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De la petaescala a la exaescala: los impactos de la supercomputación

Ayer fue un día especial en el mundo de la informática: se celebraba el salto de la petaescala a la exaescala. Este paso es el origen de la supercomputación, cuyas claves se abordaron en el #ExascaleDay. Una jornada que ha servido para rendir homenaje a científicos e ingenieros que trabajaron en esta tecnología para lograr un avance tan significativo. Hace ya más de diez años que todos ellos se dieron cuenta que requerían de una mayor capacidad de cómputo para la resolución de los problemas de entonces.

Así fueron concebidos los ordenadores a exaescala, con una potencia diez veces superior a la de los de petaescala. Es un hecho que existe una creciente demanda de mayor capacidad de cálculo para lograr una mejor comprensión de los sistemas, ya sea el organismo humano a nivel celular o a nivel de órgano completo, o los distintos patrones climáticos desde escalas pequeñas hasta escalas mayores.

Las avances de la supercomputación

Desde la introducción de la supercomputación a exaescala hace más de un año con Frontier, para el Laboratorio Nacional Oak Ridge (ORNL, en inglés) del departamento de energía de EE.UU., los investigadores ya han acelerado espectacularmente los descubrimientos para lograr hitos como estos:

HPE_Frontier_Updated_Datacenter

Según los expertos, esto es solamente el principio de todo lo que puede proporcionar la supercomputación. El aumento de los datos y los flujos de trabajo de la IA ya están requiriendo un paso adelante en el cómputo.

«Vemos cómo la informática a exaescala está cambiando el mundo con más ciencia, más descubrimientos y más innovación que mejoren la forma en que vivimos y trabajamos», afirman fuentes de Hewlett Packard Enterprise.

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