En el mundo del fútbol, así como en cualquier empresa, existe la etiqueta de “crack”, un concepto que muchas veces no es fácil de definir porque depende de opiniones subjetivas. De forma general, podríamos llamar “crack” a alguien que viene avalado por el mercado gracias a la influencia que ejerce sobre los diferentes actores y por los resultados que ha logrado y que se han hecho públicos. ¿Es Joao Felix un crack? lo que ha dicho el mercado es que sí, pero vamos a analizar la influencia y el impacto que tiene un fichaje de este tipo en una empresa ya existente, sea un equipo de fútbol o cualquier tipo de organización empresarial.
Para poder valorar el impacto de la incorporación de un crack a nuestra plantilla de una forma lo más objetiva posible, habría que calcular el impacto directo e indirecto que ha tenido para la consecución de los objetivos del club o la empresa, y analizar si ha aumentado el valor de la compañía. Para ello, lo primero y más importante es conocer bien cuál es la identidad de nuestra empresa o club.
Desde MBP School of Coaches consideramos que este está compuesto por sus valores, su modelo de juego o desempeño y su lengua/idioma más común. Asimismo hay que conocer el perfil del empleado que se necesita para cada una de las posiciones en el campo de juego. Sólo analizando estos elementos se puede definir lo que se espera de una nueva incorporación, especialmente cuando hablamos de un crack.
La identidad nos va a marcar la planificación y programación de los contenidos a entrenar. Nos va a indicar la mejor metodología; en el caso del fútbol, la identidad marcaría cómo crear los mejores contextos y entrenamientos para que el jugador se desarrolle de la mejor forma posible bajo los parámetros del club. Y muy importante, el conocimiento de la propia identidad nos va a permitir saber qué competencias deben tener el resto de los empleados o jugadores para compensar bien el equipo cuando se ha incorporado un miembro catalogado como “crack”.
¿Cuáles son los beneficios que tiene una organización al fichar a un crack?
Lo primero y más evidente que conseguirá la empresa es mayor visibilidad en el mercado. Hoy en día el “employer branding” es muy importante ya que nuestros clientes, los sponsors en el caso del fútbol, dan más credibilidad a las personas que a las instituciones porque son algo más real.
En una conversación que mantuve este pasado mes de julio desde mi empresa MBP School of Coaches con una compañía japonesa que está esponsorizando a varios deportistas de élite, afirmaban que habían dejado de patrocinar a entidades y lo hacían sólo a personas porque ello les permitía lograr un mejor “match” entre los valores de la empresa y los del jugador. Por ello el fichaje de una persona que tiene un buen branding ayudará a que nuestra institución también lo tenga.
El caso de Cristiano Ronaldo, Fekir, Vinicius…
Adentrándonos en el mundo del fútbol, un ejemplo claro es el fichaje de Cristiano Ronaldo por la Juventus, entidad que unas pocas horas después de su incorporación aumentó el valor de sus acciones en la bolsa de Milán un 5,71%, quedando por encima de los 900 millones de Euros; su valor de marca aumentó, obtuvo mayor repercusión en los medios y por tanto se incrementó lo que el club podía pedir a sus patrocinadores. De hecho, Adidas repartió a los componentes del club un bonus de 15 millones de Euros por la mejora de la “marca Juventus”.
Otro caso fue el fichaje de Fekir por el Betis. El jugador franco-argelino disparó la valoración del plantel bético a 352 millones de Euros según la institución Transfermarkt, lo que le sitúa en la quinta posición de La Liga. Un caso también muy sonado debido a los 45 millones de Euros que el Real Madrid pagó por él, es el de Vinicius. El Real Madrid tiene un alto porcentaje de los derechos de imagen de este jugador que, hoy en día, es un gran reclamo publicitario gracias también al patrocinio que tiene con Nike.
Por otra parte, tener en la plantilla de un equipo a un jugador galardonado con el premio “the best” como Messi, Klopp, Rapinoe o Sari Van Veenendaal, provoca que haya más aficionados dispuestos a acudir a los partidos. Teniendo en cuenta que el mayor ingreso de los clubes viene de los derechos televisivos, fichar a un crack que gane títulos individuales supone un salto importante.
Asimismo, la venta de merchandising aumenta cuando en la plantilla hay un crack. Un ejemplo claro del pasado verano fue el fichaje de Joao Felix por el Atlético de Madrid. El club madrileño vendió 7.000 camisetas en los dos primeros días según el Correio da Manha. Esto supuso unos ingresos para el club madrileño de 735.000 Euros por lo menos.
Volviendo al campo de la empresa en general, tener talento y contar con una buena “marca” provoca que otros talentos quieran venir a trabajar con nosotros ¿a quién no le gustaría jugar con Messi? Además, tener en el equipo un crack aumenta la probabilidad de conseguir los objetivos, no lo puede garantizar pero varios estudios demuestran que el porcentaje de fiascos disminuye. El motivo es que esa incorporación provoca que el resto de sus compañeros rindan mejor, sean más creativos y piensen más “out of the box” según estudios realizados por la Universidad Californiana Riverside.
Pero una vez mostrados los beneficios de incorporar un miembro de alto nivel al equipo, hemos de afirmar que no todo es tan fácil. Fichar a un crack supone cambios importantes en la dinámica del grupo, cambios en la forma de liderarlo, un coste alto en salarios, el aumento de la competitividad interna y muchas veces una lucha de egos. En el mundo del fútbol tenemos muchos ejemplos de cómo el fichaje de un crack ha provocado retos importantes en la gestión del grupo. Por ejemplo cuando Ibra fichó por el FC Barcelona, donde tuvo grandes problemas con el entonces entrenador Pep Guardiola.
Podemos decir que el concepto de “crack”, que siempre ha partido de opiniones subjetivas, hoy en día cuenta con una inestimable herramienta: el big data, con el que se está logrando valorar a los jugadores de manera más objetiva para disminuir el riesgo de error. Como conclusión, afirmar que el fichaje de un crack es, de inicio, una buena noticia pero también es un reto a nivel de costes y de gestión de equipo. El éxito o el fracaso de este fichaje dependerá sobre todo del grado de conocimiento y claridad que la empresa o el club tenga de su propia identidad.
Por: Jaime Fortuño, profesor de EAE Business School y Co fundador de MBP School of Coaches