“A little bit of soul”, un poco de pasión, fue la conferencia que preparamos hace unos meses para el RCD Espanyol: asistían representantes de grupos empresariales chinos, potenciales inversores del club. Les mostramos cómo el futbol es economía, pero además pasión, emoción, implicación y sentimientos. Ideal para aquellos inversores que desean vincular sus marcas a la emoción, tanto en el mercado local como en Europa. China apuesta decididamente por el fútbol.
Profesores titulares de ESADE Business School y miembros del Marketing Performance Center, ESADE-URL.
El fútbol es hoy en China la pasión de su Presidente Xi Jinping, que busca nuevos retos para sus 1,4 mil millones de ciudadanos. Para promoverlo construyen 20.000 campos hasta el año 2017 y 50.000 hasta el 2025.
El fútbol ya no es hoy un hobby inútil para el progreso de la nación, sino un reto, un nuevo sueño de liderazgo mundial, y una actividad colectiva cuando, hasta hace unos años, más de 10 ciudadanos juntos era una potencial manifestación ilegal. Por todo ello, el plan de inversión es de $850.000 millones en los próximos 10 años.
De la pasión del líder benefactor, la pasión de los nuevos megamillonarios: tres de las 10 mayores fortunas del país ya han invertido en fútbol. Negocios, relaciones y egos.
Jack Ma (Alibaba), Jia Yueting (LeEco) y Wang Jianlin (Wanda) están invirtiendo en participaciones del Atlético de Madrid o del Manchester City, o ya son socios mayoritarios en clubes como el RCD Espanyol, Inter de Milan o Slavia de Praga.
Al mismo tiempo, ya son propietarios de clubs en China como el líder Guangzhou Evergrande Taobao, campeón de la Champions asiática en el 2015, y fichan a jugadores como Jackson Martínez por $42 millones mientras arrastran pérdidas de hasta $160 millones anuales. Simplemente, están aplicando a este sector económico el modelo de expansión china: compra de compañías internacionales y contratación de especialistas extranjeros para mejorar el nivel profesional nacional.
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No están invirtiendo en fútbol: están invirtiendo en un sector económico. El mismo comprador del Atlético de Madrid compraba, unos días después, la agencia de derechos de televisión Infront, propiedad del sobrino de Sepp Blatter, expresidente de la FIFA. Y en este sector son hoy un cartel los representantes de los jugadores.
Algunos de los ten top ya visitan regularmente China, como Pini Zahavi o Mino Raiola; pero una vez más el referente es Jorge Mendes y su empresa Gestifute, sobre la que el conglomerado industrial Fotun ya ha comprado una participación. Detrás de todo esto, los derechos de televisión de la Chinese Super League han pasado de $8 millones en el 2015 a un contrato por los siguientes cinco años por $1.300 millones.
Veremos cómo el financial fair play de la UEFA se relaja, cómo algún equipo europeo adapta sus colores al código de significados chino, cómo algún jugador marcha a media temporada al equipo filial en China.
Hasta que alguno de los archimillonarios decida ir más rápido y compre al mayor club del mundo, sea pagando la cuota anual de 100.000 nuevos socios en Beijing o comprando la constructora ACS y a su Presidente.
