Según el Informe Global Entrepreneurship Monitor (GEM), los emprendedores españoles tienes buenas expectativas en cuanto al rendimiento de los negocios, así como de crear puestos de trabajo.
El Centro Internacional Santander Emprendimiento (CISE), la Asociación RED GEM España, Banco Santander, a través de Santander Universidades, Enisa (Empresa Nacional de Innovación) y la Fundación Rafael del Pino han presentado el Informe Global Entrepreneurship Monitor (GEM) España 2018-19 con la última información sobre el ecosistema emprendedor español con la conclusión de un mayor optimismo en el ecosistema nacional.
La Tasa de Actividad Emprendedora (TEA) española -que mide las iniciativas con menos de 3,5 años de vida en el mercado-, continúa en aumento (del 5,2 % en 2016 al 6,4 % actual) y se acerca a cifras de antes de la crisis (7,6 % en 2007). A pesar de este incremento, el índice en España sigue estando por debajo de la media europea (8,7 %), aunque supera a economías como Italia (4,2 %) o Alemania (5 %).
La participación masculina en la puesta en marcha de negocios es relativamente mayor que la femenina (53,1 % frente 46,9 %), aunque la brecha de género a la hora de emprender ha disminuido por sexto año consecutivo. En la actualidad 9 mujeres inician negocios por cada 10 hombres españoles, una cifra que supera la media de Europa, donde solo se cuentan 6 mujeres por cada 10 hombres emprendedores.
Innovación e impacto en el empleo del colectivo de emprendedores
Junto al aumento del índice TEA se ha producido una ligera mejora en la calidad de la actividad emprendedora. Crece el porcentaje de nuevas empresas en el sector de la industria y transformación (de 17 % a 19 %) y aumenta la orientación exportadora (de un 25 % a un 30 %). El grado de innovación, que según GEM se da cuando una iniciativa emprendedora ofrece un producto o servicio nuevo para el mercado, se mantiene en torno al 13 %.
En la misma línea, crecen las expectativas de generación de empleo entre los emprendedores: cerca de la mitad (48,9 %) tiene previsto crear algún puesto de trabajo en los próximos cinco años, y alrededor de un % planea contratar seis o más empleados, una cifra que se ha duplicado respecto a 2017. No obstante, todas las cifras relacionadas con la calidad e impacto de la actividad emprendedora en España continúan estando por debajo de los promedios de la Unión Europea.
Respecto a las motivaciones a la hora de crear un negocio, el 70,7 % de las personas emprenden porque detectan oportunidades en el mercado, mientras que al 22,6 % lo impulsa la necesidad. Si bien antes de la crisis solo al 15 % de emprendedores los movía la falta de alternativas, los porcentajes del emprendimiento por oportunidad se mantienen estables desde 2010 y próximos a la media de Europa y Norteamérica (75,3%).
La tasa de negocios establecidos (con más de 3,5 años en el mercado) desciende un punto, situando a España (6 %) por debajo de la media de los países con su mismo nivel de desarrollo (7,4 %), consecuencia de la baja actividad en los años de crisis. Por otro lado, el porcentaje de abandono de negocios se sitúa en el 1,7 % (frente al 1,9 % de 2017), lo que supone una mejora en la sostenibilidad de los nuevos negocios y un dato positivo frente a los países europeos, con una tasa media de abandono del 2,8 %.
Intraemprendimiento
El informe refleja que en España la Tasa de Intraemprendimiento (EEA) se mantiene en la media de los últimos años (1,7 %), con una diferencia de 3,7 puntos porcentuales respecto de la media europea (5,2 %). El emprendimiento corporativo o intraemprendimiento va ligado al desarrollo económico de las regiones y es buen indicador de la capacidad innovadora de las compañías, lo que evidencia la necesidad de crear más cultura emprendedora que impulse la inversión en nuevas iniciativas internas.
Las valoraciones sobre las condiciones del ecosistema emprendedor español realizadas por más de 600 expertos han mejorado en casi todas las variables, pero alertan sobre la necesidad de diseñar políticas gubernamentales que reduzcan la burocracia y las cargas fiscales para las nuevas empresas, que favorezcan la formación en emprendimiento y que impulsen el desarrollo de instrumentos financieros públicos y privados orientados a la creación de nuevos negocios.