La gobernanza empresarial se ha convertido en un factor de competitividad y diferenciación en el mundo empresarial. La transparencia, la gestión ética y la solidez institucional no solo generan confianza en los inversores, sino que también impactan directamente en la reputación y el desempeño financiero de las entidades.
Por supuesto, la banca no es ajena a esta tendencia y los esfuerzos del sector se están centrando en lograr una mayor confianza de sus stakeholders desde la gobernanza. A este respecto, Unicaja ha dado un paso adelante al obtener la certificación del Índice de Buen Gobierno Corporativo (IBGC) de AENOR, alcanzando la máxima calificación (g++). Este reconocimiento avala la solidez del modelo de gobierno de la entidad y refuerza su apuesta por la transparencia y la gestión responsable.
La certificación llega en un momento clave para el grupo malagueño, ya que la regulación y la demanda social exigen cada vez más compromiso con las mejores prácticas de gobernanza. La auditoría realizada por AENOR ha destacado el robusto modelo de Unicaja, subrayando aspectos como la correcta distribución de funciones, la prevención de conflictos de interés y un Consejo de Administración renovado y alineado con una nueva cultura corporativa.
Gobernanza responsable: un activo estratégico para Unicaja
Para Unicaja, la obtención de esta certificación es mucho más que un simple reconocimiento. Según José Sevilla, presidente de la entidad, el sello de AENOR “refrenda nuestro compromiso con la transparencia y la adopción de las mejores prácticas en gobierno corporativo, como medio para fortalecer nuestra institución y asegurar su desarrollo sostenible”.
Este hito se enmarca dentro de la transformación que Unicaja ha impulsado en los últimos meses, con una reconfiguración del Consejo de Administración y un refuerzo de la cultura organizativa centrada en la confianza y la orientación al cliente. Sevilla destaca que esta renovación ha sido clave para posicionar a la entidad en un nuevo paradigma financiero, en el que la ética y la responsabilidad son fundamentales para su crecimiento y estabilidad.
Rafael García Meiro, CEO de AENOR, indica que el modelo de Unicaja “es muy maduro y está alineado con los altos estándares del sector financiero”. Del mismo modo, ha asegurado que la certificación de buen gobierno “demuestra su compromiso no solo con el mantenimiento de un nivel excelente, sino con una mejora continua”.
El estándar IBGC: transparencia con impacto real
La certificación obtenida por Unicaja se basa en el modelo IBGC v.2.0 de AENOR, que evalúa siete variables clave a través de 180 indicadores de buen gobierno. Entre los aspectos analizados se encuentran:
- Composición y funcionamiento del Consejo de Administración
- Competencias y estructura de las comisiones de gobierno
- Retribuciones y políticas de transparencia
- Funcionamiento de la Junta General de Accionistas
- Relación con los grupos de interés (inversores, clientes, empleados y reguladores)
Este modelo, lanzado por AENOR en 2021 y actualizado en función de las necesidades del mercado, permite a las compañías demostrar su compromiso real con la gobernanza responsable, más allá de las exigencias normativas. De este modo, Unicaja se sitúa entre las entidades que apuestan por un liderazgo financiero basado en la confianza, la sostenibilidad y la rendición de cuentas.