El Gobierno de Canadá ha dado un paso decisivo en su estrategia para proteger la industria automotriz nacional al anunciar la imposición de aranceles del 100% a los vehículos eléctricos de batería (BEV) importados de China.
Esta medida, que entrará en vigor el 1 de octubre de 2024, busca alinear a Canadá con las políticas de sus aliados, como Estados Unidos y la Unión Europea, en un esfuerzo por enfrentar la competencia desleal que, según las autoridades canadienses, proviene del gigante asiático.
La llegada de los fabricantes chinos de coches a los distintos mercados , tanto el americano como el europeo, está suponiendo una auténtica revolución al mismo tiempo que ha puesto en jaque a los fabricantes . A nivel de costes, es imposible igualarlos . Los fabricantes de «toda la vida» se encuentran con que sus rivales chinos además de ofrecer sus coches a precios imbatibles lo hacen con unos niveles de equipamientos impensables tanto a nivel europeo como americano , si no se recurre a las versiones más caras de los distintos fabricantes. Tanto Estados Unidos como Europa han empezado a introducir aranceles del 100% a coches eléctricos chinos , una medida que puede resultar muy perjudicial para la economía, y que puede traer consecuencias.
Aranceles del 100%: Un golpe a los vehículos eléctricos chinos
La decisión de Canadá de imponer aranceles tan elevados afectará significativamente a los vehículos eléctricos fabricados en China, duplicando su precio en el mercado canadiense. Estos aranceles no solo se aplicarán a automóviles de pasajeros, sino también a camiones, autobuses, furgonetas de reparto eléctricos y algunos vehículos híbridos. Además, se mantendrá el arancel de importación del 6,1% ya vigente para los vehículos eléctricos producidos en China.
Esta medida se enmarca en una política proteccionista más amplia del Gobierno canadiense, que busca salvaguardar los más de 125.000 empleos de la industria automotriz, muchos de ellos sindicalizados, y proteger su cadena de suministro, considerada una de las mejores del mundo en el ámbito de los vehículos eléctricos.
Aranceles adicionales para el acero y aluminio chino
Además de los aranceles a los vehículos eléctricos, Canadá también impondrá aranceles del 25% a las importaciones de productos de acero y aluminio provenientes de China. Esta medida, que entrará en vigor el 15 de octubre de 2024, tiene como objetivo proteger a las industrias canadienses de los precios artificialmente bajos que, según el Gobierno, son resultado de la sobrecapacidad y las prácticas comerciales injustas del Estado chino.
Un movimiento proteccionista y la integración con Estados Unidos
El Gobierno de Justin Trudeau ha justificado estos aranceles como una forma de proteger a los trabajadores y empresas canadienses frente a la competencia desleal que, según alegan, se beneficia de prácticas que no respetan las normas laborales ni ambientales internacionales. Esta postura se alinea con la estrategia de Estados Unidos, que también ha impuesto aranceles del 100% a los vehículos eléctricos de China este año.
La industria automotriz canadiense está profundamente integrada con la de Estados Unidos, ya que la gran mayoría de la producción de vehículos ligeros de Canadá, que alcanzó 1,5 millones de unidades en 2023, se exporta al mercado estadounidense. Por lo tanto, la adopción de políticas similares a las de Estados Unidos no solo fortalece la alianza entre ambos países, sino que también asegura la continuidad de esta relación comercial crítica.
Reacciones internacionales y la respuesta de China
La reacción de China a estos aranceles no se hizo esperar. En una rueda de prensa, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Lin Jian, criticó duramente la decisión de Canadá, calificándola como una medida proteccionista que se desvía de los hechos y que ignora las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Jian advirtió que esta decisión perjudicará tanto a las empresas canadienses como a los consumidores, y podría obstaculizar los esfuerzos globales en la lucha contra el cambio climático, al encarecer los vehículos eléctricos, una alternativa más ecológica a los vehículos tradicionales.
China también defendió su industria de vehículos eléctricos, destacando que su éxito es fruto de la innovación persistente y de una base industrial sólida, no de prácticas desleales. El país asiático ha exigido a Canadá que respete los acuerdos internacionales y ha amenazado con tomar «todas las medidas necesarias» para proteger los intereses legítimos de las empresas chinas.
La Unión Europea también toma medidas
La Unión Europea no ha quedado al margen de esta tendencia proteccionista. Recientemente, la Comisión Europea propuso nuevos aranceles a los vehículos eléctricos provenientes de China, aunque en niveles más bajos que los impuestos por Estados Unidos y Canadá. Los productos fabricados por SAIC Motor enfrentan aranceles adicionales del 36,3% en la UE, mientras que Geely Automobile Holdings y BYD se enfrentan a aranceles del 19,3% y 17% respectivamente. Incluso Tesla, que fabrica algunos de sus vehículos en China, verá un arancel adicional del 9% en sus vehículos importados a Europa.
Próximos pasos de Canadá: Consultas sobre otros sectores
El Gobierno de Canadá no se detendrá en los aranceles a los vehículos eléctricos, acero y aluminio. También ha anunciado que llevará a cabo una consulta de 30 días sobre la posible imposición de aranceles adicionales a otros sectores estratégicos, incluyendo baterías y sus componentes, semiconductores, productos solares y minerales esenciales. Estos sectores son considerados críticos para la prosperidad futura de Canadá y podrían estar sujetos a medidas similares si se concluye que las importaciones chinas están afectando negativamente a la industria nacional.
Además, Canadá tiene la intención de limitar la elegibilidad para los incentivos de Vehículos de Cero Emisiones (iZEV) y otros programas de apoyo a productos fabricados en países con acuerdos de libre comercio con Canadá. Esta medida busca fortalecer la producción local y asegurar que los beneficios de los programas gubernamentales se queden dentro del país.
La imposición de aranceles del 100% a coches eléctricos chinos marca un momento crucial en la política comercial de Canadá. Al alinearse con las estrategias proteccionistas de Estados Unidos y la Unión Europea, Canadá busca proteger su industria automotriz de la competencia desleal y asegurar la prosperidad a largo plazo de su economía. Sin embargo, esta medida también podría desencadenar tensiones comerciales con China, un actor clave en el comercio global, lo que plantea interrogantes sobre las futuras relaciones comerciales entre estos dos países.
El mundo está observando cómo Canadá y China gestionan este conflicto, y las repercusiones podrían ser significativas, tanto para la economía global como para la industria del motor y de los vehículos eléctricos, que juega un papel esencial en la transición hacia un futuro más sostenible.