La crisis del Coronavirus ha golpeado al mundo entero, pero por desgracia España ha sido uno de los países donde el impacto ha sido más severo. Dentro de la Unión Europea, y sin tener en cuenta a Reino Unido que está en proceso de divorcio, la mayor caída del PIB, durante el segundo trimestre de este año, se ha registrado en nuestro país. Estamos hablando de casi un -18%, algo que no se producía desde hacía tantas décadas que cuesta recordarlo. Y ahora entramos en la segunda ola del coronavirus…
Por una razón u otra da la sensación de que siempre lideramos en sentido negativo. La última gran crisis, que atenazó al mundo, fue la financiera de 2008 que, si bien se desató en EE.UU., impactó finalmente de forma global, y cuando llegó a España puso de manifiesto hasta que punto había evolucionado la burbuja inmobiliaria en nuestro país y como había corrompido los balances de nuestro sistema financiero.
El resultado ya lo conocemos, desplome de los precios de la vivienda, recesión económica y consolidación bancaria a la sombra de la quiebra de muchas cajas de ahorro y bancos pequeños.
Ahora la crisis es distinta, ya que el corazón del problema es sanitario. Pero, cómo no, volvemos a sufrir como ningún otro, porque nuestra economía descansa en buena parte en el sector turístico, que a su vez alimenta al sector de la hostelería. En cierta manera no se podría esperar algo distinto, cuando España representa el segundo destino turístico por excelencia a nivel mundial.
Pero de nuevo la crisis desatada por el Covid-19 vuelve a ponernos en el ojo del huracán. Y si bien la primera ola de contagios no hizo demasiadas distinciones entre países del sur de Europa, ahora la foto ha cambiado drásticamente.
Segunda ola del coronavirus: más virulencia
Y es que esta segunda ola está siendo mucho más virulenta aquí, que en países vecinos como Italia o Portugal, y sin lugar a duda representa una seria amenaza para la recuperación económica de nuestro país, donde se pronostica ya un panorama negro en términos de desempleo y subsistencia de muchos negocios pequeños.
La esperanza sigue siendo la confirmación del desarrollo de una vacuna y su suministro a la población, pero siendo francos, y teniendo en cuenta los pronósticos de las principales autoridades sanitarias líderes en el desarrollo de dichas vacunas, no parece razonable esperar que la población, mayoritariamente, pueda acceder a una protección eficaz antes del segundo trimestre de 2021, en el mejor de los casos.
Eso nos deja por delante una travesía del desierto para los meses de otoño e invierno, donde se prevé que a la complejidad de la pandemia actual se añada la temporada anual de la gripe.
Por desgracia, lo más probable es que esta crisis económica en España se prolongue durante los próximos años y que la tasa de desempleo tan solo esté al inicio de un proceso de subida, que nos devolverá a esas cotas del 20-25% que ningún otro país europeo sufre, con independencia de la severidad de la recesión que padecen.
Por Pablo Gil, Jefe de Estrategia de XTB