Tenemos obsesión por el consumo de información, por las pantallas, la paciencia por los contenidos se agota rápido… Parece que ya no importa la calidad de lo que leemos o vemos y captar nuestra atención se ha convertido en el verdadero foco en el que se centran los medios de comunicación, el marketing o los creadores de contenidos.
Todos son estímulos, porque sin atención se pierde la ansiada relevancia. La economía se la atención se erige como uno de los grandes objetivos de una gran cantidad de personas que trabajan detrás de una pantalla. Para todos ellos y para el público general, LID edita Tu atención, por favor, un libro de Roger Casas-Alatriste (fundador de El Cañonazo Transmedia) en el que se exponen los fundamentos para entender la economía de la atención y cómo se pueden obtener beneficios de ella.
La economía de la atención abarca un número amplio de industrias y profesionales
La obra es del todo interesante y toca un tema muy actual que invade a numerosos sectores y profesionales. Series, videojuegos, música, cine, deportes, educación, comunicación empresarial, creadores digitales y publicidad son ámbitos especialmente relacionados con la economía de la atención.
Desde el punto de vista de los creadores de contenido, el autor plantea una serie de estrategias para cada entorno de consumo, así como las claves que se necesitan saber para captar la atención de los públicos objetivos.
Del otro lado – los consumidores de información – el libro también sostiene qué se debe hacer para sobrevivir a la economía de la atención y saber gestionar la ingente cantidad de información que reciben diariamente. El autor pide a los consumidores ser críticos y tomar conciencia de los contenidos que consumen. El objetivo es que terminen llegando a temas de calidad y a tomar las mejores decisiones en sus elecciones. Todo ello tendrá un impacto positivo en la salud mental.
Consejos para gestionar la gran cantidad de contenidos que recibimos
Desconectar o gestionar la economía de la atención para el consumidor es una tarea difícil, pero no imposible. Estas son las recomendaciones que nos proporciona el autor de Tu atención, por favor:
- No confiar en los principios de estandarización de la atención: La atención higiénica implica reorganizar nuestro entorno, no dar por sentado ciertos aspectos que puedan perjudicar nuestra capacidad de concentración.
- Crear zonas seguras libres de la invasión de la comunicación: Es necesario establecer espacios donde nuestra atención no se vea constantemente solicitada por estímulos caóticos y/o múltiples, siendo nuestra responsabilidad fomentar y establecer estos lugares de desconexión.
- Alejarse del dominio del régimen de alerta de los medios de comunicación: Mantenernos al margen de las advertencias generadas por los medios y las plataformas digitales.
- Estrategia en la valoración de la atención: Ser conscientes de nuestra conciencia como electores y tomadores de decisiones sobre dónde dirigir nuestra atención, sabiendo que esto afectará la atención de las personas que nos rodean, tanto en el entorno físico como digital.
- Aprender a seleccionar nuestras absorciones, en lugar de liberarnos: Elegir sabiamente en qué nos absorbemos, porque concentrarnos por completo en ello probablemente sea más beneficioso que realizar múltiples tareas.
- Engañar al algoritmo: Disfrazar nuestra navegación o crear perfiles múltiples nos permite salirnos de la autopista y tomar un camino secundario donde tal vez no seamos invisibles, pero sí podamos disfrutar de otras perspectivas.
- No hacer nada: Se trata de parar y dedicarnos un tiempo para aburrirnos a propósito, el no hacer nada como una actividad en sí misma que nos impulsa a estar con nosotros mismos y conectar con nuestro entorno.
- Valorar la importancia de la presencia física: En el mundo presencial, la conversación se enriquece exponencialmente. Lo que captamos con nuestra atención nos define: la dirección en la que dirigimos nuestra atención es la dirección en la que dirigimos nuestra vida.