Es un mantra, pero conviene insistir que toda transformación digital debe empezar por los responsables de una empresa. La mentalidad es la clave para que la nueva maquinaria funcione como es debido. Lo que ocurre es que muchas compañías han empezado el cambio desde otras vertientes como la incorporación de tecnología o la rápida decisión de llevar a todos los empleados a trabajar desde casa.
El CEO de Ninety Days y coach de procesos de transformación, Alejandro De Zunzunegui, ha publicado Transformación Digital para Directivos (LID) en donde hace hincapié que un proceso de transformación es mucho más de lo que se suele pensar porque implica un total metamorfosis de un modelo de negocio. A través de las páginas de esta obra se desliza una visión crítica y, a la vez, constructiva, de la carrera de digitalización que han emprendido las empresas.
Muchas transformaciones fallidas
En su análisis, el experto da a conocer que muchos de estos procesos están siendo fallidos. De hecho, se calcula que el 70% de las transformaciones están fallando, atendiendo a los resultados conseguidos. De Zunzunegui mantiene que hay falta de conocimiento, experiencia y método, razones por las cuales se ha lanzado a publicar su obra.
De este modo, este manual llega como una guía óptima para directivos en su viaje hacia el mundo digital. El autor aporta su propio método en el que identifica barreras y errores. Todo muy práctico y explicado con palancas y pilares clave para iniciar una revolución con buenas vistas a futuro.
10 claves en la Transformación Digital para Directivos
Estos diez mandamientos resumen el interesante contenido de este libro de algo más de 160 páginas:
- El enfoque debe ser de arriba abajo y la transformación debe darse hacia ambos sentidos. El CEO será responsable del viaja de arriba abajo y el coach hará lo propio de abajo arriba.
- Las mejores prácticas deben guiar el proceso. Se debe tener en cuenta toda la labor de los equipos que están haciendo las cosas de un modo diferente. Esa es una buena base.
- La cultura empresarial debe estar marcada por la agilidad y esto debe impulsarse desde los propios directivos.
- El protagonismo está en los equipos. Para ello, hay que darles autonomía, poder de decisiones y exigirles objetivos.
- Dar visibilidad a los cambios. Es muy positivo comunicar los nuevos rumbos para que todos tienen conciencia de sus aspectos positivos, incluso los equipos que opongan más resistencias.
- Hay que contar lo que está pasando. En toda estrategia debe primar el dato y el valor tangible de trabajar de otra forma.
- Comunicación para facilitar el camino. El diálogo transparente elimina barreras y facilita la comprensión del modelo.
- Buscar el atractivo de la transformación. Todos tienen que ganar en esta revolución, lo cual incluye la cuestión salarial.
- Democratizar el dato y fijar objetivos. La transparencia en la evolución generará confianza y será un argumento para seguir avanzando.
- Celebrar el éxito. El directivo tiene que animar a los suyos a celebrar logros. Esto favorece el engagement y creará adeptos a la nueva cultura.