Carlos Molina quiere dejar las cosas claras a los emprendedores. A través de su libro Las cinco mentiras de Silicon Valley (Deusto), ofrece a los lectores una reflexión crítica sobre los mitos y mentiras que rodean a los ecos procedentes de esta región de Estados Unidos.
El contenido de la obra está narrado desde la experiencia personal del autor, quien comparte sus fracasos y aprendizajes. A lo largo de las páginas se destila una voz crítica muchas historias de utopía en los negocios procedentes del mítico polo de emprendimiento de California.
El objetivo no es otro que advertir a otros emprendedores sobre los peligros de caer en sesgos cognitivos, como el «wishful thinking», y la importancia de reconocer el fracaso como parte del proceso. Contenido cercano y con un punto biográfico cuando Molina relata su infancia en Logroño. Allí, junto a sus amigos, se convirtió en un pionero de los juegos de mesa y rol en los años 90. Esta experiencia lo llevó a fundar, años después, la empresa 89Bits, dedicada al desarrollo de videojuegos. Sin embargo, el entusiasmo inicial no fue suficiente para garantizar el éxito.
Las cinco mentiras del emprendimiento
Y luego están los mitos y las mentiras que rodean al emprendimiento. El autor desmitifica la creencia de que una gran idea es suficiente para triunfar. Explica que las ideas no son únicas y que lo importante es la ejecución y la adaptación a las necesidades del mercado.
Por otro lado, critica la narrativa del «éxito instantáneo», ejemplificada en películas como Forrest Gump, y advierte que el éxito requiere tiempo, esfuerzo y perseverancia.
Asimismo, cuestiona la idea de que no hay límites para el éxito, señalando que la realidad es más compleja y que no todos pueden alcanzar el nivel de empresas como Microsoft o Google.
Sobre los buenos productos y la financiación
Otro de los mitos que llegan desde Silicon Valley se relacionan con los buenos productos y la financiación como salvavidas. Molina argumenta que un buen producto no es suficiente; es necesario invertir en marketing y adquisición de clientes.
Sobre la financiación, advierte sobre los peligros de depender exclusivamente del capital riesgo (venture capital) sin un plan de rentabilidad a largo plazo.
Con todo, el experto llama a la humildad a los emprendedores y a adoptar un perfil de adaptación y aprendizaje continuos. En su opinión, el éxito no es lineal ni está garantizado. El verdadero valor está en resolver problemas reales, no en perseguir ideas idealizadas.