Por Álvaro Dexeus – Director de Pleo para el sur de Europa
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En 2022, el cierre de empresas en España alcanzó cifras récords: 26.207 disoluciones, un 10% más que el año anterior. La cifra más alta desde que hay registros, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Todo ello acompañado de una caída en la creación de nuevas empresas. Desgraciadamente, esto no le sorprenderá si ha paseado últimamente por las principales calles comerciales de su ciudad y ha observado las hileras de carteles de “se vende” o “cerrado por liquidación”.
Es un duro recordatorio de los retos a los que se enfrentan hoy en día las empresas y de la monumental tarea que tienen entre manos cuando se trata de sobrevivir. A pesar de que existen algunos indicios de que las cosas van a mejorar -por ejemplo, el FMI ha aumentado su previsión de crecimiento mundial para 2023 en 0,2 puntos porcentuales, hasta el 3%-, la inestabilidad financiera ha supuesto para las empresas españolas una montaña rusa en los últimos años.
Cambio en los hábitos de gasto en las empresas
Los hábitos de gasto de las empresas han cambiado radicalmente, pasando del ansiado hipercrecimiento a un modelo más sostenible y eficiente. Sin embargo, para que esto se haga realidad, las empresas deben seguir centrándose en gastar con prudencia y asegurarse de que sus presupuestos ocupan un lugar destacado en cada conversación y decisión que toman. Pero a veces no es fácil saber dónde aumentar y reducir el gasto. Mirar a los países de nuestro entorno puede ayudarnos a tomar una decisión.
Si bien es cierto que cada país tiene sus particularidades, como ya puso de manifiesto nuestro informe El Estado del gasto de las empresas en 2023, las empresas europeas comparten algunos puntos en común.
Para identificarlos, hemos analizado los gastos de nuestros clientes desde noviembre de 2021 hasta abril de 2023 para conocer en qué categorías están invirtiendo más y menos las empresas europeas, y cuáles, para bien o para mal, han pasado a un segundo plano por el momento.
Entre las áreas de negocio que mayor reducción soportan encontramos el marketing. Los presupuestos de marketing no han dejado de disminuir desde la pandemia, de hecho, según Gartner se encuentran en su nivel más bajo de la historia reciente, con una caída del 6,4% de los ingresos totales de la empresa.
Y es que ya se sabe, los presupuestos de marketing caen como una piedra en cuanto hay problemas, en cambio, suben como una pluma cuando la situación mejora.
Siguiendo esta tendencia encontramos al gasto en software. Con la pandemia el gasto en aplicaciones se disparó. Los empleados cobraban a sus empresas por cualquier aplicación que les mantuviera conectados en tiempos de desconexión. Pero cuando los presupuestos se agotaron y los equipos intentaron dar sentido a las enormes barras de tareas con las que ahora trabajaban los empleados, llegó la reducción de costes.
Hoy, el término medio es la consolidación. Las organizaciones deben centrarse en mantener las aplicaciones que importan y asegurarse de que todos sus equipos trabajan con el mismo software, tanto si están a distancia como en la oficina.
Controlar los gastos desde una sola fuente
Sin embargo, como punto de partida, los equipos deben recurrir a una única fuente de información para realizar un seguimiento de las suscripciones, las tasas de uso y los pagos recurrentes para evitar sorpresas desagradables.
En el otro lado de la balanza, tenemos el gasto en hardware que aumenta considerablemente. No es ningún secreto que la vuelta a la oficina está en el punto de mira de muchas empresas, ya que el rendimiento de los empleados ha alcanzado máximos post-pandémicos. Como resultado, cada vez más oficinas tienen que gastar en hardware.
Pero incluso si el número de empleados de oficina sigue siendo el mismo que en 2019, la forma en que las personas trabajan ha cambiado drásticamente. Como resultado, los líderes empresariales deben sumergirse en sus análisis de gasto y en el comportamiento de los empleados para asegurarse de que su gasto está preparado para el futuro, en lugar de volver a caer en los viejos hábitos.
Entre los costes que también se incrementan encontramos los viajes de negocios. Los amemos o los odiemos, los viajes de negocios han tenido un largo y arduo retorno a la normalidad. Según un nuevo estudio de la Comisión Europea de Viajes, se ha producido un aumento del 4% en los viajes de negocios.
Lo que demuestra que, a pesar del trabajo híbrido o en remoto, las reuniones cara a cara siguen siendo un bien preciado, quizá más aún cuando la norma para muchas interacciones en el lugar de trabajo es Zoom o Slack. Esta situación vuelve a poner de relieve la importancia de tener en orden la política de gastos, para que los límites de gasto y lo que se debe y no se debe hacer esté claro antes de que sus empleados se aventuren a viajar.
Observar las tendencias de gasto en toda Europa es una valiosa forma de que las empresas vean cómo gastan los demás de forma sostenible. Ya que siempre habrá tendencias que les sean propias a ellas y a sus empleados.
Ahora bien, cuantas más prácticas apliquen las empresas para controlar los pormenores de su gasto, más podrán ajustar las cosas a largo plazo. De este modo, a pesar de las presiones a las que se enfrentan actualmente, las empresas podrán seguir gastando de forma sostenible y hacer que cada céntimo cuente.