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Bosco Torremocha FEBE

El consumo de bebidas espirituosas cayó finalmente un 6% en 2012, pero acumula un descenso del 40% desde el inicio de la crisis, según informó el director ejecutivo de la Federación Española de Bebidas Espirituosas (FEBE), Bosco Torremocha, durante la presentación de resultados del último ejercicio.

MADRID, 13 (EUROPA PRESS)

El consumo de bebidas espirituosas cayó finalmente un 6% en 2012, pero acumula un descenso del 40% desde el inicio de la crisis, según informó el director ejecutivo de la Federación Española de Bebidas Espirituosas (FEBE), Bosco Torremocha, durante la presentación de resultados del último ejercicio.

"Seguimos con una tendencia descendente aunque cerramos 2012 con una caída del 6%, gracias a la exportación, que nos ha permitido un cierre del año mejor de lo esperado", confesó Bosco Torremocha, que a finales del año pasado presagiaba una caída mayor del sector.

Respecto a la balanza comercial se produjo una "mejora" y el sector tuvo un crecimiento del 15,5% en la exportación, que permitió que los resultados fueran mejores a finales de año.

El sector de las bebidas espirituosas, que produjo un total de 220 millones de litros en el ejercicio anterior, cerró 2012 con un volumen de negocio de 7.400 millones de euros. Además, aportó en concepto de impuestos al Gobierno 1.300 millones de euros y ofrece de forma directa e indirecta empleo a 330.000 personas, siendo un "sector clave para la economía española".

Respecto a las tendencias, el whisky sigue siendo el destilado más consumido, seguido por el ron oscuro, mientras que la ginebra mantiene su aumento, situándose tercera con el 15% de la cuota de mercado. Sin embargo, se ha notado un descenso de todas las categorías expecto en la ginebra, que subió un 6%, y en el tequila, las únicas con una tendencia positiva.

Bosco Torremocha apuntó que el consumidor español es "exigente y marquista" y que apuesta por la "calidad". "El patrón español es el denominado mediterráneo, marcado por el consumo social y controlado", explicó.

Sin embargo, el director ejecutivo de FEBE se mostró crítico con las tasas impositivas a los destilados, calificando de "injusta discriminación fiscal" respecto a otras categorías como la cerveza, que no para de subir y que no sufre las mismas cargas impositivas.