El dinero convertible, mejor conocido como dinero fiduciario, se basa en la confianza de una sociedad, caracterizado por la creencia de que el dinero tiene valor alguno.
Desde esta perspectiva, se destaca que no está respaldado por metales preciosos (como la plata o el oro) y, por tanto, no es dinero real. La única garantía que ofrece el dinero fiat es la promesa por parte del emisor de responder por su valor.
¿Cómo surgió el dinero fiduciario?
Durante siglos, las monedas valían por el metal con las que eran fabricadas, bien sea oro, bronce o plata; hasta que se dató un nuevo modelo de dinero en la China del siglo XI.
Tras la invención del papel, no tardaron en nacer los billetes certificados, cuyo valor era el equivalente al importe del oro que se encomendaba a los bancos. A esta operación se le conoce por ‘patrón oro.’
Finalizando la Segunda Guerra Mundial, el dólar estadounidense se convirtió en la moneda de referencial global, siendo respaldada por el oro que almacenaba la nación.
Fue entonces cuando, en el decenio de 1970, el presiden Nixon canceló los acuerdos de Bretton Woods y dio fin al patrón oro. El dinero fiduciario se convirtió en dinero fiat.
Con el fin de los acuerdos de Bretton Woods, también se anuló la promesa de pagar con oro el dinero a los bancos; cuyo valor ascendía a 30 dólares la onza. En consecuencia, se volvió al lucrativo y voluble mercado de divisas: su importe es equivalente al valor que aportan los demás. Se estima que mueve, cada 24 horas, un total de US$3,000 millones.
El dinero fiat se convirtió en una forma de dinero fiduciario con respaldo legal. Basa su valor en su declaración como dinero de curso legal por parte del Estado. Entre ellos, destacan el dólar, yen y euro, las tres principales monedas de uso internacional.
Algunos de los elementos que acompañan este modelo de dinero fiat son: las tarjetas de crédito, transferencias de dinero y pagarés.
Características del dinero fiduciario
Es el más empleado y aceptado por los países, siendo compatible con multitudes de redes de pago y permitiendo el cambio de divisas en cualquier nación.
Sin embargo, para que sea válido, es necesario que cuente con cuatro características básicas:
- Medida de valor.
- Medio de pago.
- Reserva de riqueza.
- Instrumento de intercambio.
El oro y la plata, por ejemplo, cumplen cada uno de los criterios: son de alta calidad, consistentes, escasos y resistentes a la corrosión.
En la actualidad, no existe un segundo medio tan aceptado como el dinero fiat; y, aunque no puede ser una reserva de riqueza, es una medida de valor, medio de pago e instrumento de intercambio.
¿Cómo se produce?
Únicamente los gobiernos tienen la autoridad para producirlos, y, los bancos, cuentan con la posibilidad de crearlo por medio del préstamo.
Cuando se solicita un préstamo, por ejemplo, equivalente a US$1000, el banco puede crear la suma de la nada, restarlos y cobrar intereses por su totalidad.
Por otro lado, también tienen la posibilidad de crear dinero realizando préstamos con respaldos en activos, como un inmueble.
¿Quiénes se benefician?
Las principales entidades que se benefician del dinero fiat son aquellas con la autoridad de producirlos: gobiernos y bancos. No precisan alguna acción productiva, lo generan de la nada.
En segundo lugar, se ubican aquellos que reciban y gasten el dinero. Gozarán de precios e intereses bajos antes de que aumenten.
Aunque los bienes y servicios pueden tener valor constante durante cierto periodo de tiempo, aumentan de forma progresiva, añadiendo, asimismo, valor a los propietarios de activos, como acciones e inmuebles, sin la necesidad de realizar renovaciones. Este evento suele conducir a burbujas especulativas, altamente riesgosas.
Independiente a la forma en que se produzca el dinero, ya sea por el sistema de banca, impresión de antaño, préstamos o rescates financieros, los bancos siempre estarán en la vanguardia del proceso.
Por consiguiente, se encuentran las altas corporaciones que solicitan préstamos excesivos para contratos lucrativos gubernamentales. La mayoría, provenientes del exterior.
Las organizaciones y socios de los bancos adquieren grandes sumas con bajas tasas de interés; además de los mismos ejecutivos, son los que salen más beneficiados y cuyo valor se refleja en bonos.
En último lugar, se ubican los habitantes de una nación, aquellas personas que tienen salarios fijos, viven en zonas remotas o cuentan con ahorros.
Desde que se forma hasta que llega a la base de la pirámide, los precios han sufrido un gran cambio. Mientras que los sueldos son consistentes en su valor, los ahorros proporcionan un poder adquisitivo inferior con el paso del tiempo.
En actualidad, es natural observar que las personas recurran a préstamos para comprar bienes que, antiguamente, se podían adquirir con su ingreso de empleado.
¿Las criptodivisas podrán reemplazar al dinero fiat?
En la actualidad, el equilibro entre ambos modelos es inexistente. Motivo por el que el Fondo Monetario Internacional (FMI) estimula a los bancos centrales para aprender a competir en la era digital, y que el dinero fiat se sobreponga a las criptomonedas.
Un hecho cierto es que las monedas digitales son un futuro cada vez más próximo: la tecnología avanza a un ritmo tan exponencial que, se estima, serán el único medio de pago admisible.
De acuerdo a un informe sobre la política monetaria global, las criptomonedas podrían ejercer presión y reducir significativamente la demanda de dinero de los bancos centrales, protagonizando un cambio de dinero de crédito a dinero de productos básicos.
Asimismo, se resalta que la crisis financiera global y rescates bancarios han renovado el escepticismo en muchos sectores. Cabe la posibilidad de que los activos digitales afecten a las políticas monetarias tradicionales.
No se puede descartar el hecho de que ciertos activos criptográficos evolucionen de forma que reemplacen las funciones actuales, y cumplan muchas otras, del dinero, en algunas regiones o redes privadas de comercio electrónico.
El mismo informe de la FMI indica que “este cambio también afectaría el proceso de producción de dinero en la era digital: del dinero de crédito, a la mercancía como dinero, tal como se presentaba en el Renacimiento.”