Son numerosos los libros publicados en el último año sobre el arte de la negociación o de hablar bien en público. Por algo será. La comunicación efectiva es una de las habilidades blandas más importantes que buscan las empresas en la gestión de su talento. El último de ellos lo firma José María Tourné, un apasionado de la materia que ha defendido los intereses de toda una industria como la de Hollywood.
Habla, conecta y convence (LID) es una obra que recoge las claves para dominar el arte de hablar en público e impactar con los discursos. A través de las páginas, el autor ofrece una combinación de teoría, práctica y ejemplos inspiradores que permiten al lector desarrollar su propio estilo y conquistar a cualquier audiencia.
Hablar bien no es solo cuestión de talento innato, sino de práctica, pasión y preparación. Con las herramientas adecuadas, cualquier persona puede convertirse en un orador capaz de conectar, convencer e inspirar. Estos son los puntos fuertes de esta guía que ha elaborado José María Tourné para todos los públicos.
La convicción como punto de partida de una buena oratoria
Para persuadir, el primer paso es estar convencido de lo que se cuenta. La convicción genera pasión, y esta emoción es clave para transmitir con eficacia. «Amar lo que hacemos genera una fuerza interior que resulta invencible en cualquier profesión», afirma el autor en la introducción del libro. La pasión es el motor que impulsa al orador y le permite conectar con su audiencia de forma auténtica y profunda.
Cómo captar la atención de la audiencia: 6 técnicas
Uno de los mayores retos de un buen orador es captar y mantener la atención de su audiencia. Tourné ofrece seis técnicas fundamentales que pueden utilizarse de forma independiente o combinada para lograrlo:
- Llamar a la acción: Invitar a la audiencia a actuar al final del discurso genera impacto y deja una huella duradera. Steve Jobs lo hizo en su célebre discurso de Stanford con la frase: «Permaneced hambrientos y locos». Este tipo de cierre motiva a los oyentes a tomar decisiones o a reflexionar sobre lo escuchado.
- Introducir una sorpresa: Compartir una revelación inesperada o una anécdota personal ayuda a mantener el interés. La autora J.K. Rowling, en su discurso de 2008 en Harvard, sorprendió al público al relatar cómo su propia situación de pobreza y fracaso fue la chispa que la llevó a escribir la saga de Harry Potter.
- Usar una anáfora: La repetición de una frase o estructura refuerza el mensaje y facilita su comprensión. Martin Luther King hizo historia con su famoso «I have a dream», repitiendo esta expresión para enfatizar su visión de igualdad y libertad.
- Responder al conflicto inicial: Plantear una pregunta o problema al principio del discurso y resolverlo al final refuerza la coherencia y la estructura del mensaje. Por ejemplo, si el discurso comienza con la pregunta: «¿Es Fulanito un empleado de Alfa?», la conclusión debe responder afirmativamente tras la exposición de los argumentos.
- Repetir la cita inicial: Recuperar la cita con la que se ha iniciado el discurso ayuda a cerrar el mensaje con elegancia y coherencia. Si se comienza con la frase de Oscar Wilde «Nunca hay una segunda oportunidad para causar una primera buena impresión», se puede finalizar con una reflexión que refuerce esa misma idea.
- Hacer una reflexión o final abierto: Invitar a la audiencia a reflexionar sobre lo expuesto es una estrategia poderosa. Un ejemplo icónico es el discurso de William Wallace en Braveheart, donde se plantea la pregunta: «¿No estaríais dispuestos a cambiar todos los días desde hoy por una oportunidad, ¡solo una oportunidad!, de volver aquí a matar a nuestros enemigos?».
El poder de la autenticidad
Más allá de las técnicas, Tourné insiste en que la autenticidad es la clave para conectar con la audiencia. La naturalidad, la sinceridad y la capacidad de transmitir emociones genuinas son aspectos fundamentales para ganarse la confianza del público.
El libro también aborda cómo gestionar el miedo escénico, cómo modular la voz para captar la atención y la importancia de la comunicación no verbal. El lenguaje corporal, los gestos y las pausas juegan un papel crucial para reforzar el mensaje.