Un joven de Cambados (Pontevedra) con una minusvalía psíquica como consecuencia de un accidente de tráfico es uno de los afectados por la emisión de participaciones preferentes de Novagalicia Banco.
PONTEVEDRA, 20 (EUROPA PRESS)
Un joven de Cambados (Pontevedra) con una minusvalía psíquica como consecuencia de un accidente de tráfico es uno de los afectados por la emisión de participaciones preferentes de Novagalicia Banco.
Lois Baulo, de unos 30 años de edad, ha denunciado este jueves su caso, que supuso la colocación, en 2010, de 65.000 euros (la mitad de la indemnización que recibió en su día por el accidente) en estos productos financieros de alta complejidad y los otros 65.000 euros, en la hipoteca de un piso.
Cuando comenzaron las protestas de plataformas de afectados por preferentes, Baulo acudió a un despacho de abogados, acompañado de su padre, para iniciar los trámites y llevar el asunto a los juzgados, según ha relatado a Europa Press el abogado Carlos Alonso Piñeiro.
"Habíamos iniciado las reclamaciones extrajudiciales. Pero, cuando empezó el 'boom' del arbitraje, lo comentó, vino con el padre, y dijimos, pues mira… Por perfil y su situación, debería haber cobrado", destaca Piñeiro, que considera que esta historia es la de "un caso manifiesto" de estafa, pues el joven de Cambados tiene una disminución psíquica de entre el 61 y el 65%. "Si antes del accidente, en plenas facultades, este chico no daba el perfil de inversor, después, menos", ha censurado.
Baulo solicitó hace varios meses la mediación del Instituto Galego de Consumo, pero no ha obtenido respuesta. Es el banco, a través de la auditora PricewaterhouseCoopers (PwC), el que realiza un filtrado de las peticiones y remite aquellos casos que considera al organismo dependiente de la Xunta.
El no haber sido llamado para el arbitraje y los anuncios de los últimos días sobre la obligatoriedad de una quita para los tenedores de preferentes de Novagalicia han llevado a Lois Baulo a protestar este jueves en una sucursal de Corcovello, en Cambados (Pontevedra). De allí ha llevado su indignación al consistorio y, a continuación, a la Diputación de Pontevedra.