El presidente de la Asociación Española de la Banca (AEB), José María Roldán, ha abogado por la necesidad de que todos los bancos europeos puedan competir en igualdad de condiciones bajo la nueva supervisión única, al tiempo que ha defendido la importancia de evitar la duplicidad de tareas supervisoras entre la EBA y el BCE.
MADRID, 11 (EUROPA PRESS)
Estos dos aspectos han sido puestos de manifiesto este jueves por el presidente de la patronal ante el Parlamento Europeo, donde ha presentado el informe 'ECB Banking Supervision and beyond', elaborado en su calidad de presidente de la 'task' del CEPS (Centre for Euroepan Policy Studies).
Roldán ha expuesto la necesidad de garantizar reglas de juego uniformes para todos los bancos europeos, tanto para los más significativos acogidos directamente al Mecanismo Único de Supervisión como para aquellos bajo su supervisión indirecta a través de las autoridades nacionales, así como entre las entidades del área euro y las del resto de la Unión Europea.
Según ha explicado, crear una cultura supervisora común "llevará años", por lo que será necesario aplicar un enfoque pragmático para garantizar una transición sin contratiempos al nuevo sistema. "El nuevo modelo de supervisión tiene que reemplazar las estructuras actuales y no superponerse a las ya existentes. Asimismo, debe evitar la duplicidad de esfuerzos y eliminar las inconsistencias", ha indicado.
'SINGLE RULEBOOK'
El CEPS recomienda en su informe revisar la forma en la que actualmente se aborda el proceso de regulación financiera en la UE dada la relevancia que el sector bancario tiene para la financiación de la economía y la importancia que la nueva Comisión Junker concede a la calidad de la regulación (better regulation).
Así, el documento recalca que el 'single rulebook' debe tener en cuenta la diversidad de los sistemas bancarios y el hecho de que los bancos supervisados tengan riesgos sistémicos distintos. Mientras tanto, el BCE debe intentar armonizar el uso de las discrecionalidades que el 'single rulebook' confiere a las autoridades nacionales, a fin de crear un terreno de juego verdaderamente equilibrado.
El informe también hace hincapié en la necesidad de abordar la potencial duplicidad en las tareas supervisoras entre la EBA y el BCE a través de un proceso de evaluación por parte de la Autoridad Supervisora Europea (ESA). "Aunque la función supervisora de la EBA será importante para los países que han quedado fuera del SSM, algunos solapamientos pueden molestar a los mercados y crear confusión", señala.
Tareas como los test de estrés, la participación en los colegios supervisores y la recolección de datos deben ser coordinadas e integradas tanto como sea posible.
Respecto a las prácticas supervisoras, el informe entiende que deben converger a través del desarrollo de un enfoque propio del Mecanismo Único de Supervisión y del Manual de Supervisión, que debe aplicarse tanto a los bancos significativos como a aquellos de menor tamaño.
COORDINACIÓN
Las buenas prácticas desarrolladas por los equipos conjuntos de supervisión deberían ser transmitidas a las autoridades nacionales competentes para que puedan ser aplicadas en la supervisión de las entidades menos significativas.
El informe plantea también la cuestión del lenguaje, puesto que una enorme cantidad de información se encuentra disponible únicamente en las lenguas nacionales.
Asimismo, la rendición de cuentas presenta aspectos susceptibles de mejora, dado que las IFSR (International Financial Reporting Standards) solo se aplican a bancos cotizados en EU/EEA y sobre base consolidada. Esto implica que únicamente se utilizan estándares contables armonizados en menos de la mitad de los bancos supervisados por el BCE, lo que requiere una reflexión por parte de los legisladores.