicadores para ello? ¿Cómo realizan ustedes esta medición?
La RSC está integrada, como un todo, en el negocio y la actividad de una empresa; además, las políticas de RSC son tan variadas que no siempre es posible hacer este tipo de mediciones.
En UNESA es todavía más difícil, ya que no tenemos clientes y, en muchos casos, el único indicador externo con el que contamos es la valoración que nuestros stakeholders hacen del sector eléctrico en su conjunto.
Sí recibimos, al igual que nuestras compañías, el retorno derivado de nuestra estrategia de RSC en lo que atañe a nuestros empleados: medidas de conciliación, de salud y seguridad en el trabajo, y de formación de los trabajadores, que se traducen en un mayor compromiso de los trabajadores hacia el sector, mayor productividad, reducción del absentismo y retención del talento.
Las compañías de UNESA utilizan diferentes índices para medir las consecuencias positivas de su estrategia responsable. Con carácter general se utilizan los habituales de cada una de las áreas de negocio.
Para cuantificar aspectos como la valoración de la marca y la mejora de la reputación corporativa se utilizan estudios de imagen realizados por consultoras externas. Por su parte, el grado de fidelización de los clientes puede medirse a través de encuestas de satisfacción.
Otros aspectos a valorar son la eficiencia energética (puede medirse mediante los ahorros logrados por los clientes con las medidas de eficiencia, así como mediante su nivel de satisfacción) y el medio ambiente. El índice Dow Jones de sostenibilidad demuestra que las empresas que tienen un desempeño mejor en sostenibilidad ofrecen de forma consistente un mejor retorno a sus accionistas.