Por Ferran González, asesor en gobierno corporativo y socio de Cremades-Calvo Sotelo
Que el relevo en la dirección de una empresa familiar se quede en la familia directa no es especialmente importante. De hecho Pablo Isla, que fuera primer ejecutivo de Inditex y por tanto persona absolutamente inmersa en su gestión a pesar de no ser familia de Amancio Ortega, ha demostrado haberlo hecho muy bien.
Pero es verdad que cuando el relevo se hace por parte de un familiar directo que está bien preparado, aporta muchas ventajas a la empresa familiar por diferentes motivos: por el grado de implicación y esa visión a largo plazo que te da el hecho de ser una parte de la propiedad y de la familia que pretende dejar un legado a medio y largo plazo; y también porque normalmente estas personas conocen el negocio desde siempre, tienen un conocimiento profundo y con diferentes ángulos, no solo por el hecho de haber trabajado en la propia compañía, como suele ocurrir habitualmente, sino porque lo han vivido en casa a través de sus padres.
Es cierto que muchas veces desde fuera cuesta entender el valor que aporta el relevo cuando se produce dentro de la propia familia. A veces supone un estigma llevar el apellido familiar, porque se pone en duda la valía del sucesor.
Marta Ortega, se impone la meritocracia
Sin embargo, cuando la persona está bien preparada, motivada y además se implica, aporta ventajas muy importantes frente a independientes, a personas que provienen de fuera. En cualquier caso, lo más importante es la meritocracia, tener la capacidad de hacer bien las cosas, elevado grado de implicación, y el hecho de ser familia directa muchas veces lo mejora.